- El domingo 4 de octubre de 2020 la galería de arte ABRA Caracas, ubicada en el centro de arte Los Galpones, inauguró su primera exposición virtual. El equipo de El Diario conversó con Luis Romero, uno de los fundadores de este espacio, sobre los cambios necesarios para continuar con la difusión artística en momentos de pandemia
El arte tiene como asidero la expresión de la experiencia y, así mismo, el encuentro físico entre la obra que se presenta eterna y el individuo que es efímero. La galería ABRA Caracas se considera de acuerdo con Luis Romero, uno de sus fundadores, como un espacio en el cual el espectador confronta la propuesta estética de los artistas. Frente a frente, cara a cara, como dos boxeadores en plan de combate.
Por eso mismo, al principio de la pandemia por covid-19 no analizaron la posibilidad de configurar ese enfrentamiento a través de las plataformas digitales. “Además, pensamos que esta situación se iría normalizando en un tiempo breve”, comenta. Pero los meses se acumularon, uno tras otro, y la situación no se ha normalizado. Ahora es el momento de traer nuevamente un encuentro, así sea digitalizado, entre el arte y su espectador y lo harán a través de su página web.
Claro está, aunque la experiencia del encuentro es importante para el ideario de la galería, a través de sus redes sociales comenzaron distintos proyectos de visibilidad. Una difusión paulatina de la vida externa de sus artistas desde el confinamiento. ¿Cómo se mira el afuera desde adentro? ¿Cuáles son los ojos y las perspectivas? Bajo estas máximas, dice Romero, se inició en el mes de mayo de 2020 el proyecto “Desde adentro el afuera”.
“Iniciamos una conversación interna con los artistas que trabajan con la galería, sobre la situación de confinamiento y cuál sería en esa circunstancia la posibilidad de reflexionar sobre la obra y su posible exhibición. Los artistas con quienes trabajamos viven en el exterior, algunos en el interior del país y otros en Caracas, lo que generó una respuesta muy variada e interesante que van desde reflexiones desde lo personal hasta sobre las particularidades de lo local”, dice.
La variabilidad de cada contexto, atravesada por la mirada de los artistas de la galería, permitió establecer un proceso de codificación del afuera bajo el matiz de lo interno. Las propuestas están presentes en la cuenta de Instagram @abracaracas. La cuarentena ha significado un impase en la cotidianidad. En la relación con el otro, con aquel que ahora puede ser un posible contagio, que ya no es, por entero, un ser que pueda ser tocado, abrazado y regocijado. Esto permite que la expresión artística sea un reflejo de los temores o del agotamiento mismo que significa el confinamiento.
Algunas obras salían a la calle, como si de un cuerpo vivo se tratase. Conversaban con los pocos transeúntes, se enfrentaban al clima, miraban el rostro de los demás con un tapabocas. Otras, al contrario, se quedaban en el calor de la casa para mostrar la nostalgia del pasado, de lo vivido, o contenían “la incertidumbre y el desafío que plantea el distanciamiento”. Esto permitió una pluralidad interesante, expresa Romero, para entrever la afectación de la pandemia en distintas partes del mundo y del país. Una obra es individual y, al mismo tiempo, encierra una visión universal.
El traspaso del encuentro físico a la digitalización no ha significado gran dificultad para la galería. Lo único necesario para realizar una presentación digital competente, explica Romero, es encontrar la verdadera función de cada plataforma y utilizarla. Además, gracias a esto se incluyeron en el equipo de trabajo a varias personas que permiten ampliar el rango de difusión y encuentro que plantea ABRA Caracas. “Deseamos que este cambio no sea permanente y que podamos volver al formato físico sin dejar a un lado todo lo que estamos aprendiendo de esto. Es nuestro mayor anhelo poder reencontrarnos con las obras, el público y la experiencia incomparable que significa el contacto humano”, agrega.
