• Dos fuentes petroleras consultadas por El Diario señalaron que las “conquistas laborales” logradas desde 1936 poco a poco fueron destruidas por el chavismo. Muestra de ello es que  hay una tasa de migración de personal que ronda el 80 % en la actualidad 

La situación de la industria petrolera venezolana es crítica. Con una de las tasas de migración de personal que ronda el 80 %, según dirigentes gremiales, los trabajadores que se mantienen dentro de ella hacen un “esfuerzo extraordinario” por mantenerla a flote, a pesar de las precarias condiciones en que se encuentran las instalaciones, motivado a la casi nula inversión que se ha hecho en su mantenimiento en los últimos 10 años.

Los trabajadores petroleros perciben salarios que van entre los 5 y los 25 dólares mensuales (en espera al ajuste que derive del nuevo sueldo mínimo que ronda los 30 dólares y que fue publicado en Gaceta Oficial el 15 de marzo), cuando hace más de 20 años la remuneración promedio en la industria superaba el equivalente a 1.000 dólares al mes, como lo reveló el secretario de los profesionales y técnicos de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (FUTPV), Iván Freites, en entrevista exclusiva con El Diario.

“Cuando llegó Hugo Chávez al poder (1999), mi sueldo como tecnólogo de operaciones, trabajado por guardias, rondaba los 1.600 dólares mensuales. Para el año 2010 el sueldo ya había bajado aproximadamente a 150 dólares al mes, la cuestión se fue desmejorando, y ya para el 2014 mi sueldo estaba por el orden de los 70 dólares mensuales”, precisó.

Los trabajadores de la industria petrolera fueron históricamente de los mejores remunerados en el país, debido a la dificultad que supone el proceso de exploración, extracción y producción de hidrocarburos. Además, Venezuela se convirtió en uno de los principales productores del orbe al contar con las reservas certificadas más grandes del mundo, lo que potenció la industria y la llevó a ser el principal ingreso económico para las arcas nacionales.

Trabajadores petroleros de Venezuela desconocen cuál es su salario
Vista externa de un balancín extractor de petroleo, en Cabimas (Venezuela), en una fotografía de archivo. EFE/ Henry Chirinos

No obstante, las condiciones laborales fueron mermando a partir del año 1999 a la par de una destrucción de la infraestructura que han llevado a la industria a niveles de la década de los cuarenta del siglo pasado, algo impensado hace 20 años.

A propósito del escenario actual, Freites denunció que gracias al “desmantelamiento” de las tablas salariales, la mayoría de los trabajadores desconocen cuál es su remuneración mensual, teniendo en cuenta que gran parte de ella se da en bonos, los cuales no son considerados parte del sueldo.

“En la industria petrolera, como en todas las empresas del Estado, rige una supuesta escala salarial que no existe. Tú le preguntas a cualquier trabajador cuánto gana y no sabe qué contestar porque en su mayoría son bonos; entonces un trabajador no sabe cuánto es su salario y eso ha hecho que se pierdan todos los beneficios que estaban establecidos en la convención colectiva”, afirmó el gremialista.

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A pesar de recibir también un bono de alimentación de aproximadamente 45 dólares y uno de transporte que ronda los 25 dólares, ambos pagados al cambio en bolívares (según tasa del BCV), esos beneficios no son reconocidos como parte del salario y no se suman a otros dividendos como el pago de vacaciones o las prestaciones sociales, lo que afecta el ingreso de los trabajadores.

Memorándum 2792

La escala de las tablas salariales dentro de la industria petrolera cambió luego de la reconversión monetaria de agosto de 2018, cuando el régimen de Nicolás Maduro aumentó el sueldo mínimo un 1.704 % y lo llevó a 1.800 bolívares soberanos (180.000.000 de bolívares fuertes), que equivalían para ese entonces a medio petro o 30 dólares.

Esto dio nacimiento al memorándum 2792, con el que se establecían unas nuevas tablas salariales que no debían superar un sueldo mínimo y medio en los escalafones más elevados.

Pero a pesar de que se prometió que la remuneración mínima quedaría anclada al petro, esto no se cumplió y ese aumento se diluyó en pocos meses, haciendo inútil la nueva escala salarial. Esto hizo que todas las convenciones colectivas, incluyendo la petrolera, fueran dejadas de lado y sustituidas por las directrices emanadas del régimen de Nicolás Maduro, según lo explicó Freites.

