• El doctor Ascanio Rincón, jefe del Laboratorio de Paleontología del IVIC, explicó en entrevista para El Diario, que el ejemplar hallado (Aff. Xibalbaonyx) era un perezoso que pesaba entre 200 y 300 kilogramos y su tamaño era como el de un oso frontino o un oso pardo americano | Foto: Cortesía de Ascanio Rincón.

Durante los primeros días de junio de 2021, la prehistoria de Venezuela revivió con el descubrimiento de un perezoso gigante, cuyos restos se encontraron en las cuevas del Morro de la Guairita, en el Alto Hatillo de Caracas. Los estudios del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) indicaron que el animal vivió durante el Pleistoceno tardío, hace 20.000 años. 

En entrevista exclusiva para El Diario, el jefe del Laboratorio de Paleontología del IVIC, Ascanio Rincón, afirmó que es la primera vez que se descubre un animal prehistórico en el valle de Caracas. El ejemplar, indicó, es muy parecido a otro hallado en tierras mexicanas –también perteneciente al Pleistoceno tardío– y que fue bautizado como Xibalbaonyx. Por ello, el recientemente encontrado en Venezuela se denominó Affini a (Aff.) Xibalbaonyx temporalmente, lo que quiere decir que es similar a la especie encontrada en México, pero que muy probablemente represente un género y especie nueva para la ciencia.

Creemos que el ejemplar que nosotros encontramos pertenece a una especie nueva para la ciencia, aunque no nos hemos atrevido a hacer una afirmación por lo fragmentario del material. Hemos encontrado muchos restos, sí, pero son fragmentos aislados de huesos. Estamos excavando otras cavidades para conseguir elementos esqueléticos más completos de este animal y concretar finalmente su especie”. –Doctor Ascanio Rincón, jefe del Laboratorio de Paleontología del del IVIC.

Ascanio Rincón

Es un paleontólogo graduado en la Universidad del Zulia y uno de los pioneros de esta ciencia en Venezuela. Se especializa en mamíferos fósiles y realizó un doctorado en el Centro de Ecología del IVIC. Luego hizo un posdoctorado en la Universidad de Texas, mención Paleontología. Además de ser jefe del Laboratorio de Paleontología del IVIC, también es investigador asociado titular de esta institución. nnRincón ha realizado grandes hallazgos en Venezuela como el del perezoso gigante Megistonyx Oreobios, el 26 de noviembre de 1997 (publicado como género y especie nueva en septiembre de 2013), y el primer tigre dientes de cimatarra en Suramérica, Homotherium venezuelensis, el 27 de abril de 2007 (aceptado por la Sociedad Paleontológica de Vertebrados en diciembre de 2010). También ha realizado importantes excursiones en México, Bolivia y regiones de la Antártida.

El experto comentó que han encontrado fragmentos del cráneo, parte de los huesos de los brazos, piernas, vértebras, costillas y patas del Aff. Xibalbaonyx. Añadió que también han conseguido partes de otros animales contemporáneos al perezoso como murciélagos, báquiros, marsupiales, venados y ranas. 

Paleoambiente. De esta forma se le denomina a un ambiente del pasado, indistintamente de su antigüedad.

De acuerdo con las declaraciones del doctor Rincón, pronto realizarán una nueva publicación sobre la fauna acompañante del perezoso del valle de Caracas, probablemente con otros análisis químicos que están haciendo. Las especies son muy similares a otras ya estudiadas que permiten inferir el paleoambiente, pero no se puede determinar cuáles son estas especies con exactitud porque no se han terminado los mencionados análisis. 

¿Cuándo empezó la investigación y cómo fue? 

El jefe del Laboratorio de Paleontología del IVIC informó que a pesar de que el descubrimiento fue reciente, la investigación se está realizando desde 1992 cuando comenzaron un proyecto sobre el paleoambiente en el valle de Caracas. Indagaron en 10 cuevas, de las cuales 3 han mostrado presencia de numerosos fósiles prehistóricos –inicialmente astillas de huesos–. 

