#TeExplicamos | Los ayatolas: la élite religiosa que controla la política de Irán

Desde la revolución de 1979, el régimen iraní se convirtió en una teocracia que si bien mantiene sus formas republicanas, en la práctica es totalmente dominada por una clase de clérigos chiitas, con Alí Jamenei como su actual líder supremo
Jordan Flores
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La escalada del conflicto entre Israel e Irán acapara actualmente la atención de los gobiernos del mundo. Desde el 13 de junio de 2025, Israel emprende la Operación León Naciente, que consiste en una serie de ataques a puntos estratégicos iraníes como instalaciones científicas, infraestructuras energéticas y bases militares. En respuesta, Teherán también mantiene intensos bombardeos sobre Tel Aviv y las principales ciudades israelíes. 

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó la ofensiva en una aparente amenaza por parte de Irán de completar el desarrollo de armas nucleares. Aunque Irán ha negado estas acusaciones, reiterando que su programa solo tiene fines energéticos, en los últimos días sus funcionarios han declarado que “aplastarán” a la nación hebrea.

Los bombardeos sobre Israel han dejado decenas de civiles muertos y daños en hospitales y zonas residenciales, sin embargo, hasta el momento Irán ha sido el principal afectado. No solo sus principales plantas nucleares han sido destruidas, sino que los ataques se han cobrado la vida de sus científicos más importantes, así como de altos mandos militares, como los jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Revolucionaria Islámica.

Esto ha llevado a Israel a elevar el objetivo de su operación: la caída del régimen teocrático que gobierna Irán desde hace más de 45 años. El propio Netanyahu declaró el 16 de junio que la muerte del líder supremo iraní, Alí Jamenei, “pondría fin” al conflicto de décadas entre ambos países. No obstante, para ello deberá también acabar con todo un sistema que fusiona religión y política alrededor de la figura de los ayatolas.

En El Diario explicamos quiénes son los ayatolas, y cómo llegaron a tener el control político, económico y militar de Irán.

¿Qué es un ayatola?

Dentro del islam existen varias divisiones, y el chiismo es la segunda corriente más importante de esta religión, después del sunismo. Representan alrededor del 10 % de los musulmanes en el mundo y se concentran principalmente en Irán, Irak y Azerbaiyán, con importantes comunidades asentadas en otros países como Líbano, Yemen y Pakistán. 

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Bandera de Irán | Foto: Pixabay

En Irán, la mayoría de la población particularmente profesa una rama conocida como chiismo duodecimano, la cual es la religión oficial del país desde sus tiempos como imperio en el siglo XVI. Esta escuela pone a los imanes (clérigos musulmanes) en un rol importante dentro de la sociedad, pues fungen como guías espirituales y líderes dentro de las comunidades. 

Así, dentro de la jerarquía del chiismo duodecimano los ayatolas son la segunda autoridad más importante, solo por debajo de los marayi o “gran ayatola”. Para ostentar el título, los clérigos deben poseer un gran conocimiento sobre la filosofía y ciencias del islam, además de deducir sus propias reflexiones sobre las leyes (Iytihad). La mayoría de los ayatolas y marayi se encuentran en Irak e Irán, con esferas de influencia definidas en sus territorios. 

Los ayatolas son considerados como “fuentes de emulación” por sus seguidores, quienes los ven como representantes de los 12 profetas sucesores de Mahoma. Esto los faculta para interpretar los textos sagrados, así como emitir opiniones sobre la Sharia (ley islámica) o sobre asuntos relativos a la moralidad y la fe. Incluso pueden emitir sus propios dictámenes, conocidos como fetuas, los cuales expiran al momento de su muerte.

¿Cómo llegaron al poder?

Hasta 1935, Irán todavía era conocida como Persia, y era una monarquía regida por el sha. Después de la Segunda Guerra Mundial, el país se reconfiguró con mayores libertades, adoptando leyes más occidentales y derechos civiles. No obstante, un golpe de Estado propiciado por países como Estados Unidos y el Reino Unido desembocó en la salida del primer ministro Mohammad Mosaddeq (1951-1953), devolviendo todo el poder al sha.

Así, Irán sucumbió ante un absolutismo donde las instituciones y empresas públicas estaban en manos de la familia real. Por su parte, las relaciones con el clero eran tensas. En 1950 el sha Mohammad Reza Pahlavi reconoció a Israel como Estado, presionado por las potencias occidentales. La cercanía del rey con Estados Unidos también fue mal vista por los religiosos, quienes veían la creciente secularización y occidentalización del país como una señal de depravación.

Si bien históricamente los ayatolas habían gozado de una gran influencia política en el país, fue a finales de la década de los sesenta cuando se consolidaron como la principal fuerza de oposición con el alzamiento del marja Ruholá Musavi Jomeini. El clérigo se opuso a las reformas anunciadas por el sha conocidas como la “revolución blanca”, que le otorgaba el derecho al voto a las mujeres, así como la privatización de empresas y redistribución de las tierras. 

