• Desde enero de 2021 se han registrado constantes enfrentamientos entre la megabanda delictiva liderada por Carlos Revete, alias El Coqui, y funcionarios de seguridad del Estado. Foto: Efe

Ráfagas de disparos que se han vuelto parte de la cotidianidad en el oeste de Caracas durante este año, son accionadas por una banda delictiva que ha sembrado terror en la capital ampliando su control territorial. Las balas surcan el cielo con frecuencia, pero a pesar de que muchas son disparadas al aire sin un objetivo específico, cumplen con su función: matar. 

Las balas perdidas han cobrado la vida de muchas de personas. Algunas regresaban de su trabajo, otras estaban en sus hogares cuando la violencia desbordada les arrebató su último aliento. Hombres y mujeres que pagaron con su vida vivir cerca de la Cota 905, el barrio más peligroso de la ciudad, donde por mucho tiempo los efectivos de seguridad del Estado evitaron ingresar, pero protagonizaron enfrentamientos con esta banda criminal con regularidad. 

Las víctimas de los disparos generados durante los enfrentamientos, o por tiros al aire para demostrar poderío, se suman a las asesinadas directamente por la banda liderada por Carlos Revete, alias El Coqui. 

El poder delictivo de la banda se ha ido gestando desde hace varios años con actividades ilícitas como el secuestro, narcotráfico y extorsión. Sin embargo, a partir de este año 2021 el grupo delictivo inició su expansión por zonas aledañas de Caracas. 

El primer lugar afectado fue la parroquia La Vega. El 2021 iniciu00f3 con un enfrentamiento que deju00f3 un saldo de 23 muertos, segu00fan datos de la ONG Provea. Esta confrontaciu00f3n no impidiu00f3 que la banda ampliara su control territorial estableciu00e9ndose en esta comunidad. Otras zonas como El Parau00edso, Montalbu00e1n, El Cementerio, cercanas a la Cota 905, vivu00edan el terror de las detonaciones.

Y es que muchas de las víctimas de las balas perdidas se encontraban en zonas aledañas a la Cota 905. En El Diario hacemos un recuento de las personas fallecidas por la violencia capitalina:

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Nelson Villalta 

El primer fallecido de este año por las balas perdidas fue Nelson Villalta, de 50 años de edad. Recibió un impacto de bala en la espalda cuando entraba a su hogar en La Vega el 8 de enero. 

El hombre era profesor de música de Fundamusical en Chapellín, Caracas. Sin embargo, por la pandemia se desempeñaba como vigilante en un hotel en Altamira. 

Las víctimas de las balas perdidas a causa de la violencia en la Cota 905
Foto: Román Camacho

La esposa de Villalta señaló al periodista Román Camacho que los antisociales dispararon desde la parte alta de La Vega mientras huían de los efectivos de seguridad. 

Ese día se registró la muerte de 14 personas debido a los enfrentamientos. 

Deisy Rivas 

El viernes 19 de marzo, Deisy Rivas fue alcanzada por una bala perdida generada durante un enfrentamiento entre cuerpos de seguridad del Estado y la banda de la Cota 905. Rivas, de 55 años de edad, se encontraba cocinando en su vivienda, ubicada en la residencia City Park en El Paraíso. Su esposo la llamó para pedirle que estuviese atenta y resguardada por el tiroteo –que según fuentes extraoficiales-, era entre la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la megabanda delictiva que intentaba tomar el control de uno de sus comandos

Luego, los vecinos escucharon los gritos de auxilio de Rivas. Acudieron de inmediato y la encontraron en el pasillo, hasta donde había logrado caminar. 

Muertos a causa de balas perdidas
Foto: Yohana Marra

De acuerdo con Assunta Feliciani, habitante del mismo edificio, el tiroteo no había cesado, pero en vista de que no llegaba ninguna ambulancia, la subió a su auto con ayuda de otros, y la trasladó al Hospital Pérez Carreño, donde fue ingresada y operada de emergencia. La periodista Yohana Marra informó que la bala perforó varios órganos. 

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“Ella solo nos pedía que no llamáramos a su esposo y que la ayudáramos. Todos le pedíamos que no se durmiera, ella estuvo consciente hasta que llegó al hospital”, comentó Feliciani a Crónica Uno. Rivas falleció en el hospital. 

Blanca Violeta Arellano 

El 25 de mayo el hijo de Blanca Violeta Orellano, de 64 años de edad, la encontró sin vida dentro de su vivienda en La Vega. El día anterior se registró un enfrentamiento entre miembros de la banda y cuerpos de seguridad del Estado en esta parroquia y una bala perdida le quitó la vida. 

Su hijo intentó en varias oportunidades comunicarse con ella pero no obtuvo respuesta. Decidió acercarse hasta la casa de su mamá para asegurarse que estuviese bien. Al llegar encontró a su madre sin signos vitales.  

