Donald Trump, presidente de Estados Unidos, viajará el martes 1° de julio de 2025 a Florida para participar en la inauguración de Alligator Alcatraz, un centro de detención para albergar, procesar y deportar a migrantes “indocumentados”.
La prisión fue instalada en el antiguo Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, un aeródromo abandonado situado dentro de la Reserva Nacional Big Cypress, en el suroeste de Florida, y colindante con el ecosistema de los Everglades.
Su construcción se llevó a cabo pese a las protestas de organizaciones ambientalistas, que advirtieron que la zona alberga especies en peligro de extinción y forma parte de uno de los sistemas de humedales más importantes del país.

La prisión tendrá capacidad para albergar hasta a 3.000 personas y se basará en carpas resistentes, remolques y otras estructuras no permanentes. Sin embargo, su operación requerirá una inversión anual de 450 millones de dólares, de acuerdo con lo expresado por Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional.
El nombre de la prisión combina una referencia a la histórica Alcatraz con la presencia de caimanes en los alrededores, lo que, según las autoridades, contribuirá a reducir el “riesgo de fugas”.

En el día inaugural, se espera que trasladen a un primer grupo de migrantes, pero se desconoce cuál sería el procedimiento.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anticipó la visita del presidente para la inauguración formal y dijo que el sitio “estará listo para funcionar”.
“Habrá algunos criminales extranjeros muy peligrosos que serán procesados por aquí. Pero si por alguna razón alguien pudiera escapar, ¿adónde iría? Tendría que esquivar caimanes durante 80 kilómetros. Eso no va a pasar”, declaró DeSantis a FOX News.
Protestas en contra de la construcción de Alligator Alcatraz

Eve Samples, directora ejecutiva del grupo Amigos de los Everglades, expresó las objeciones legales de su organización frente a la instalación.
En un comunicado, advirtió: “El sitio está compuesto en más del 96 % por humedales, rodeado por la Reserva Nacional Big Cypress, y es el hábitat de la pantera de Florida, una especie en peligro de extinción, además de otras especies emblemáticas. Este plan no solo es cruel, sino que amenaza el ecosistema de los Everglades, cuya protección ha representado una inversión de miles de millones de dólares por parte de los contribuyentes estatales y federales”.
La organización no es la única que ha recurrido a los tribunales. NBC News reportó que se han presentado varias demandas para intentar detener el funcionamiento de la cárcel.
Una parte de Everglades pertenece al Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos. De acuerdo con los registros oficiales, los indígenas calusa habitaban la zona antes de la llegada de los colonizadores en el año 1513. Aunque durante décadas los promotores inmobiliarios han intentado consolidar comunidades permanentes, estas organizaciones ambientalistas señalan que “hoy en día solo permanecen unas pocas viviendas habitadas a tiempo completo”.
De acuerdo con la revista The Parklander, la mayoría de esas propiedades pertenecen al Estado y la construcción de nuevas viviendas está estrictamente prohibida.
Un lugar «temporal»

Las autoridades de Florida han desestimado las denuncias por daños ambientales, argumentando que los centros de reclusión tendrán un carácter “temporal”.
“Es todo temporal. Lo instalaremos y lo desmontaremos”, declaró el gobernador Ron DeSantis.
Sin embargo, activistas advirtieron que esta temporalidad implicaría condiciones “inhumanas” para las personas recluidas, quienes quedarían expuestas al calor extremo del verano en Florida, la amenaza de huracanes y la presencia de fauna silvestre como caimanes y serpientes.