“La escala salarial a partir de 2018 se perdió, cuando se hizo el memorándum 2792 que fue enviado por el Ministerio del Trabajo a todas las empresas, con el que se decidió que todas las convenciones colectivas quedaban paralizadas y que se iba a trabajar de acuerdo a criterios que emanaba el Ejecutivo nacional. Entonces ya no vale lo que está establecido en las convenciones colectivas: todo eso se perdió”, apuntó.

Estas nuevas escalas salariales dejaron a los trabajadores petroleros sin siquiera el ingreso necesario para cubrir sus necesidades básicas como lo denunció el secretario general de la FUTPV, José Bodas, en entrevista con El Diario.

Trabajadores petroleros de Venezuela desconocen cuál es su salario

“El salario, en concreto, está entre 3 y 6 dólares mensuales (en espera del ajuste anunciado en Gaceta) depende de la clasificación. Esto se debe al memorándum 2792 que en la industria petrolera es el factor de equilibrio 90-30, donde se establece que se tiene que ganar, como máximo, un salario mínimo y medio, por lo que los gananciales de la industria petrolera como hora extras, bonos mixtos, bonos nocturnos, domingos y feriados, tiempo de viaje, entre otros, en este momento no se están cancelando”, señaló Bodas, quien las calificó como “el ataque y la destrucción, tanto del salario como de las convenciones colectivas petroleras”.

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Según este memorándum, en las nuevas escalas salariales que regirán en la industria, con el nuevo sueldo mínimo, la máxima remuneración será de 45 dólares, aparte de los bonos que son otorgados de los cuales no se ha contemplado un ajuste.

Aunque Maduro anunció que el nuevo aumento del salario estaría anclado al petro, como lo hizo en 2018, en la Gaceta Oficial donde se realiza el ajuste no habla de ningún anclaje, por lo que los trabajadores petroleros estiman que se diluya como sucedió hace más de tres años.

Beneficios perdidos en “revolución”

A pesar de que el régimen de Nicolás Maduro se autodenomina como un “gobierno obrero”, para los trabajadores petroleros no hay nada más lejos de la realidad, pues los beneficios conseguidos por los trabajadores desde 1936 se fueron eliminando poco a poco hasta dejarlos en un estado de desamparo laboral que atenta incluso contra su seguridad personal.

Iván Freites recordó que las conquistas laborales en la industria petrolera llegaron tras la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, destacando entre ellas el comisariato en 1943, que correspondía a casas de abasto y comedores, para garantizar una alimentación balanceada del trabajador y su familia. Con la primera convención colectiva del año 1946, se empezó a reconocer a los trabajadores las horas de sobretiempo y se empezó a cancelar un bono de transporte, debido a lo alejado que se encontraban los campos petroleros de las ciudades.

Freites habla con añoranza de unos años de conquistas laborales, que incluían préstamos para adquisición de viviendas y un seguro médico internacional que cubría hasta un millón de dólares.

Trabajadores petroleros de Venezuela desconocen cuál es su salario

“Obtuvimos seguros médicos con empresas privadas a partir de los años sesenta y un plan de vivienda que estaba en la convención colectiva, donde la empresa le daba al trabajador un préstamo que se pagaba con cinco años de servicio; luego le daba para una remodelación que se pagaba con otros dos años de servicio. El Sicoprosa llegó a finales de los ochenta y era un seguro administrado totalmente por PDVSA, la empresa cubría el 80 % del costo total, nosotros aportábamos el 20 %, que era descontado del salario. Podíamos tener a toda nuestra familia; esposa, hijos, madre, padre y el que no tuviera madre podía poner la suegra, y el que no tenía padre podía poner a su suegro”, recordó.

El secretario de los profesionales y técnicos de la FUTPV contó cómo todos estos beneficios, incluyendo un fondo de pensiones, fueron desapareciendo desde la llegada del chavismo al poder.

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“Todo eso a partir del año 2000, más que todo después del ataque petrolero en 2002, se empezaron a desconocer las convenciones colectivas. Eliminaron el comisariato en el 2005, el plan de vivienda en el 2007, el fondo de jubilaciones que estaba garantizado por unos aportes que hacían los trabajadores del 3 % del salario, mientras que la empresa aportaba el 9 %; todos los beneficios se fueron suprimiendo. Quitaron el transporte en las áreas operativas, donde no hay ni agua potable, los comedores los eliminaron, los equipos de protección personal, que son obligatorios, se dejaron de suministrar en los últimos 10 años”, afirmó.

