- Los comunicadores sociales, que ejercen en la triple zona limítrofe del Amazonas, se colocan en un punto crítico cuando hablan de temas como la minería, la guerrilla o la devastación ambiental. La mayoría prefiere no abordar esos tópicos; quienes lo han hecho, han sido amedrentados
La rutina de María Eulalia Gómez inicia a las 6:00 am cuando prepara café y enciende la radio para escuchar las noticias. Eso no puede faltar en la mayoría de los hogares de Puerto Ayacucho, en donde el medio de comunicación más común es la radio que, pese a la extensión de los medios digitales y las redes sociales, sigue ostentando el reinado en la capital de Amazonas.
Entre micrófonos se formaron gran parte de los comunicadores sociales en esa región del país. Allí se ha incrementado el número de periodistas en los últimos años, quienes buscan ejercer su profesión en un contexto diverso y multicultural. Muchas de las personas que tienen un programa de radio no son periodistas que se formaron en universidades. Tienen profesiones diversas como abogados o docentes, pero han visto en la comunicación una ventana para desarrollarse.
Uno de ellos es el abogado Magno Barros, quien siempre estuvo encantado por el periodismo; aunque por razones económicas se decidió por la carrera de Derecho. Tuvo programas en las diversas emisoras que trabajó: Radio Amazonas, Autana y Marawaka. En esta última actualmente tiene su programa de Waka Noticias Radio, un espacio informativo que se ha convertido en un referente en la región y con el cual se ha ganado la confianza de la comunidad.
Carolina Azabache es otra profesional que conduce un programa informativo en Raudal Estéreo, y que le ha permitido la cercanía con la gente; así como la posibilidad de conocer otros temas que le interesen a la audiencia de Amazonas. Ambos profesionales destacan que hacer periodismo en la frontera sur es complicado, y la mayoría aplica la autocensura para vencer el miedo.
Y es que la triple frontera de Amazonas que al este limita con Brasil y al oeste con Colombia, tiene en su territorio el desarrollo de diversos actores que merecen la atención y la divulgación. Ese es el reto de estos profesionales, quienes conmemoraron el 27 de junio su día.
Del Derecho al Periodismo
Magno Barros comenzó haciendo radio hace 20 años, cuando tuvo un programa de opinión en Radio Amazonas. Aprovechó su tiempo de estudios de Derecho, en la Universidad Central de Venezuela, para realizar el curso de locución en la Escuela de Comunicación para certificarse como locutor y comenzar con programas informativos. Actualmente estudia periodismo en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).
Waka Noticias es el espacio informativo que dirige y que contempla el programa de radio, la página web y las plataformas de redes sociales. “Primero comenzamos en la página web y luego lo pasamos a la radio. Llevamos seis años aproximadamente, estuvimos en Autana y ahora en Marawaka Radio”, precisó Barros para El Diario.
La radio es la cercanía con la comunidad y Waka Noticias es un programa que ha servido para las denuncias de los problemas que afectan a la gente, así como también para informar sobre algunos temas que resultan incómodos para ciertos actores de poder. Por ello, a este locutor lo han intimidado y amenazado en varias oportunidades.
Con medidas protectoras
Barros contó que en medio del ejercicio como comunicador, lo han detenido dos veces. La primera vez ocurrió luego de un reclamo en una estación de servicio de gasolina. “Me bajaron del carro, me llevaron a la sede del Ejército, y al final, fui a un tribunal militar. Me imputaron por el delito de ataque al centinela. En realidad exigía un reclamo de la gente que estaba en la cola y por esa razón me procesaron. Hoy en día el caso está cerrado, eso fue hace cuatro años, en 2017”, detalló.
La segunda detención fue hace tres años, mientras el periodista cubría un evento de unos funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), quienes habían “asesinado a alguien dentro de la sede del organismo y fueron privados de libertad”.
Barros detalló que cuando hacía el video del traslado, otros compañeros de los sujetos implicados lo intentaron apresar a él junto a su familia que estaba en el carro. “Me pude soltar, pero agarraron a mis hijos con el carro y los metieron dentro de la institución. A mí me persiguieron para llevarme igualmente detenido, pero como habían personas en el bulevar que queda cerca, me protegieron. Me defendieron, la gente protestó hasta que lograron rescatar a mi familia del CICPC”.
Por ese altercado, Magno Barros tuvo que ir hasta la Fiscalía a pedir medidas de protección, debido a la persecución constante que vivió por parte de los funcionarios del CICPC de ese año. Reveló que en ese momento, recibió apoyo del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), seccional Apure-Amazonas, a pesar de no ser periodista. Añadió que todavía sigue abierta la averiguación: “No han cerrado el caso ni han determinado responsabilidad en la actuación”.
El pasado mes de abril, el narrador de Waka Noticias tuvo su más reciente episodio: una amenaza pública en la radio.
Este comunicador afirma que la minería y tráfico de drogas son los hechos más relevantes en el área de sucesos en Amazonas. A su juicio, cuando se trata de estos dos puntos, todo se relaciona con grupos armados y no con delincuencia organizada común.
