La Casa Blanca afirmó que el nuevo petrolero interceptado en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela, es un “buque de bandera falsa” que forma parte de la llamada “flota fantasma” del país suramericano para burlar las sanciones y transportar crudo usado para financiar al gobierno de Caracas.
“El buque cisterna transportaba petróleo de PDVSA, empresa sancionada. Se trataba de un buque con bandera falsa que operaba como parte de la flota fantasma venezolana para traficar petróleo robado y financiar el régimen narcoterrorista de (Nicolás) Maduro”, escribió en X el 21 de diciembre la portavoz de la administración de Donald Trump, Anna Kelly.
Kelly respondió así a reportes de medios como The New York Times, que indican que el tanquero confiscado el sábado 20 de diciembre, nombrado Centuries y de bandera panameña, no forma parte de la lista de sancionados por EE UU y, en cambio, pertenece a una petrolera con sede en China que traslada crudo venezolano a refinerías del gigante asiático.
Segunda incautación bajo órdenes de Trump
Esta es la segunda embarcación interceptada en el Caribe bajo las órdenes del presidente Trump, quien la semana pasada incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
Poco después, el republicano impuso un bloqueo total a la entrada y salida del país de buques petroleros sancionados por el gobierno estadounidense.
Además, el mandatario afirmó el pasado miércoles que Venezuela les quitó los derechos petroleros a las empresas de EE UU.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, publicó un video de la operación, en la que participaron miembros de la Guardia Costera y de las Fuerzas Armadas de EE UU, y aseguró que Washington continuará “persiguiendo el movimiento ilícito de petróleo sancionado” que se utiliza para financiar el narcoterrorismo en la región.
En los últimos meses, Trump ha aumentado la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa de liderar una red de tráfico de drogas.
Desde agosto, EE UU mantiene un amplio despliegue militar dentro de una campaña antidrogas en la que ha destruido unas 30 supuestas lanchas vinculadas al narcotráfico y ha asesinado a más de un centenar de sus tripulantes.
Mientras tanto, Caracas rechazó lo que calificó de “robo y secuestro” por parte de Estados Unidos de “un nuevo buque privado” que transportaba crudo venezolano.
El Ejecutivo de Maduro tachó la operación de “piratería” y denunció además la “desaparición forzada” de la tripulación.