- El mandatario brasileño fue internado en un centro de salud debido a una obstrucción intestinal, que de acuerdo con una publicación en sus redes sociales, es consecuencia del atentado de 2018 cuando fue apuñalado . Foto: AFP
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue internado debido a una obstrucción intestinal el miércoles 14 de julio en el Hospital Vila Nova Star, en Sao Paulo. El doctor Antonio Macedo, quien atendió a Bolsonaro en 2018 al ser apuñalado en una manifestación cuando aún era candidato presidencial, publicó un boletín sobre el tratamiento que recibirá el mandatario.
“Tras exámenes clínicos, laboratoriales y de imágenes realizados, el presidente permanecerá internado inicialmente en tratamiento clínico conservador”, informó Macedo.
Bolsonaro continuará este jueves 15 en observación para evaluar si lo deben someter a una cirugía por la obstrucción intestinal que presenta. Sin embargo, su hijo Flavio Bolsonaro, afirmó que evoluciona favorablemente y, en caso de continuar así, no necesitará ser sometido a una cirugía.
El propio mandatario publicó la noche del miércoles en sus redes sociales una imagen donde se le ve conectado a varios cables.
– Estaremos de volta em breve, se Deus quiser. O Brasil é nosso! 🇧🇷 pic.twitter.com/3ohUwHBEHG
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) July 14, 2021
Desde que fue apuñalado en el intestino en septiembre de 2018, Bolsonaro se ha sometido a seis cirugías, cinco de ellas en el aparato digestivo. En septiembre del año pasado el presidente brasileño pasó por una intervención quirúrgica en Sao Paulo para extraerle un cálculo renal.
Además dio positivo para covid-19 en julio de 2020 y estuvo 20 días aislado en el Palacio de la Alvorada, hasta superar la enfermedad.
Cuando empezaron los síntomas de la obstrucción intestinal
Desde el jueves 8 de julio, cuando Bolsonaro realizó su habitual programa en vivo a través de las redes sociales, evidenció el hipo persistente del cual empezó a quejarse. En sus posteriores intervenciones públicas, continuó con los síntomas.
“Gente, estoy sin voz. Si empiezo a hablar mucho, vuelve la crisis de hipo. Ya volvió”, afirmó el martes 13 ante un grupo de simpatizantes frente al Palacio de Alvorada, su residencia oficial.
El propio Bolsonaro, en un mensaje en su perfil de Twitter, afirmó que la complicación sería consecuencia del atentado que sufrió en 2018. Justo en medio de la campaña electoral que lo llevó al poder, cuando lo apuñalaron en el abdomen.
“Un desafío más, consecuencia de la tentativa de asesinato promovida por un exmilitante del PSOL, brazo izquierdo del PT, para impedir la victoria de millones de brasileños que querían cambios para Brasil. Un atentado cruel no solo contra mí, sino contra nuestra democracia”, escribió el presidente.
Hospitalización para investigar el hipo
El miércoles 14 de julio en horas de la mañana, el presidente fue ingresado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia con dolores abdominales y después de haber sufrido reiteradas crisis de hipo durante los últimos días. Al llegar fue “intubado por precaución”, según declaró a la radio Jovem Pan el senador e hijo de Bolsonaro, Flavio Bolsonaro.
En la clínica militar, luego de investigarse la causa del hipo, el médico gastroenterólogo Antonio Luiz Macedo constató la obstrucción intestinal y la posibilidad de someterlo a una cirugía de emergencia. Macedo decidió trasladar al mandatario a un hospital especializado, a donde luego tuvo que viajar también de urgencia para continuar atendiendo a Bolsonaro.
Investigación contra Bolsonaro por supuesta corrupción
El mandatario brasileño actualmente se enfrenta a una baja popularidad debido a la mala gestión de la pandemia. También por sospechas de corrupción en la compra de vacunas contra el covid-19.
La Procuraduría General de la República (PGR) de Brasil investiga al presidente Jair Bolsonaro por posibles irregularidades. Como prevaricación (dictar una resolución injusta, con plena conciencia de su injusticia) en la compra de la vacuna india Covaxin. Así lo anunció este ente al Supremo Tribunal Federal el viernes 2 de julio que le dio a la Procuraduría un plazo de 90 días para realizar las investigaciones.
Si la Fiscalía halla indicios sólidos contra el presidente, deberá presentar una denuncia a la Corte Suprema que, en caso de acogerla, solo iniciaría un juicio con el aval de al menos 513 diputados, lo que representa dos tercios del pleno.
De ser así, el mandatario sería suspendido de sus funciones durante 180 días, mientras el Supremo concluye el juicio. Si es declarado culpable, sería destituido. Pero si la Cámara de Diputados no autoriza el proceso, el caso quedaría en nada y Bolsonaro continuaría ejerciendo como presidente de Brasil hasta la culminación de su mandato en 2022.
Desde las primeras apariciones de casos de covid-19 en el mundo, el presidente Jair Bolsonaro minimizó los riesgos que el virus representa. Se opuso a las medidas de cuarentena tomadas en la región, argumentando que el daño a la economía sería peor que los efectos del virus.
El pasado 4 de marzo en declaraciones a la prensa dijo que “no hay que acobardarse” ante el coronavirus y por ello hizo un llamado a los gobierno locales a no confinar a la población y expresó: “¿Hasta cuándo vamos a llorar? De nada sirve quedarse en casa a llorar”.
Dichas declaraciones las ofreció luego de que se notificara ese día que se habían registrado 1.452 fallecidos por covid-19.
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