“Es organizada a través de grupos irregulares, bien sea paramilitares o guerrilla. Y son grupos colombianos, aunque ya se incorporan venezolanos reclutados por ellos. Pero cuando se tocan estos temas nos autocensuramos, porque ya se sabe que esa barrera no se puede pasar”.
Basta de repetir las noticias del Estado
Así como abunda la radio como medio de comunicación, en Amazonas predomina el ejercicio del periodismo institucional. La mayoría de los periodistas han realizado su trabajo en prensa de la gobernación, en alcaldías u otra dependencia del sector público. A pesar de que es importante conocer lo que ejecutan las instituciones, también la ciudadanía requiere conocer otros temas y problemas de la región.
Esa es la inquietud de la periodista Carolina Azabache, una de las moderadoras del programa Radar Informativo de Amazonas, que transmite Raudal Estéreo. Ella considera que si bien las fallas de los servicios públicos y el problema alimenticio se deben abordar, no son las únicas dificultades.
“A veces me da impotencia ver cómo nos convertimos en repetidores de las noticias del Estado, que utilizan nuestros medios, nuestra voz para dar informaciones de ellos y no estamos tocando otros temas ”, resaltó.
En este sentido, Azabache se ha inclinado por trabajar temas relacionados con la frontera, los grupos irregulares, delitos, negocios ilícitos. “Lo difícil de esos temas es el acceso a la fuente. Lo que pasa en Puerto Ayacucho es que hay muchas verdades, pero nadie afirma nada”, subrayó.
Además, Puerto Ayacucho es una ciudad pequeña y mucha gente se conoce, por lo que hay temor de manejar ciertas informaciones. Para Azabache, gran parte de los periodistas se quedaron con el diarismo, con las complicaciones de la ciudad, pero no ahondan en temas como el contrabando, las pistas clandestinas, la exportación de cacao, la falta de rendición de cuentas en obras públicas, las enfermedades que atacan a los indígenas.
Advertencias de cuidado
Azabache ha cultivado importantes fuentes en Amazonas, lo que ha permitido abordar sucesos relacionados con grupos irregulares, por lo cual ha recibido recomendaciones de cuidado. “Cuando la detención de (Luis Felipe Ortega) Bernal, alias Garganta, en la comunidad de Picatoral, comencé a manejar información desde muy temprano por las minutas que recibí de las autoridades, y cuando recibo las fotos las publico. Pero no se me ocurre chequear antes de quién se trata”.
Esa tarde de noviembre de 2018, un amigo abogado de Azabache le preguntó que si ya había averiguado quién era Bernal. “Cuando logro meterme en Internet, me consigo todo el repertorio de este guerrillero. Recuerdo que me monté en un carro y me comenzaron a temblar las rodillas y pensé: ‘¿En qué me metí?”. Pero estas noticias le han permitido a Azabache ser un referente en el periodismo local. Incluso le sirvió para conceder entrevistas a medios nacionales e internacionales, y dar a conocer estos hechos ocurridos en Amazonas.
Desde ese momento, a esta periodista le llega información que, según dice, muchas veces no sabe cómo manejar debido a los riesgos que implica. Hasta la fecha no ha recibido amenazas directas, pero considera que el gremio se debe unir para abordar publicaciones diferentes.
“Creo que si trabajáramos en conjunto y tocáramos esos temas, tal vez sería distinto a que lo haga un solo periodista”.
Por ahora, esta comunicadora social explora posibilidades de formación continua y es colaboradora de Ipys Venezuela y de Una Ventana a la Libertad.
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Cuidarse entre sí
El estado Amazonas es una región que hace una década contaba con pocos periodistas formados profesionalmente. De allí que no calificaba con el mínimo necesario para formar la seccional de Amazonas del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), por lo que han tenido que sumarse a la del estado Apure. Sin embargo, en la región hay más profesionales en el ejercicio del periodismo, por lo que consideran que ya es tiempo de tener una representación del colegio en el estado.
Para Azabache, en la entidad existe una necesidad de cuidarse entre sí, de saber qué están haciendo los otros colegas, de crear protocolos de seguridad.
Por su parte, Raiza Viera, representante del CNP Apure-Amazonas, destacó la importancia de que los profesionales pertenezcan al gremio para poder ejercer legalmente. “El periodismo es una carrera que tiene muchas exigencias. Nosotros debemos orientar, educar, informar, es algo delicado para lo que debemos tener una certificación”.
Viera recalcó que el ente que tiene toda la autoridad para defender al periodista es el CNP. Agregó que el estado Amazonas ha cambiado mucho en el ámbito informativo. Ahora tiene problemas más grandes que tienen otros trasfondos. Porque hablar de la minería no es solo la extracción del oro; también las enfermedades, la prostitución, la familias que abandonan a los niños para ir a trabajar en las minas.
“El periodista debe hacer ese trabajo investigativo, pero ¿quién me protege? Es un riesgo que corremos los periodistas todos los días; pero quienes tenemos vocación debemos enfrentarlo con valentía, y ser muy cuidadosos del análisis, de la emisión y de dónde se obtiene la información”, sentenció.
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