El descubrimiento fósil de un perezoso gigante en el Alto Hatillo de Caracas: ¿Cómo fue el proceso?
Perezoso gigante y su paleoambiente | Foto: Cortesía de @hodarinundu.
Equipo. La investigación del Aff. Xibalbaonyx es liderada por Ascanio Rincón junto con el profesor Luis Lemoine de la Fundación Arqueológica del Caribe (ARCA) y de la Unidad de Estudios Arqueológicos de la Universidad Simón Bolívar (USB); y el doctor Gregory McDonald, representante de la Oficina de Administración de Tierras de Estados Unidos (Bureau of Land Management, BLM).

Sin embargo, las excavaciones intensivas comenzaron en 2017, cuando recibieron el permiso del Instituto del Patrimonio Cultural para ello. Los primeros indicios de que se trataba de un perezoso gigante terrestre fueron por la presencia de un diente molar de esta especie, pero unas 10 veces más grande que los de los perezosos modernos, explicó Rincón. Estos animales se extinguieron al final del Pleistoceno, durante la última Edad de Hielo.

“Los perezosos modernos tienen los dientes muy pequeños, en escala milimétrica; son aproximadamente 4 o 5 milímetros de ancho por unos 8 milímetros de largo. En el caso específico del perezoso gigante que encontramos en el valle de Caracas, los dientes pueden llegar a tener centímetro y medio de ancho y hasta cuatro centímetros de largo. Hay otros perezosos, como el Eremotherium, cuyos dientes pueden llegar a medir 7 centímetros de ancho y 20 de largo; eran verdaderamente gigantes”, aseveró Rincón.

Incursiones y proceso para determinar la especie

El doctor del IVIC aseguró que el proyecto del Morro de la Guairita es “bastante complejo”. Llevaron a cabo aproximadamente 11 calicatas (pequeñas excavaciones de pruebas) entre todas las cuevas, para saber si existían elementos óseos en los primeros niveles estratigráficos dentro de estas y determinar si era factible profundizar y encontrar huesos fosilizados. 

En el caso de una de las cuevas, consiguieron sedimentos intactos en la superficie de un montículo y comenzaron las excavaciones; conforme se hicieron más profundas, consiguieron más astillas de huesos y otros elementos óseos.

“Las visitas a la cueva fueron desde las 8:00 am hasta las 3:00 pm aproximadamente. Es un lugar muy estrecho, con secciones verticales. No es recomendable que los turistas la visiten porque es extremadamente peligrosa”, acotó el paleontólogo especialista en mamíferos fósiles. 

Después de que se consiguen los rastros fósiles, comienza otra tarea difícil: la determinación de la especie. Menciona que la forma en la que se realiza es por medio de comparaciones con otras especies; en este caso de perezosos gigantes, para saber a qué grupo familiar pertenece y finalmente la especie exacta. 

El descubrimiento fósil de un perezoso gigante en el Alto Hatillo de Caracas: ¿Cómo fue el proceso?
Doctor Ascanio Rincón en expedición | Foto: Ascanio Rincón.

Perezosos gigantes en Venezuela 

Esta no es la primera vez que se hace un descubrimiento de perezosos antiguos en Venezuela. Rincón recordó que existen hallazgos de una especie llamada Eremotherium laurillardi en varios yacimientos de todo el territorio nacional: Falcón, Cojedes, Lara, Zulia y en las regiones del oriente y los Andes.

El Eremotherium laurillardi pertenece a la familia Megatheriidae (también llamados megaterios), caracterizada por tener integrantes enormes con un peso superior a siete toneladas. El hermano Nectario María –cuyo verdadero nombre era Louis Alfred Silvano Pratlong– de la Sociedad de Ciencias de La Salle, reportó los primeros hallazgos de este animal en Venezuela, al norte de Barquisimeto, Lara, en 1936. 

En cuanto al perezoso que sigue investigándose en el valle de Caracas, los equipos del IVIC,  ARCA-USB, y BLM-USA confirmaron que pertenece a la familia Megalonychidae (también conocidos como megaloníquidoes). En Venezuela se ha conseguido únicamente otro ejemplar de esta familia y resultó ser una especie desconocida por la ciencia. También la descubrió Rincón en la cumbre del Cerro Pintado (formación de montaña) de la Sierra de Perijá del estado Zulia; a finales de noviembre de 1997, y su nombre es Megistonyx oreobios. 

Aff. Xibalbaonyx: principales características

Según el experto, en Suramérica no se ha conseguido un ejemplar similar al del Morro de la Guairita. Por tanto, teniendo en cuenta la similitud que tiene con el Xibalbaonyx, los científicos sopesan la posibilidad de que esta especie se extendiera hacia el sur y llegara a Venezuela. 

