El acuerdo entre Colombia y Venezuela para crear una zona económica binacional en la frontera desató este jueves 24 de julio críticas de la oposición colombiana, que lo ve como una cesión de soberanía, mientras que el gobierno de Gustavo Petro lo defiende como una apuesta por recuperar el control estatal en regiones históricamente abandonadas.
El memorando de entendimiento, firmado el 17 de julio en Caracas por la ministra de Comercio, Industria y Turismo colombiana, Diana Morales, y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, establece un marco de cooperación para la implementación de la primera zona económica compartida entre ambos países, que tendrá una vigencia de cinco años.
La iniciativa contempla la integración productiva, el fortalecimiento del comercio bilateral y el impulso conjunto de proyectos sociales y de infraestructura en los sectores de salud, educación, cultura, turismo, transporte, gas, petróleo y electricidad.
Aunque el acuerdo aclara que la creación de esta zona binacional no limita la soberanía de ninguna de las partes ni compromete presupuestos, hizo saltar las alarmas de sectores opositores colombianos e incluso un precandidato presidencial, el derechista Abelardo de la Espriella, presentó una demanda ante el Consejo de Estado.
Espriella pidió al tribunal supremo de la jurisdicción de lo contencioso administrativo anular el acuerdo, argumentando que la ministra de Comercio no tenía la autoridad para firmarlo, ya que, en su opinión, “exige la firma de un tratado internacional”.
Críticas de la oposición colombiana por la zona económica binacional
El expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) consideró “inaceptable” el acuerdo firmado “con la tiranía de Maduro” y aseguró en un video publicado en X que representa “un paso adelante en la entrega del país (Colombia) a la criminalidad internacional”.
Una de las figuras más críticas con Petro, la senadora María Fernanda Cabal, del mismo partido de Uribe, Centro Democrático, recalcó que si su formación política de derechas sale ganadora en las elecciones presidenciales de 2026 revertirán “las decisiones de Petro que le entregan” la soberanía de Colombia a “Nicolás Maduro”.
Petro respondió que “una zona binacional no es entregar la soberanía de la patria, es crear las condiciones sociales y económicas que permitan que dos pueblos, de sangre e historia común, prosperen”.
Para el mandatario colombiano, la verdadera pérdida de soberanía ocurre cuando mafias extranjeras y nacionales dominan la población fronteriza con “las armas y el terror”.
La cuestión de la soberanía
Por su parte, la ministra colombiana Morales calificó el acuerdo como “un paso firme para recuperar la soberanía”, y subrayó que permitirá al Estado intervenir en territorios históricamente excluidos y fomentar dinámicas de integración productiva.
En cambio, la politóloga Sandra Borda, profesora de la Universidad de los Andes, advirtió en X que el mayor riesgo del acuerdo es la falta de garantías democráticas en Venezuela.
“Las autocracias no son socios confiables (…) Cualquier forma de acuerdo internacional implica una cesión parcial de la soberanía, y esas cesiones solo se hacen cuando la contraparte es confiable”.
De acuerdo con Borda, “ninguna de esas condiciones se cumple en el caso del acuerdo que regirá esta zona binacional”.
Aspiraciones para ampliar la zona
Según el memorando de entendimiento, el objetivo de la integración es “armonizar marcos normativos, facilitar inversiones públicas y privadas, mejorar la conectividad y crear condiciones para la industrialización y el desarrollo regional”.
Aunque por ahora la propuesta solo abarca los estados venezolanos de Táchira y Zulia, y el departamento colombiano de Norte de Santander, también contempla la creación de otras zonas económicas en la frontera común de 2.219 kilómetros.
En este sentido, Nicolás Maduro declaró que aspira a que se amplíe a toda la frontera, lo que incluiría los departamentos del Cesar y La Guajira, en el norte de Colombia, y del Amazonas, Vichada y Guainía, en el sur.
El departamento de Norte de Santander comprende al Catatumbo, un territorio con la segunda mayor concentración de cultivos de hoja de coca del país, y donde tiene influencia la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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