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Jomeini fue arrestado y exiliado en 1964, pero se convirtió en un símbolo de resistencia al régimen del sha en Irán, apoyado tanto por sectores religiosos y conservadores, como por jóvenes marxistas. La situación política y económica de Irán se deterioró en el transcurso de los setenta, con fuertes violaciones de derechos humanos condenadas por organismos internacionales. Esto llevó al estallido de una serie de protestas contra el sha protagonizadas por estudiantes y movimientos de izquierda, aunque apoyadas por los ayatolas.

La situación escaló hasta que el 16 de enero de 1979, el sha Mohammad Reza Pahlaví abandonó el país y nombró un consejo de regencia. Este gobierno permitió el regreso de Jomeini, quien encabezó un nuevo alzamiento con guerrillas y tropas amotinadas hasta tomar el poder el 11 de febrero de ese año. Finalmente, tras el triunfo de la revolución, el 1° de abril de 1979 la población aprobó mediante un referéndum una nueva Constitución, convirtiendo a Irán en una república islámica.

Los líderes supremos

La nueva república se fundó bajo la doctrina de Jomeini del Wilayat Faqih, o “tutela de los juristas islámicos”. Esta establecía que el gobierno debía ser guiado por expertos conocedores de los mandatos de Dios para resolver los problemas de la gente a través de la Sharia. Bajo esta premisa, la Constitución creó el cargo del Guía de la Revolución, asumido por Jomeini, para fungir como líder supremo político y religioso del país.

BORRADOR Murió el ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán
Alí Jamenei, líder supremo de Irán. Foto: EFE/EPA

Tras la revolución islámica, Jomeini revirtió la occidentalización de Irán e implementó una versión dura de la Sharia, cambiando el código de vestimenta para obligar a las mujeres a usar el velo islámico y prohibir a los hombres usar pantalones cortos. Se creó además un fuerte culto a la personalidad a su alrededor, el cual se mantiene en la actualidad.

El ayatolaproclamó a su gobierno como antioccidental, declarándose enemigo de Estados Unidos e Israel. Igualmente rompió relaciones con Francia, el Reino Unido e incluso con la Unión Soviética. De hecho, reprimió fuertemente cualquier tipo de idea liberal o progresista y persiguió a muchos de los dirigentes de izquierda que originalmente lo habían ayudado a derrocar al sha. 

Jomeini murió el 3 de junio de 1989 a los 86 años de edad. La Asamblea de Expertos nombró entonces como su sucesor a Alí Hoseiní Jamenei, quien hasta entonces era presidente de Irán, el 6 de agosto de ese año. Curiosamente, para ese entonces Jamenei aún no era ayatola, por lo que Jomeini modificó la Constitución antes de morir para permitirle ser líder supremo. No fue hasta 1994 cuando fue reconocido formalmente como marja.

Jamenei ha sido desde entonces el líder supremo de Irán sin interrupciones, ya con 35 años en el poder. Bajo su mandato flexibilizó algunas medidas de su antecesor, como la prohibición total de la música que no fuera religiosa o marcial, además de promover el desarrollo tecnológico y el pragmatismo económico del país. No obstante, organizaciones han denunciado que no ha habido evolución en materia de derechos humanos y de la mujer, libertad de expresión o tolerancia de las minorías étnicas del país. 

¿Qué controlan los ayatolas?

A diferencia de otras teocracias como Afganistán o el Vaticano, Irán funciona bajo el modelo de república presidencialista, aunque con una fuerte injerencia de la clase clerical en los asuntos del país. Mientras el presidente se encarga del gobierno, el líder supremo supervisa las políticas de Estado, las relaciones internacionales y es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

BORRADOR Murió el ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán
Foto: EFE

La mayoría de los presidentes iraníes han sido ayatolas, aunque también han habido laicos, como por ejemplo Masoud Pezeshkian, actualmente en el cargo. El presidente se elige cada cuatro años con posibilidad de reelección, a través del voto universal y directo. A pesar de que hay relativa competitividad entre los partidos permitidos por el régimen, todos los candidatos a cargos de elección popular deben ser aprobados por el Consejo de Guardianes, que tiene además el poder de vetar a funcionarios electos que no cumplan sus criterios.

El Consejo de Guardianes es el órgano más importante del Estado iraní, con capacidad de aprobar o vetar leyes del Poder Legislativo, intervenir en decisiones judiciales y tener poderes equivalentes a un tribunal constitucional. Está conformado por 12 miembros, seis de ellos nominados por el Poder Judicial, y seis alfaquíes (ayatolas expertos en leyes islámicas) nombrados por el líder supremo. 

