La menopausia es un proceso biológico que marca el fin de la etapa reproductiva en las mujeres y suele aparecer alrededor de los 51 años de edad. Pese a ser una condición natural, el tema agrupa ciertas ideas que pueden ser consideradas un tabú.
De forma clínica, la menopausia se define por el cese definitivo de la menstruación tras 12 meses continuos debido al agotamiento de los folículos ováricos por la disminución en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que regulan la fertilidad, la temperatura corporal, el estado de ánimo, la densidad ósea y la salud cardiovascular.
“El sistema sanitario, y la sociedad en general, han puesto el foco en la mujer solo en su etapa reproductiva. Al llegar la menopausia se asume que los síntomas, desde los sofocos hasta la ansiedad, son cosas de la edad que deben aguantarse”, explicó la ginecóloga Elena Ramos, en entrevista para El Diario.
La experta agregó que la menopausia no se manifiesta de manera súbita, sino que es precedida por la perimenopausia, un periodo que puede comenzar a partir de los 45 años de edad y extenderse entre dos y ocho años y que se caracteriza por un desorden hormonal que sin la adecuada supervisión médica puede llegar a afectar la calidad de vida de la paciente.
“Comienza una montaña rusa, los niveles de estrógeno suben y bajan de forma descontrolada, y junto con los cambios en la progesterona, que se agota primero, las mujeres experimentan irritabilidad, ansiedad, hinchazón y cambios de humor más intensos justo antes de que la menstruación desaparezca por completo”, acotó la ginecóloga.
Algunas mujeres pueden sentirse vulnerables o censuradas al manifestar los síntomas psicológicos de la perimenopausia, incluso pueden ser confundidos con cuadros de depresión o ansiedad, lo que puede llevar a la prescripción de antidepresivos.
Para la especialista el primer tabú que enfrentan las mujeres al entrar a la menopausia es sentir los cambios de ánimo y pasajes de pérdida de memoria, quienes por temor o vergüenza no buscan la ayuda especializada ginecológica o endocrina para recibir el tratamiento específico o la terapia hormonal necesaria.
Síntomas considerados tabú durante la menopausia
Más allá de los sofocos constantes y sudores nocturnos, el déficit de estrógeno acarrea ciertas consecuencias biológicas que son poco nombradas en la consulta médica, como el Síndrome Genitourinario de la Menopausia, más conocido como atrofia vaginal.
“Este conjunto de síntomas, antes llamado vaginitis atrófica, afecta a las estructuras del tracto urogenital y tiende a empeorar con el tiempo. La falta de estrógeno provoca que el tejido vaginal y uretral pierda elasticidad, se atrofie y se seque”, indicó la doctora Ramos.
Las consecuencias incluyen sequedad vaginal severa, ardor constante, dolor durante las relaciones sexuales y un aumento en la incidencia de infecciones urinarias recurrentes.
La especialista señala este como otro de los síntomas más silenciados por la mayoría de las mujeres en la menopausia, debido a que muchas asumen que será el fin de su vida sexual, una afirmación que rechaza ya que con el tratamiento adecuado esta condición se puede controlar.
Otro tema tabú de la menopausia es la niebla mental que padecen algunas mujeres al llegar a esta etapa. Los fallos de memoria a corto plazo, la dificultad para concentrarse o la lentitud en el procesamiento de información son síntomas con una base biológica.
La razón es que el estrógeno es un neuroprotector que apoya la función cognitiva y su disminución afecta al hipotálamo y a la capacidad de procesamiento del cerebro. Este impacto se traduce en preocupación y temor a la demencia, y repercute en la vida laboral y social de las pacientes.
“Algunas pacientes no cuentan estos síntomas o no saben qué se deben al proceso natural por el que están pasando. Por eso es importante el acompañamiento médico, la confianza y seguir el tratamiento que se le indique”, dijo la experta.
Por otra parte, la incontinencia urinaria y las implicaciones en la vida sexual producto de los otros síntomas, suelen manejarse con discreción por lo que algunas mujeres retrasan la búsqueda de soluciones médicas.
“La aparición brusca, incontrolable y visible del sudor puede generar incomodidad, la sequedad vaginal, que causa dolor durante el coito, la incontinencia urinaria y la falta de concentración se silencian por vergüenza, lo que afecta la relación de pareja, la autoestima y la conexión social. Lo importante es que entiendan que hay tratamientos muy seguros que revierten este síntoma de forma rápida”, añadió la ginecóloga.
Consecuencias y tratamiento de la menopausia
La menopausia trasciende el manejo de los síntomas considerados tabú, esto se debe a que la ausencia de estrógeno expone el cuerpo a riesgos crónicos importantes que requieren prevención y atención médica.
El estrógeno actúa también como regulador de la pérdida de hueso, por lo que cuando esta hormona desaparece el proceso de deterioro óseo se acelera. A largo plazo, la osteoporosis eleva el riesgo de fracturas de cadera y vertebrales, que constituyen una de las principales causas de discapacidad, dolor crónico y dependencia en la vejez.
Además, antes de la menopausia, las mujeres presentan un riesgo cardiovascular inferior al de los hombres pero posterior a esta etapa, esa ventaja se reduce. Este aumento de riesgo se debe a que la falta de estrógeno desmejora el perfil lipídico (colesterol LDL y triglicéridos) y la rigidez de las arterias.
“La menopausia es para nosotras una alerta de salud futura. Si una mujer no hace ejercicio de fuerza y no mejora su dieta en esta etapa, está hipotecando su salud cardiovascular y ósea de cara a los 70 y 80 años de edad”, apuntó la doctora Ramos.
De acuerdo con la especialista, la terapia hormonal es el tratamiento más efectivo para los síntomas severos de la menopausia que, si se inicia en los primeros 10 años de esta etapa, suele mejorar los síntomas y evitar consecuencias para la salud.
Actualmente se priorizan las vías transdérmicas (parches o geles) sobre las pastillas, debido a que al evitar el paso hepático, el riesgo de trombosis disminuye. Además, se emplean dosis mínimas efectivas y se utilizan hormonas más cercanas a las que produce el cuerpo.
“La decisión siempre es individualizada. Para quien sufre de verdad, la terapia hormonal con supervisión médica es un tratamiento seguro que le devuelve la vida. Y sumado a un cambio de hábitos, las mujeres no tienen porqué padecer durante esta transición biológica”, dijo Ramos.
Recomendaciones para afrontar la menopausia
La menopausia requiere que la mujer asuma la responsabilidad de su prevención, más allá del tratamiento farmacológico, la especialista subrayó que la base de la salud posmenopáusica reside en el autocuidado.
Estas son algunas recomendaciones para atravesar esta etapa biológica de las mujeres:
– Caminar y hacer ejercicio de fuerza para contrarrestar la osteoporosis y la pérdida de masa muscular.
– Ajustar la suplementación de calcio, vitamina D, omega-3 bajo supervisión médica.
– Reducir azúcares ya que la resistencia a la insulina se incrementa en esta etapa.
– Dormir al menos 8 horas cada noche para reducir los síntomas cognitivos y el estrés. Si los sudores nocturnos son la causa, deben ser tratados, bien con terapias farmacológicas o mediante técnicas de higiene del sueño.
La ginecóloga Ramos resaltó que las mujeres deben entender que la menopausia es una etapa que dura años, por lo que exigir información médica y tratamientos adecuados no es un capricho sino el derecho a vivir la madurez con calidad de vida, autonomía y bienestar.