Las víctimas de las balas perdidas a causa de la violencia en la Cota 905
Foto: Cortesía

Orellano estaba jubilada de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) con el rango de comisionada y adscrita al servicio de tránsito terrestre. También era abogada, carrera que ejerció después de su retiro de la policía. 

Diego Alejandro Rivas

Diego Alejandro Rivas, de 16 años de edad, recibió el impacto de una bala perdida en la cabeza el 24 de mayo en Terrazas de La Vega. Ese día se registró un enfrentamiento entre funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) e integrantes de la megabanda delictiva. 

Rivas estaba haciendo ejercicio con unos amigos cuando de repente cayó al suelo. Sus amigos lo revisaron y se percataron del impacto de bala en la cabeza. El adolescente ingresó al Hospital Miguel Perez Carreño donde fue operado. Estuvo varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta que falleció el 29 de mayo. 

Las víctimas de las balas perdidas a causa de la violencia en la Cota 905
Foto: Román Camacho

El 30 de mayo se realizó el funeral del joven en la capilla de la urbanización Terrazas de La Vega. Familiares, amigos y miembros de la comunidad acompañaron el sepelio del adolescente. 

“No es justo que un joven deportista pierda la vida de esta manera ¿Hasta cuándo tenemos que vivir esto en La Vega”, expresó uno de los vecinos de la zona a El Pitazo.

Alexander José Morales

Tenía 18 años de edad cuando Alexander José Morales quedó atrapado en medio del enfrentamiento entre policías y la megabanda de El Coqui que se registró el 5 de junio. 

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Familiares informaron al Monitor de Víctimas que el joven recibió un impacto de bala y falleció en el callejón Zulia de La Vega. 

Yoraima Díaz Araujo

El 14 de junio de este año, Yoraima Margarita Díaz Araujo, de 47 años de edad, murió por el impacto de una bala perdida en la parroquia La Vega. 

Ese día se registró otro enfrentamiento entre la banda de la Cota 905 y funcionarios de seguridad. Díaz recibió un disparo en la cabeza. Fue trasladada al Hospital Miguel Pérez Carreño, pero falleció en el vehículo. 

Guillermo José Belisario 

Guillermo José Belisario, de 50 años de edad, se encontraba en un local comercial frente al bloque 1 de La Vega cuando recibió un impacto de bala perdida en la cabeza.

Desde las 6:00 am de ese 14 de junio se registraron enfrentamientos en esa zona de la ciudad. 

Víctimas de las balas perdidas
Izquierda Guillermo José Belisario- Derecha Yoraima Díaz Araujo | Foto: Monitor de Víctimas

Yelitza Carranza

 Yelitza Carranza, de 42 años de edad, residía en Altagracia de Orituco (Guárico) pero se quedaban en la casa de su hermana en la Cota 905 para trabajar en la capital. Se dedicaba a la limpieza de hogares y tenía una hija de siete años, así lo informó El Pitazo.

Cuando Carranza supo del operativo policial que se desplegó en la Cota 905 tuvo mucho miedo por lo que decidió salir de la casa de su hermana y tomar un autobús hacia Guárico. En el camino al terminal fue alcanzada por una bala perdida que le impactó en el pecho. Murió en el lugar.

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El Pitazo informó también sobre un hombre de nombre Carlos que recibió un impacto de proyectil en la cabeza mientras veía televisión. La esposa fue hasta la morgue pero prefirió no decir el apellido del fallecido por temor a que no le entregaran el cuerpo.

Balas perdidas y enfrentamientos durante más de 24 horas

Desde el miércoles 7 de julio se registró un enfrentamiento que se extendió por más de 24 horas. La banda delictiva disparó desde la Cota 905 hacia zonas como El Cementerio, El Paraíso, Montalbán, El Valle, Quinta Crespo, entre otros. También efectuaron una balacera contra sedes policiales como El Helicoide y la subdelegación contra robo de vehículos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), ubicada en Quinta Crespo. 

Los túneles de El Paraíso estuvieron sitiados mientras que los delincuentes le dispararon a los vehículos que transitaban por la autopista Norte-Sur . 

El 7 de julio, Giovanny Bracamonte fue herido por el impacto de una bala mientras conducía por la mencionada autopista en una Trail Blazer roja. Quedó atrapado dentro de los túneles y murió en el lugar. 

Otra víctima fue Pablo José Díaz Alfonso quien se trasladaba en un taxi como pasajero por los túneles de El Paraíso. La banda de la Cota 905 disparó contra el vehículo y Díaz fue alcanzado por un proyectil. Una mujer recibió el impacto de una bala perdida en la calle La Tres Sirenas de la avenida Nueva Granada.

Al menos ocho personas fallecieron durante esa jornada de enfrentamientos. Algunas continúan sin ser identificadas. Hasta el momento funcionarios del régimen no han emitido un balance oficial sobre los fallecidos y heridos que dejó la balacera. 

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