La lucha de Xavier por otro trasplante: el reflejo de dos realidades del sector salud venezolano

Daniela León
Daniela León - Redactora
8 Min de lectura

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  • Xavier Andrés Cabrera, oriundo de Falcón, recibió un trasplante de riñón en 2008. El órgano falló cuatro años después y, actualmente, aspira a una nueva cirugía pero la crisis económica y la emergencia humanitaria que atraviesa el país la retrasan cada día más. Ilustración: Lucas García

Cuando Xavier Andrés Cabrera tenía apenas 16 años de edad tuvo que hacerle frente a un problema de salud del cual sabía muy poco. Lo diagnosticaron con insuficiencia renal crónica y su adolescencia dio un giro inesperado. 

El joven no presentaba síntomas de la enfermedad, pero los médicos dieron con el diagnóstico luego de operarlo de emergencia por una apendicitis en el año 2008. Los exámenes postoperatorios revelaron el estado de sus riñones, por lo que tuvo que someterse a diálisis por un tiempo. 

Cinco meses después, el adolescente natural de Punto Fijo (Falcón), recibió un trasplante de riñón en la Policlínica Metropolitana en Caracas. Uno de sus hermanos fue el donante y, pese a lo fortuito de la situación, la familia pudo realizar todo el preoperatorio sin inconvenientes. 

El joven recordó ese año de su vida como un desafío. Pasó de gozar de una aparente buena salud a depender de una máquina y luego de unas pastillas inmunosupresoras. 

Un nuevo reto

Tras el éxito de su operación, el joven decidió estudiar en el seminario para posteriormente adoptar la vocación sacerdotal. No obstante, su salud cambió sus planes. 

El trasplante que recibió Xavier solo funcionó por cuatro años. En el año 2012 regresó a diálisis y en paralelo decayó su estado de ánimo abruptamente. 

Esta vez llegar a quirófano no ha resultado tan sencillo como con el primer trasplante. En el año 2015 comenzó a hacer los trámites para optar por una segunda cirugía. Para el presente año 2021 sigue sin recibirlo. 

Transplante 2
Ilustración: Lucas García

Diálisis indefinida 

Desde que que Xavier perdió el trasplante su cotidianidad gira en torno a las diálisis. Todos los lunes, miércoles y viernes se levanta temprano para llegar a las 7:00 am a su tratamiento, donde lo atienden las nefrólogas Lisbeth Sirit y Rosario Chirinos.

Una vez conectado a la máquina de diálisis, espera tres horas para que la terapia cumpla la función que sus riñones ya no pueden hacer. 

Xavier describe la unidad como un lugar casi tan frío como un quirófano, en la que los 18 pacientes que asisten por turno intentan amenizar el ambiente y olvidar sus preocupaciones. Aclaró que de esa forma el tiempo parece pasar rápidamente. 

“Es una rutina complicada. Con el día de diálisis ganas salud, pero pierdes tiempo para hacer una vida normal. Yo estoy en la unidad hasta el mediodía y llego a mi casa a descansar, porque salgo débil por la misma terapia”, detalló. 

La motivación más grande

Hace cuatro años, mientras Xavier realizaba los primeros pasos del protocolo, un regalo inesperado llegó a su vida, pues se convirtió en papá de forma inusual. 

El joven decidió adoptar a una recién nacida que fue producto de un embarazo no planificado. Él intercedió con la madre para que lo dejara hacerse cargo de la niña por su cuenta, a pesar de que no es su padre biológico. 

En aquel momento, el paciente desistió de sus planes de ser sacerdote para asumir la paternidad de quien considera su motivación más grande. 

Un largo proceso por un trasplante

Xavier lleva casi seis años de espera para acceder a un trasplante renal en el país. En el año 2017 se suspendió el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos en Venezuela, un programa fundamental para garantizar la preservación de órganos de personas fallecidas y facilitar un trasplante en centros de salud públicos. 

La crisis hospitalaria que se ha ido agudizando durante varios años también influyó en el retraso del trasplante, por lo que actualmente realiza todos los trámites necesarios para operarse en la Clínica Santa Sofía en Caracas. 

El procedimiento es complejo y costoso. Antes de ingresar a quirófano, Xavier debe conseguir el dinero completo de la cirugía, adquirir los inmunosupresores y cumplir con los exámenes pretrasplante que le piden en el centro de salud. 

Bingos, rifas, recaudaciones y hasta vender chocolates son algunas de las cosas que ha hecho para recaudar el dinero de sus gastos médicos. Asegura que le ha alcanzado para los viajes a Caracas y los exámenes previos. Sin embargo, no es suficiente para costear los inmunosupresores. 

Trasplante
Ilustración: Lucas García

La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Maraven, Punto fijo, se unió recientemente a la lucha de este paciente renal. El pasado 18 de febrero crearon la campaña “Guadalupe de la mano con Xavier” que organiza una rifa virtual con el objetivo de involucrar a la comunidad en la travesía del joven. 

El nuevo trasplante 

El 22 de febrero de este año Xavier se someterá junto con su padre a un examen de compatibilidad en el Instituto de Inmunología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), que determinará si podrá ser su donante oficial. 

El joven tiene sus esperanzas puestas en que su padre sea compatible, la cirugía ocurra sin complicaciones y que el órgano funcione por muchos años más que el anterior. 

A pesar de esto, admite que la calidad de vida es mucho mejor luego del trasplante. Es por ello que enfoca su tiempo libre en motivar a otros pacientes renales en redes sociales para lograr ese mismo objetivo. 

“Intentó sensibilizar a las personas desde mi propia realidad, que entiendan que hacemos un gran esfuerzo por vivir, estar y participar. En mi caso no tengo los recursos económicos para respaldar a tantas personas. Ojalá aquellos que tienen los medios puedan aportar algo a este tipo de campañas. Salvar una vida es un gran milagro”, comentó el paciente renal.

El trasplante de riñón podría brindarle a Xavier una oportunidad de vivir más plenamente, disfrutar la paternidad y, espera, poder ayudar a otros venezolanos que atraviesan situaciones de salud similares. 

Daniela León
Daniela León - Redactora
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