El cáncer de ovario es una de las enfermedades oncológicas en mujeres con menor tasa de supervivencia tanto en Venezuela como en el mundo. Esto ocurre principalmente porque su diagnóstico suele ser tardío y cuando se detecta ya está en etapa avanzada.
Para concientizar sobre esta enfermedad, cada 8 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario. Esta efeméride se instauró en el año 2013 como parte de una iniciativa impulsada por más de 200 organizaciones afiliadas a la Coalición Mundial del Cáncer de Ovario.
Anualmente se diagnostican en el mundo más de 300 mil mujeres con cáncer de ovario y se estima que cerca de 200 mil pacientes fallecen cada año.
Francesca Almonte, médica oncóloga, explicó que este tipo de cáncer se puede calificar como una célula maligna que se multiplica de forma descontrolada y que produce una sintomatología que puede confundirse con otras dolencias.
“Lamentablemente no da una sintomatología específica, la paciente puede tener dolor abdominal, tener problemas con las evacuaciones como estreñimiento o una pesadez en el abdomen, pero no hay un síntoma característico, entonces puede pasar desapercibido como un síntoma gastrointestinal cualquiera” detalló Almonte.
La especialista aclaró que el único síntoma que puede ser más identificable como un cáncer de ovario es el aumento del perímetro abdominal. Sin embargo, esto solo ocurre cuando ya el tumor está en una fase más avanzada.
“Cuando esto pasa es porque ese tumor que está en el ovario llega a comprometer una capa que cubre las vísceras abdominales que se llama peritoneo”, añadió.
El peritoneo absorbe el líquido que se produce en la zona abdominal, pero cuando esa capa se enferma provoca una acumulación de líquido y un aumento en el perímetro abdominal. Agregó que en esta etapa el cáncer pudo haberse extendido más allá del ovario.
Sus diferencias con otros tipos de cáncer ginecológicos
Almonte mencionó que existen varios tipos de cáncer que afectan el aparato reproductor femenino como los de vagina, cuello uterino, útero, endometrio y trompas. Dijo que estos se pueden diferenciar del cáncer de ovario principalmente por sus síntomas.
“Como estas partes están más expuestas pueden tener sintomatología como sangrado, entonces cuando una mujer presenta sangrado genital le genera una alarma y acude inmediatamente al ginecólogo, por eso es que estos tipos de cáncer son más fáciles de diagnosticar, por así decirlo”. expresó.
Acotó que los ovarios están en una zona más interna de la cavidad abdominal, lo que complica la posibilidad de identificar los síntomas como una consecuencia de un cáncer ginecológico.
Esa dificultad para el diagnóstico es otra característica que diferencia al cáncer de ovario de otras enfermedades oncológicas relacionadas con la salud femenina.
“La paciente suele ir chequeando con varios médicos hasta que logra dar con el diagnóstico cuando le hacen un eco, aunque por este medio también es difícil. Lo más efectivo es una resonancia magnética o una ecografía doppler transvaginal”, dijo la oncóloga.
Tras identificar que hay un tumor en un ovario, también es complejo determinar si se trata de algo maligno o benigno, porque para tomar la muestra para una biopsia es necesario hacer una cirugía.
“En el cuello uterino se puede tomar una muestra en consulta y, por ejemplo, con un cáncer de endometrio se puede planificar para hacer un procedimiento ambulatorio para hacer la biopsia, pero con el cáncer de ovario no; en ese caso se debe hacer la biopsia en quirófano, lo que se llama corte congelado”, explicó la especialista.
Almonte aclaró que en esta cirugía no se puede retirar todo el ovario porque primero se debe determinar cuánto ha avanzado el cáncer, por lo que va a ser necesaria otra operación si se confirma el diagnóstico.
Los desafíos de la paciente con cáncer de ovario
La especialista aseguró que esta enfermedad puede provocar varias complicaciones de salud. Reiteró que en etapas avanzadas este cáncer afecta al peritoneo, pero también puede afectar la pleura, que es la capa que cubre los pulmones.
“Cuando se afecta esta parte se puede producir un derrame pleural y presentar como síntoma una dificultad respiratoria”, agregó.
Agregó que el peso que se acumula por la lesión a nivel de la pelvis puede impedir el flujo completo de sangre hacia las piernas. Una consecuencia de esto podría ser una trombosis venosa profunda en miembros inferiores.
Todo ese cuadro clínico se refiere a pacientes con cánceres avanzados. La especialista lamentó que no exista una pesquisa o método de detección temprana para este tipo de patología, como sí lo hay con el cáncer de mama, de cuello uterino o de próstata, en el caso de los hombres.
“Claro que si la paciente lleva su control regular genecológico hay más posibilidades de una detección temprana, pero no es lo que pasa habitualmente. También pasa que la paciente se hace su control, por ejemplo, todos los 30 de enero y el tumor aparece dos días después y eso es algo que ya no se puede controlar”, dijo.
Tanto el diagnóstico como el tratamiento del cáncer de ovario pueden ser procesos complejos y largos que incluso podrían retrasarse si el paciente no consigue dónde hacerse los estudios o cómo pagarlos.
Tratamientos y pronóstico
La oncóloga explicó que para indicar un tratamiento es necesario que el paciente se haga un examen llamado marcadores tumorales.
Dependiendo del resultado, se deciden los fármacos que va a recibir el paciente y se vuelve a hacer otro seguimiento de los marcadores tumorales para saber si hubo una buena respuesta al tratamiento o es necesario cambiarlo.
El tratamiento del cáncer de ovario consiste principalmente en quimioterapia, pero se puede complementar con fármacos antiangiogénicos, que ayudan a ralentizar o detener el crecimiento de los tumores. También hay otra terapia llamada inhibidores de PARP, que bloquean una enzima que ayuda a reparar el ADN de las células, incluyendo las malignas.
“Dependiendo de cómo son las alteraciones mutacionales del tumor, la etapa en la que está, los antecedentes del paciente y en qué condiciones se encuentra, se busca un tratamiento en el que el objetivo es frenar la enfermedad y ver si posteriormente la paciente es candidata a cirugía”, dijo la oncóloga.
Al pasar esas fases, su médico puede indicar un tratamiento de mantenimiento con el objetivo de evitar que la enfermedad vuelva a aparecer. Sin embargo, el pronóstico no es alentador para todas las pacientes con cáncer de ovario, pues al tratarse de un tipo de cáncer que se diagnostica de forma tardía y con complicaciones también es más letal.
No se debe desestimar la prevención
La especialista señaló que entre las causas de esta enfermedad están aspectos como la edad, los antecedentes familiares (tanto de parientes hombres como mujeres) y un factor genético como la mutación de los genes BRCA1 y BRCA2, por lo que sigue siendo una enfermedad impredecible y difícil de prevenir.
Pese a esto, Almonte insistió en que es necesario que la población en general adopte un estilo de vida saludable como medida para prevenir distintos tipos de cáncer.
“Le pido encarecidamente a toda mujer venezolana que, como acto de amor propio, vaya al ginecólogo todos los años, se haga su citología y le realicen su ultrasonido transvaginal. Vivimos en un país donde las mujeres son el centro del hogar, pero no se cuidan a ellas mismas. En Venezuela cuando muere una mujer por cáncer lamentablemente también muere un hogar”, expresó.
Explicó la importancia de seguir las recomendaciones médicas como la realización anual de una mamografía y un eco mamario a partir de los 35 años de edad y mejorar hábitos de ejercicio, alimentación y sueño para tener una mejor calidad de vida y disminuir el riesgo de atravesar una enfermedad oncológica.