El término Xibalbaonyx proviene de la palabra Xibalbá (o Xib’alb’a) –el nombre del inframundo en la mitología maya– unida con la palabra fonética onyx –que hace referencia a “garra” en griego–. Su significando sería “La garra de Xibalbá”. Esta denominación se debe a las garras largas del perezoso gigante y al hecho de que se consiguió por primera vez en uno de los cenotes (estanques naturales de agua dulce suministrado por un río subterráneo) de la Península de Yucatán, considerados entradas al inframundo en la cultura maya. 

El tamaño aproximado de este animal, puesto que no hay elementos lo suficientemente completos para calcular el peso corporal exacto, podríamos decir que es de 200 a 300 kilos; es decir, del tamaño de un oso frontino o un oso pardo americano. Ese sería el tamaño cercano del perezoso Aff. Xibalbaonyx”, comentó Rincón.

-Era un animal de movimientos lentos, continuó. Buscaba cuevas en busca de alimentos o refugio. Sus garras eran de aproximadamente 20 centímetros de largo y tenían una relación filogenética cercana con nuestros perezosos arborícolas modernos. Aunque la diferencia más notable es que estos perezosos gigantes eran completamente terrestres, no se subían a los árboles como los de hoy en día.

-Rincón dijo que otra característica particular de algunos perezosos gigantes (Megalonychidae) es la presencia de cuatro dientes: Dos arriba y dos abajo, parecidos a los caninos (caniniformes, su nombre técnico) de los perros.

Segmentación de perezosos gigantes. Los perezosos gigantes se dividen en cuatro familias: Megatheriidae, Megalonychidae, Mylodontidae y Nothrotheriidae.

-De acuerdo con el paleontólogo, dentro de los Megalonychidae hay perezosos de rostro corto y otros de rostro alargado; el del valle de Caracas era de rostro alargado, como el Xibalbaonyx. 

-Eran herbívoros, o al menos la mayoría; ya que algunas hipótesis indican que se pudieron haber alimentado de carroña en algún momento, pero su dieta principalmente era a base de plantas. 

El descubrimiento fósil de un perezoso gigante en el Alto Hatillo de Caracas: ¿Cómo fue el proceso?
Restos óseos del Aff. Xilbalbaonyx | Foto: Ascanio Rincón.

Paleontología actual en Venezuela 

En palabras de Rincón, hace falta más financiamiento y apoyo para la paleontología venezolana, a pesar del impulso que ha tenido. Igualmente, estimó que se necesitan más espacios de estudios, laboratorios, y jóvenes interesados en esta ciencia. 

Confesó que la pandemia también ha afectado mucho las labores de su equipo de investigación. Ya que deben someterse a constantes pruebas para descartar la existencia del covid-19 y no exponer al equipo. Igualmente, señaló que hay periodos en los que las expediciones deben posponerse por medidas de bioseguridad, lo cual termina retrasando al grupo científico. 

“Básicamente desde que comenzó la pandemia no hemos podido ir al campo. Eso nos ha llevado a analizar o reinterpretar todo el material que recolectamos antes de la cuarentena y básicamente con eso es que estamos trabajando. No nos hemos detenido; aunque tenemos ciertas limitaciones en casa como la falta de un buen Internet, la imposibilidad de acceso a literatura o colecciones para hacer las comparaciones, entre otras”. Así opinó Ascanio Rincón. 

Primer hallazgo de 2021.

En mayo del año en curso, Rincón y otro equipo científico registraron los restos de un cocodrilo que vivió en el Mioceno tardío, hace nueve millones de años en el estado Falcón, específicamente en el desierto de Urumaco. El nombre de la especie es Acresuchus pachytemporalis, y su principal característica son los huesos temporales del cráneo en relieve y curvos hacia arriba, dando la impresión de ser cuernos.

Adelantó que además de continuar con las investigaciones del Morro de la Guairita, el equipo del IVIC está trabajando en un proyecto dentro del Breal de Orocual. Uno de los pozos de asfalto más grandes del mundo con fósiles y que se encuentra en Monagas, Venezuela. Igualmente tienen planes en un pozo de asfalto de la Sierra de Perijá, en Zulia, con los insectos fósiles y la paleoecología de la zona. 

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