Varios municipios de Venezuela disponen de prohibiciones para la venta y uso de fuegos artificiales durante la temporada decembrina.
La medida busca minimizar los daños ocasionados por la distribución de pirotecnia durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Sin embargo, al tratarse de una orden municipal de carácter unilateral, su efectividad es limitada, ya que la comercialización de estos productos continúa realizándose de manera informal o sin controles en otras entidades.
A continuación, los municipios en Venezuela donde es ilegal la venta y uso de fuegos artificiales:
-Chacao (Miranda)
-Carrizal (Miranda)
-Los Salias (Miranda)
-Guaicaipuro (Miranda)
-Simón Bolívar (Anzoátegui).
Un impacto desigual en la venta y uso de fuego artificiales en Venezuela
El país está dividido en 335 municipios, pero solo cinco han establecido restricciones sobre el uso y la venta de fuegos artificiales, al menos hasta el 23 de diciembre de 2025.
Esto representa cerca de 1,5 % del total del territorio nacional, una proporción reducida si se considera el alcance de las celebraciones decembrinas.
La cifra refleja que las limitaciones siguen siendo medidas puntuales, aplicadas de forma desigual, pese a los reiterados llamados de autoridades y especialistas sobre los riesgos para la salud, la seguridad y el bienestar animal.
Impacto de los fuegos artificiales en la salud y el ambiente
El uso de fuegos artificiales genera efectos negativos en los animales, en especial en perros y gatos, cuyo sistema auditivo es más sensible que el de los humanos. El ruido intenso y repentino puede provocar desorientación, episodios de estrés agudo, intentos de fuga y, en algunos casos, accidentes o pérdida del animal.
En la fauna silvestre, las detonaciones alteran patrones de comportamiento y desplazamiento, especialmente en aves, que pueden desorientarse durante el vuelo nocturno y sufrir colisiones o abandonar nidos. Estos efectos se agravan en zonas urbanas cercanas a áreas naturales.
Las personas neurodivergentes también pueden verse afectadas por los sonidos explosivos. El equipo de El Diario elaboró una nota en la que advierte sobre los ciados a los fuegos artificiales, que pueden resultar extremadamente sensibles para niños con trastorno del espectro autista (TEA), trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y bebés prematuros con problemas en el desarrollo sensorial.
“Para estos niños, los estímulos auditivos son percibidos como más intensos y desagradables, lo que provoca una respuesta de estrés o incomodidad. En el caso del autismo, esto particularmente puede desencadenar una fuerte crisis conductual”, explicó Rusdeiba Agelvis, especialista en neuroeducación e integración sensorial, en entrevista para El Diario.
Igualmente, los fuegos artificiales representan un riesgo físico directo, asociado a quemaduras, lesiones oculares y accidentes, especialmente en niños y adolescentes. Además, la exposición al ruido puede generar molestias auditivas y estrés en personas sensibles.
Desde el punto de vista ambiental, estos artefactos contribuyen a la contaminación del aire y del suelo. La combustión libera partículas finas y metales pesados que afectan la calidad del aire, mientras que los residuos sólidos permanecen en calles, ríos y espacios naturales, con un impacto prolongado en los ecosistemas urbanos.
Marco legal sobre la venta de fuegos artificiales en Venezuela
El marco legal vigente en Venezuela no prohíbe de forma general el uso de fuegos artificiales, pero sí establece sanciones penales específicas por su venta a niños, niñas y adolescentes.
La normativa advierte tanto a comerciantes como a particulares sobre las consecuencias legales de incumplir esta restricción.
La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna) señala que la comercialización de pirotecnia a menores de edad es ilegal. En su artículo 92, la ley prohíbe expresamente este tipo de ventas, mientras que el artículo 262 tipifica el hecho como delito, con penas de prisión que van de tres meses a dos años para los responsables.
Las autoridades también advierten que quienes vendan fuegos artificiales sin los permisos correspondientes, o lo hagan a menores de edad, se exponen a denuncias por parte de la comunidad organizada ante los organismos competentes, lo que puede derivar en procesos administrativos y penales.