En cuanto al Legislativo, corresponde a la Asamblea Consultiva Islámica, órgano unicameral con 290 escaños. Si bien hay un sistema multipartidista medianamente plural dentro del Parlamento, sigue condicionado a la aprobación del Consejo de Guardianes y ninguna organización o activista opositor considerado como amenaza por el régimen puede participar. Aunque han habido mujeres legisladoras, rara vez son reelegidas y muchas suelen ser vetadas luego de asumir el cargo. 

Por otro lado, la Asamblea de Expertos es un cuerpo de 88 clérigos cuya función es elegir al líder supremo y supervisar su gestión. Aunque en teoría tienen la potestad de destituirlo de ser necesario, al ser un organismo electo por voto popular, está sometido al mismo control que el resto de poderes, por lo que en la práctica mantiene su lealtad a Jamenei. 

Finalmente, el Consejo de Discernimiento del Interés del Estado es un ente que se encarga de asesorar al líder supremo. También pueden mediar en caso de disputas entre el Consejo de Guardianes y la Asamblea Consultiva, e incluso recientemente han emitido resoluciones en nombre de Jamenei en asuntos menores. 

Control económico y militar

No solamente el poder político está en manos de los ayatolas. Irán es actualmente la séptima potencia petrolera mundial, además de poseer la cuarta mayor reserva de crudo y la primera de gas natural del planeta. Su producción está nacionalizada y monopolizada por la Compañía Nacional de Petróleo Iraní (NIOC, por sus siglas en inglés). Esta empresa actualmente está sancionada por el gobierno de Estados Unidos por financiar organizaciones terroristas en toda la región.

Buena parte de la economía del país ya estaba estatizada desde los tiempos de la monarquía del sha, y tras la revolución islámica pasó a manos de fundaciones conocidas como Bonyad. Estas instituciones, en teoría caritativas y sociales, en realidad forman conglomerados que controlan diferentes rubros como la producción agropecuaria, transportes o manufacturas. Nuevamente, la mayoría de las Bonyad son dirigidas por ayatolas y sus familiares.

De hecho, la fundación Mostazafan de la Revolución Islámica, la segunda mayor empresa del país después de la NIOC, actualmente es administrada por la familia del líder supremo Jamenei. Antes estuvo controlada por Ruholá Jomeini y antes de él, por la familia real Pahlavi. Se encarga de una variedad de industrias, desde petroquímica, metalurgia y transporte marítimo, hasta agricultura, turismo y construcción.

Mostazafan financia además a la Guardia Revolucionaria Islámica, cuerpo militar declarado por Estados Unidos y Arabia Saudita como organización terrorista. Creada en 1979 inicialmente como una milicia ideológica, heredera de las guerrillas islamistas de Jomeini, con el tiempo se consolidó como el principal brazo armado de los ayatolas, en contraposición al Ejército más independiente y secular. 

Influencia regional

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Homenaje en la Embajada de Irán en Beirut, Líbano, a los funcionarios muertos en los últimos bombardeos israelíes. Foto: EFE/EPA/WAEL HAMZEH

Al ser el mayor referente del chiismo mundial, Irán posee una fuerte influencia sobre los seguidores de esta corriente en el mundo, quienes acatan las fetuas del líder supremo hasta fuera de sus fronteras. Esto le ha dado un valor estratégico a Teherán como actor geopolítico en Medio Oriente, apoyando a milicias chiitas de otros países como Hezbolá en Líbano, los hutíes de Yemen o diferentes guerrillas durante los conflictos de Siria e Irak. En años recientes incluso apoyaron a movimientos yihadistas sunitas como Hamás en Palestina.

Por su parte, la Guardia Islámica ha estado involucrada en operaciones en Irak, así como de proveer entrenamiento y equipos a los grupos terroristas mencionados. Desde 2009, este cuerpo ha ido aumentando su influencia dentro de Irán mediante su participación directa o indirecta en más de 100 empresas, controlando alrededor de un tercio de la economía del país, de acuerdo con estimaciones de analistas internacionales. Esto los ha llevado a igualar en algunos casos el poder de los ayatolas, pese a responder directamente a Jamenei. 

Hezbolá confirmó la muerte de su máximo líder
Pinturas en apoyo a líderes palestinos e iraníes en Yemen. EFE/EPA/YAHYA ARHAB

Esta estrecha relación entre las élites económicas y militares con los ayatolas forma una simbiosis que, en buena parte, impulsó las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea contra industrias y hasta a aerolíneas iraníes en los últimos años. 

El Departamento del Tesoro y organismos de inteligencia estadounidenses han revelado además el nexo entre la Guardia Islámica en el programa nuclear iraní a través de diferentes empresas contratistas como la Khatam al-Anbia (sancionada desde 2007). Aunque los mismos reportes aclaran que esto no necesariamente signifique el desarrollo de una potencial arma nuclear.

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