¿Cómo tendrá que ser el nuevo papa? Sobre esta pregunta han debatido los cardenales durante las 12 congregaciones generales antes del cónclave, que iniciará el 7 de mayo, llegando a la conclusión de que el nuevo pontífice debe ser “un pastor cercano a la vida concreta de las personas” y con desafíos como las finanzas vaticanas, la guerra o las divisiones internas en la Iglesia, explicó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
“Una figura que debe estar presente, cercana, capaz de hacer de puente y de guía, de facilitar el acceso a la comunión a una humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial”, dijo el portavoz resumiendo algunas de las intervenciones de los cardenales que iniciarán el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, quien falleció el 21 de abril.
Añadió que los cardenales habían indicado que el nuevo pontífice debería ser “un pastor cercano a la vida concreta de las personas”, así como un líder que sepa ir más allá de los confines de la Iglesia católica, promoviendo el diálogo y la construcción de relaciones con otros mundos religiosos y culturales.

Al mismo tiempo, los purpurados subrayaron “el carácter misionero de la Iglesia”, una que, consideraron, no debe cerrarse en sí misma, sino acompañar a cada persona hacia “la experiencia viva del misterio de Dios”.
De acuerdo con Bruni, esa sería una visión “aperturista” de la Iglesia, cercana a la que tuvo Jorge Mario Bergoglio.
Los desafíos para el nuevo papa
Entre los desafíos mencionados en estas congregaciones generales se ha abordado “la guerra y la fragmentación del mundo”, que seguramente será una de las preocupaciones del nuevo papa.
Incluso los cardenales emitieron el 6 de mayo un comunicado en el que pedían un alto al fuego en Ucrania y en Gaza, algo de lo que también se tendrá que ocupar el nuevo pontífice.

Por otro lado, mantener la preocupación por los migrantes, sobre quienes se indica que son “un don para la Iglesia”, pero también subrayando la urgencia de acompañarlos y apoyar su fe en contextos de movilidad y cambio.
En los debates también surgió la necesidad de que “el papa sea pontífice”, es decir, constructor de puentes, pastor, maestro de humanidad, rostro de Iglesia samaritana y que además siga poniendo la atención en el cambio climático.
Otros retos de la Iglesia
En casi todas las congregaciones para el cónclave los cardenales han mencionado la necesidad de un sucesor de Pedro “que sepa unir a una Iglesia dividida”.
Los cardenales siguen insistiendo en el daño que hace en la Iglesia los casos de abusos sexuales.
“Rezamos por los cardenales que tienen la grave responsabilidad de elegir al próximo Sucesor de Pedro, para que actúen con valentía, humildad y un firme compromiso con la protección de los fieles”, escribió en un comunicado la Comisión para la Protección de Menores antes de que los cardenales se encierran en la Sixtina.

Esto según los resúmenes públicos de la oficina de prensa del Vaticano, mientras que algunos medios apuntan a que varios cardenales han dejado intuir que lo que no hace falta es un burócrata, un hombre frío y distante, aunque también se necesita una cierta experiencia de gobierno, considerando las numerosas cuestiones financieras, canónicas y legales que quedan abiertas.
Y aunque los cardenales en público no dan muchos detalles, parece poco probable que puedan volver a elegir a un jesuita, pero sí que podrían elegir a otro candidato de otra de las familias religiosas como un salesiano.
Tampoco será de origen latinoamericano y es poco probable que sea uno de esos “jóvenes” de entre 50 y 60 años, porque bloquearían el papado durante al menos 30 años.
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