Las autoridades chinas iniciaron una investigación por el caso de un parapentista que fue absorbido por una nube y ascendió a una altitud de 8.598 metros —casi la altura del Monte Everest (8.848,86 metros sobre el nivel del mar)— cuando se encontraba en las montañas Qilian, en ese país.
La persona involucrada en el incidente fue identificada como Peng Yujiang, de 55 años de edad. El hecho ocurrió el 24 de mayo y el plan de vuelo era despegar desde una zona a más de 3.000 metros de altitud. Sin embargo, una vez en al aire, un fallo en su equipo le hizo perder el control del parapente, por lo que fue arrastrado por una corriente ascendente dentro de una nube.
El momento quedó registrado en video y fue compartido por Peng, quien contó que enfrentó un frío extremo y tuvo problemas para respirar por la altitud. Sin embargo, el hombre permaneció consciente durante toda la prueba, lo que le permitió maniobrar su equipo una vez que salió de la nube y dirigirlo hacia un aterrizaje controlado.
Las condiciones climáticas a 2.000 metros ya son extremas

Un parapentista con experiencia, consultado por un medio chino, explicó que volar a gran altitud requiere equipo especializado para soportar las bajas temperaturas, ya que incluso a 2.000 metros el clima puede ser extremadamente frío.
Además, indicó que a 8.000 metros la temperatura puede alcanzar los -40 grados centígrados, y que los niveles de oxígeno son críticamente bajos.
Las autoridades investigan si Peng cometió alguna infracción administrativa vinculada al plan de vuelo.
El fenómeno de “succión de nubes”

Peng se habría visto involucrado en un fenómeno conocido como “succión de nubes”, el cual ocurre cuando corrientes de aire cálido ascienden con fuerza dentro de una nube, generando un efecto de arrastre que puede elevar a los parapentistas a altitudes extremas.
Las imágenes captadas por su cámara muestran cómo se le formaron cristales de hielo en el rostro, el cuerpo y el equipo. Además, sus guantes no estaban bien ajustados, lo que dejó sus manos expuestas al frío extremo.
“En cuanto salí de las nubes, me emocioné mucho porque había sobrevivido. Rápidamente, informé a mis compañeros de que había salido. El momento más aterrador fue cuando intenté salir de la espiral y fallé, y cuando la vela cayó en picado. Todavía me da miedo pensar en ello. Estoy seguro de que no volveré a probar el parapente pronto, y ni siquiera estoy seguro de si volveré a hacerlo en el futuro”, expresó Peng en declaraciones para una cadena de televisión local.
El parapentista tiene cuatro años de experiencia en esta disciplina y posee una licencia de nivel B, el segundo de un sistema de cinco, que exige al menos 20 días de experiencia de vuelo y un mínimo de 40 vuelos individuales.