- Luego de varios meses sin poder abrir sus puertas, los espacios deportivos intentan encontrar una manera de ofrecer seguridad a sus usuarios; pero también la oportunidad de retomar los entrenamientos
Los gimnasios y espacios deportivos son algunos de los sectores más afectados durante la cuarentena en Venezuela; ya que solo está permitido que estos lugares abran sus puertas durante la semana de flexibilización, bajo el esquema 7+7 impuesto por el régimen de Nicolás Maduro. No obstante, en algunos centros de entrenamiento han tomado la decisión de mantener las actividades durante las semanas de cuarentena radical para poder generar ingresos que permitan mantener el lugar.
El 11 de junio de 2020 Nicolás Maduro anunció la primera flexibilización para los centros comerciales y espacios deportivos. Sin embargo, para muchos de los gimnasios no es productivo trabajar durante una semana y luego tener que cerrar la siguiente, debido a que para los clientes no es conveniente pagar un mes de suscripción y entrenar solo 15 días.
Ante este panorama, muchos de estos locales permanecieron cerrados ante la imposibilidad de crear una manera en la que ambas partes, tanto el usuario como el dueño del recinto, salieran beneficiados.
Trabajan en cuarentena radical
Fue a partir de septiembre de 2020 cuando los gimnasios comenzaron a abrir sin haciendo caso omiso de la semana radical o flexible, pero invitando a la gente a que acudiera cumpliendo todas las medidas de bioseguridad necesarias.
En las redes sociales, las diversas cuentas de gimnasios en el país han publicado que trabajarán incluso durante la radicalización. También reflejan los horarios y el precio de las inscripciones por día o mes.
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Giacoma Capodiferro, directora comercial y de operaciones de Gold Gym, declaró para El Diario que en septiembre de 2020 (cuando decidieron reabrir sus puertas) solo se inscribió el 10% de las personas que tenían previo a la pandemia. Pero en enero de este año ese número incrementó a 50% (en comparación con marzo). Un reflejo de la necesidad de las personas de cuidar su salud física, pero siguiendo las medidas de bioseguridad.
“Venezuela tiene muchos factores ajenos a la pandemia que no permiten tomar la regularidad en las actividades a los ciudadanos, como la escasez de gasolina; y otros factores como la falta de clases de los niños. Eso hace que sea más complicado para nuestros usuarios regresar a la normalidad”, detalló Capodiferro.
La directora comercial de Gold Gym explicó que mantienen los mismos precios de las suscripciones previo a la clausura de los mismos por la pandemia. La intención es motivar a las personas para que sigan asistiendo a pesar de la crisis económica.
Chequeo de las autoridades
Luis Vega*, recepcionista de un gimnasio ubicado en el Centro Comercial Chacaíto (municipio Chacao), dijo que mantienen sus puertas abiertas de lunes a sábado independientemente de la semana; aunque cambian algunos factores dentro de las instalaciones durante la semana radical.
Una de las medidas que toman durante las semanas de radicalización es que bajan el volumen de la música, mantienen las luces apagadas y se mantienen en constante comunicación con los vigilantes del centro comercial para evitar “cualquier problema o malentendido” con algún funcionario policial por usar el gimnasio durante la semana radical.
Capodiferro, por su parte, destacó que no han tenido problemas con algún cuerpo policial durante la apertura de sus espacios; aunque en varias ocasiones llegaron funcionarios para realizar un chequeo de las instalaciones y verificar que se cumplan las medidas de bioseguridad.
Educando a los miembros de los gimnasios
Tanto Vega como Capodiferro coincidieron en que uno de los retos que han enfrentado en los gimnasios es educar a los miembros para que cumplan con todas las normas y reglas.
“Ha sido muy difícil estar concientizando a los miembros en lo importante que es el uso de la mascarilla. Se la pueden retirar mientras están entrenando, pero justo apenas terminen deben usarla nuevamente. Los gimnasios también son espacios para compartir y socializar y es muy difícil estar detrás de ellos para cumplir las reglas”, agregó Capodiferro.
Otra de las normas establecidas es el uso de dos toallas. Una para secar el sudor producto del ejercicio y otra para ponerla sobre las máquinas o asientos que vayan a utilizar durante el entrenamiento.
Vega señaló que algunas personas no les gusta que constantemente les obliguen a usar el tapabocas y las toallas, pero les recuerdan que eso hace que las instalaciones funcionen y se mantengan activas durante la pandemia.
Los gimnasios y espacios deportivos son esenciales para la salud física y mental; pero en Venezuela, un país afectado por la grave crisis sanitaria, si no se toman las medidas correctas para la apertura de estos lugares, se pueden terminar convirtiendo en un claro foco de contagios para los usuarios y trabajadores.