Hernán Alvarado, el artista de la primera exposición virtual
El artista venezolano Herán Alvarado, nacido en la pequeña Isla de Toas, estado Zulia, en 1948, será el primero en mostrar una serie de su trabajo estético a través de la virtualización de la galería ABRA Caracas. El título de la exposición será ¿Limpia de moho y trizas correrá la bola en línea recta? La mirada artística de Alvarado no persigue, como muchos otros, la belleza como final. Una utopía donde los pasos se vuelven cada vez más largos. Para el artista zuliano, como explicó durante una entrevista en 2016 para Luster Magazine, “la belleza está en las formas simples, en las formas complejas la belleza no es patrimonio de nadie, pero es una suerte encontrarla y celebrarla”.

Romero expone que la obra de Alvarado en esta ocasión está concebida desde la afirmación de la conciencia y la constante experiencia de ser y existir. La muestra estará conformada por 20 pinturas, una selección de sellos de madera y anotaciones visuales sobre un cuaderno. La obra del artista zuliano no se circunscribe a un solo medio, al lienzo y al caballete, sino que rompe los límites y deviene en una diversidad plausible, inatajable, pero coherente. “Alvarado, desde la más genuina sencillez se entrega al gesto, al color y a la mancha, abandonando lo narrativo y dejando a la pintura hablar, otorgándole el poder que tiene”, puntualiza.
Vida profesional de Hernán Alvarado
Hernán Alvarado es un Artista Plástico, licenciado en Bellas Artes por la University of Paris 8 en 1968. Se formó posteriormente en la especialización del grabado en importantes instituciones de Europa, entre ellas: École Nationale Supérieure des Beaux-Arts (1976 -1977); University of the Arts London (1978 -1979); Royal College of Art (1979 -1983). nnEn 1983 volvió a Venezuela para continuar su práctica artística y ejercer por varios años la docencia. Asimismo, ha publicado trabajos como ilustrador para Liberation of Paris, Ambit Magazine, London y Papel Literario de El Nacional, Caracas. Actualmente vive y trabaja en Maracaibo, Venezuela.
Alvarado establece un camino directo entre el espectador y la vitalidad del color. Es un paso sin obstáculos y sin una narrativa conceptual que, de alguna manera, pueda modificar la percepción del individuo. Igualmente, para este artista la experimentación en sí misma es una muestra del genio artístico y el absolutismo de las ideas son como grilletes atados en cada muñeca. “Estoy permanentemente revisando, pensando, reiniciando. No me aterra el discurso único pero trato de contenerlo con barreras viables, voy a lo simple; la poesía y el psicoanálisis siempre vienen a brindarme ayuda. Yo se los retribuyo. La percepción, su estudio y práctica es esencial, también la argumentación que la concluye”, dijo en la entrevista para Luster Magazine.
Luis Romero comenta que durante el mes de octubre se exhibirá en la página web de la galería un libro-objeto titulado Borradores y producido por la poeta venezolana Yolanda Pantin. Un libro puede ser un medio para el arte, como la balsa que lleva al viajero, pero también puede ser arte en sí mismo, en su propia concepción de objeto. Este proyecto nace en el año 2012 de una conversación entre la poeta y el investigador de arte Eliseo Sierra sobre el boceto de la obra Coloritmo N° 51 de Alejando Otero.
“El poema es un borrador y uno hace lo que puede para fijar lo que trae el chispazo que lo enciende”, dice Pantin. El poema como núcleo de una expresión humana puede sostenerse de cualquier cosa para existir, para encenderse con la llama necesaria que dará visibilidad a la duda abstracta. El camino de la digitalización de la galería ABRA Caracas es una forma para mantener la llama del arte. Desde casa, cada persona, puede encontrar un encuentro necesario con la obra. Aunque, eso sí, Romero y todo el equipo espera volver a las salas expositivas para ser testigos del enfrentamiento vivo entre cada espectador con la exposición presente.