• Perú Libre, formación que llevó al maestro de izquierda a la presidencia peruana, anunció que no dará su voto de confianza al nuevo gabinete de gobierno. Vladimir Carrón, líder del partido, acusó al mandatario de girar hacia la centroderecha al elegir a ministros más moderados. Foto principal: EFE.

Pedro Castillo no lleva ni 80 días como presidente de Perú y su gobierno ya se tambalea. Pero contrario al historial reciente de la política peruana, no se debe a una jugada de la oposición desde el Parlamento. En esta ocasión, el enemigo está en casa: buena parte del ala extremista del partido Perú Libre, que llevó al maestro a la presidente de ese país, lo acusa de haber girado hacia la “centroderecha” luego de haber conformado un nuevo gabinete de gobierno sin la presencia de los hombres duros de Vladimir Cerrón, el líder del partido. Advirtieron que no darán el voto de confianza en el Congreso necesario para conformar el Ejecutivo.

El terremoto político más reciente dentro del gobierno de Castillo se generó luego de que el mandatario forzó la renuncia del primer ministro, Guido Bellido, la mano derecha de Cerrón. Desde que asumió el cargo, Bellido fue un problema para el presidente. Su nombramiento generó el rechazo casi unánime en el país, al punto que algunos de los candidatos a ministros se negaron durante horas a asumir su cartera hasta que el mandatario se comprometió a mantener a Cerrón alejado de las decisiones del Ejecutivo.

La crisis en el gobierno de Perú se profundiza por divisiones en el partido del presidente Pedro Castillo
Pedro Castillo junto a su exprimer ministro Guido Bellido, en una ceremonia simbólica de juramentación la Pampa de la Quinua, en Ayacucho. EFE/Stringer

Con el gobierno andando, el choque del propio Castillo con Bellido, quien era alentado por Cerrón con tuits incendiarios, fue incrementándose. Semanas antes de su renuncia, el 5 de octubre, amenazó públicamente con expropiar un yacimiento de gas o invitó a renunciar a un ministro si no estaba de acuerdo en reconocer a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela.

¿Giro hacia la moderación?

Castillo intentó hacer un borrón y cuenta nueva, y cambió a otros 6 de sus 19 ministros. Aunque intentó mantener el equilibrio dejando una cuota de poder a Bellido y Cerrón en el Ejecutivo –nombró como ministro de Interior a uno de sus elegidos- para el ala extremista fue insuficiente. Cerrón ya lo había advertido en la red social antes de conocer la nueva composición: “Es momento que Perú Libre exija su cuota de poder, garantizando su presencia real o la bancada tomará posición firme”.

Waldemar Cerrón, hermano del líder, calificó la noche del miércoles las nuevas designaciones y la salida de Bellido como una “traición al pueblo”.

La advertencia se confirmó este jueves 14 de abril, con el anuncio de de Cerrón de que no daría el voto de confianza al nuevo gabinete, a través de un comunicado del partido que hicieron público a través de Twitter.

Gabinete del gobierno de Perú
El nuevo gabinete del gobierno peruano. Foto: Andina.

“Existe un inocultable giro político del gobierno hacia el centroderechismo, donde incrementaron los representantes caviares, quienes usufructúan del financiamiento exterior, de las patronales empresariales y del propio Estado”, dice el comunicado. Y agregaron: “Esto no implica una colisión política, sino un reordenamiento estratégico, para mantener las buenas relaciones en base a los valores de la sinceridad y el respeto mutuo”.

También aprovecharon el escrito para condenar “la filtración de información de los asuntos internos del partido y atentados contra la unidad partidaria, siendo faltas muy graves según el estatuto, por lo que se dará inicio al proceso disciplinario respectivo”. En este sentido, añadieron que “los congresistas militantes natos del partido deberán recomponer su bancada propia, pues los congresistas afines al magisterio, quienes llegaron con el partido, tienen un proyecto de partido propio”.

El mandatario peruano, en cambio, argumentó que con su decisión buscaba la “gobernabilidad”. Y aunque no parece haberlo logrado, al menos le sirvió para aliviar las críticas de la oposición, de los empresarios y de la opinión pública. La nueva primera ministra es la excongresista Mirtha Vásquez, una defensora de los derechos humanos con un perfil mucho más moderado que el de su antecesor Bellido. También le dio más paridad de género al gabinete, con el aumento del número de mujeres, que pasaron de dos a cinco.

¿Podrá gobernar?

Con el voto contrario de Perú Libre a su gabinete, el futuro del gobierno de Castillo es una incógnita. A pesar del comunicado de Perú Libre, varios de sus diputados rompieron filas con Cerrón y anunciaron su voto favorable. Perú Libre tiene 37 de los 130 escaños del Congreso y Castillo necesita al menos 66 votos a favor para obtener la aprobación del nuevo gabinete, que es un mandato constitucional.

Aún así,  dependerá, en gran parte, de los apoyos que logre en otros partidos políticos. Los líderes de los partidos cuyos votos suelen definir las decisiones del Parlamento, Acción Popular y Alianza para el Progreso, felicitaron la designación de Mirtha Vázquez como primera ministra. Entre ambos partidos suman 31 votos.

La crisis en el gobierno de Perú se profundiza por divisiones en el partido del presidente Pedro Castillo
Pedro Castillo y la premier Mistha Vásquez. Foto: EP

Castillo también ha recibido gestos positivos de otras formaciones. La parlamentaria Norma Yarrow, del ultraderechista Renovación Nacional, remarcó la gran diferencia entre el perfil de Vásquez y Bellido. “No hay punto de comparación”, dijo.

También la exprimera ministra del gobierno de transición de Francisco Sagasti, Violeta Bermúdez, destacó las habilidades de diálogo y negociación de Vásquez.

Condicionó el apoyo de distintos sectores al gabinete de Castillo, si la nueva primera ministra deja de lado el debate sobre un cambio de Constitución, una de las principales propuestas no solo de Bellido sino también del presidente.

No obstante, el voto de confianza es solo uno de los problemas que le vienen a Castillo. Si no logra conciliar con el ala de Perú Libre, tampoco podrá sacar adelante sus reformas y planes en el Parlamento.

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