Doxa, la obra del venezolano Juan Landaeta que se exhibe en Washington y retrata los matices de la migración 

La exposición está integrada por 12 pinturas acrílicas que reflejan temas contemporáneos como la violencia, la migración y el encierro.
Andreína Barreto Jové
5 Min de lectura

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El artista plástico venezolano Juan Luis Landaeta, de 36 años de edad, se mantiene en constante creación por medio de la escritura y la pintura, sus medios para plasmar su identidad como migrante en Nueva York, Estados Unidos.

Doxa, una de sus más recientes composiciones, está integrada por 12 pinturas acrílicas que se exhiben actualmente en la Galería de Arte del Personal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington DC (EE UU). Las obras fueron realizadas entre 2022 y 2025.

Doxa, la obra del venezolano Juan Landaeta que se exhibe en Washington y retrata los matices de la migración 
Doxa, de Juan Luis Landaeta | Foto: equipo de prensa Juan Luis Landaeta

“Me encanta la ambigüedad. Me gusta que nada sea determinante y únicamente lo que es, por eso elegí esta paleta de colores para Doxa. Hay personas que ven alegría en los cuatros, sin embargo, también hay un lenguaje visual de violencia. Esa ambigüedad es la vida misma”, expresó Landaeta en una entrevista para El Diario.

En Doxa también está presente la “sensación de amenaza” como un eje central de la obra, un sentimiento que, según el artista, puede ser peor que la propia acción violenta.

“La sensación de amenaza es un personaje que ha ido apareciendo en Doxa. Las amenazas pueden tener cualquier nombre, puede ser un trauma, un miedo o también puede ser la opacidad política”, añadió.

La exposición se lleva a cabo desde el 13 de mayo hasta el 12 de junio de 2025. Los interesados en visitarla pueden asistir entre las 12:00 pm y las 5:00 pm (hora local) de lunes a viernes.

Nueva York, una inspiración para crear

A pesar de que Landaeta vive en Nueva York desde hace más de una década, la ciudad no deja de sorprenderlo.

“Todo lo que se ve en las películas como bibliotecas, museos, galerías, parques, es real, esta ciudad es colosal, por eso decidí transformarla en mi herramienta de trabajo. Además, una de las cosas que me regaló esta ciudad (Nueva York) fue mi relación con mi maestro y mentor: Jacobo Borges”, afirmó.

Confesó que, actualmente, sigue sorprendiéndose con lo que descubre de la ciudad estadounidense, lo que le permite continuar con su arte a través de la escritura, fotografía o pintura.

Doxa, la obra del venezolano Juan Landaeta que se exhibe en Washington y retrata los matices de la migración 
Doxa, de Juan Luis Landaeta | Foto: equipo de prensa Juan Luis Landaeta

La búsqueda del artista

Landaeta llegó a Nueva York en diciembre de 2013. Esa fue la primera vez que el artista viajó desde su natal Maracay, en Aragua, hacia otro país. El objetivo de su salida fue aceptar una beca para hacer una maestría en escritura creativa en la Universidad de Nueva York, oportunidad que le hizo desarrollar su vida en las artes plásticas. 

“Yo nunca había salido de Venezuela y recibí esa propuesta académica en medio de un momento político muy complejo para el país cuando estudiaba Derecho, pero mi relación con el conocimiento siempre ha estado motivada por mis ganas”, comentó.

Sumado a esto, las circunstancias familiares que rodeaban al artista en ese momento lo impulsaron a tomar la decisión de dejar Maracay y emprender su viaje a Nueva York, dejando de lado su carrera como abogado y asumiendo su identidad como migrante.

Doxa, la obra del venezolano Juan Landaeta que se exhibe en Washington y retrata los matices de la migración 
Doxa, de Juan Luis Landaeta | Foto: equipo de prensa Juan Luis Landaeta

En la vía a asumir su identidad como artista plástico, Landaeta contó que una de las mayores dificultades de ese camino fue provenir de un país con grandes contrastes.

“Venezuela tiene ese paisaje idílico del pasado que mi generación no conoció, donde nuestros padres hablan de un país que, en ese momento, era hipermoderno, cosmopolita, pero por otro lado, uno viene de experimentar una inestabilidad habilidad absoluta. Esa forma de vivir no es ajena a la condición de ser venezolano”, expuso.

Pese a dejar su vida en Venezuela, Landaeta no se desligó de la historia de su país ni de los hechos que lo que llevaron a su actualidad política, económica y social por el contrario, se despertó en él la necesidad de entender su propia venezolanidad.

“Yo quería entender mi presente. Y todavía lo quiero entender y una manera de hacerlo era estudiar la historia de donde vengo, por eso la mayoría de libros que traje conmigo a Nueva York eran de historia de Venezuela porque la única certeza que tengo es que seré venezolano toda mi vida”, concluyó el artista.

Andreína Barreto Jové
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