Criminalización de la protesta

Por su parte, José Bodas recordó cómo algunos de sus compañeros han sido encarcelados por reclamar sus derechos.

“Tenemos trabajadores detenidos como el compañero Rodney Álvarez de Ferrominera, a Eudis Girot, directivo de la Federación (FUTPV) y trabajador del muelle de Guaraguao; a Guillermo Zárraga, trabajador del Complejo Refinador Paraguaná; a Marco Sabariego y Gil Mujica con casa por cárcel en Puerto Cabello. Es decir, a una gran cantidad de trabajadores que han protestado por el salario, por la seguridad en la industria petrolera y por las condiciones de inseguridad dentro de la misma y vemos como hoy están presos”, indicó.

No obstante, afirmó que seguirán movilizados hasta lograr recuperar las conquistas que tantos años les costó alcanzar.

“Indudablemente que ante esta situación los trabajadores siguen movilizados y en protesta a nivel nacional, luchando indudablemente por un salario que sea al menos igual a la canasta básica, como lo establece el artículo 91 de la Constitución nacional; por el contrato colectivo, que está vencido desde el primero de octubre del año pasado (2021); por la libertad de nuestros presos políticos, por pensiones dignas y, por supuesto, por la recuperación de la industria petrolera. Solo la lucha cambia la vida de la clase trabajadora, dicen las compañeras y compañeros en la Refinería Puerto la Cruz, por lo que necesitamos seguir movilizándonos y seguir protestando por la recuperación de la industria petrolera, por la recuperación del salario, por la recuperación de la convención colectiva, por nuestros derechos y por la libertad inmediata de los trabajadores presos”, sentenció.

Trabajadores desamparados

Bodas también denunció que los trabajadores no cuentan sin siquiera un seguro médico, al señalar que la póliza ofrecida actualmente por PDVSA, que cubre hasta 10.000 dólares, no es aceptada en ninguna clínica.

“En la última convención en febrero del año pasado con Wills Rangel, que se hizo a espalda de los trabajadores, presentaron un seguro de la empresa Multinacional de seguros, de 10.000 dólares. Este no lo aceptan en ningún lado porque dicen que no está funcionando”, señaló.

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Por su parte, Freites destacó que el estado de indefensión de los trabajadores ha causado una migración de personal sin precedentes en la industria y para dar una idea de esta dramática caída recordó el número de trabajadores que había en la industria cuando Chávez llegó al poder, cómo se abultó la nómina hasta el 2010 y los que quedan actualmente.

Trabajadores petroleros de Venezuela desconocen cuál es su salario
Foto: Cortesía

“Nosotros en el año 1998 éramos aproximadamente 43.000 trabajadores; ya para el año 2010 había aproximadamente 147.000 en las áreas operativas. A partir de 2014 empiezan la disminución de personal, cuando en pleno apogeo la gente se dio cuenta de que había perdido todos los beneficios y empezó a migrar. Actualmente de esos 43.000 que habían en la industria si quedan 2.000 es mucho y de los 147.000 que había en las áreas operativas, lo que quedan son escasamente unos 10.000”, precisó.

Para el gremialista todo esto refleja que las políticas implementadas durante las últimas dos décadas han sido un fracaso y convirtieron la industria petrolera nacional, otrora envidia del mercado internacional y bastión de los ingresos del país, en un ente politizado brazo del Ejecutivo chavista atornillado al poder hace más de 20 años.

Acercamientos entre el régimen chavista y la Administración de Joe Biden

El conflicto en Europa del este, consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, generó una crisis energética global que abrió la puerta para que la industria petrolera venezolana pueda suplir la cuota que mantenía Rusia en materia de hidrocarburos.

El gobierno de Joe Biden tanteó la posibilidad incluso de levantar las sanciones en contra de PDVSA y permitir a las petroleras estadounidenses comercializar petróleo venezolano y envió una misión de alto nivel a reunirse con el régimen chavista, donde el 8 de marzo se logró incluso la liberación de dos directivos de Citgo, de nacionalidad estadounidense, que estaban presos en el país.

Aunque por ahora las sanciones se mantienen, la industria petrolera sueña con el retorno de la inversión de las empresas norteamericanas a Venezuela, que permita levantar la alicaída producción y de su mano mejore la remuneración para sus trabajadores.

Subir la producción no será una tarea sencilla, los analistas petroleros coinciden en que esto tomará varios años; sin embargo, si se reactiva la inversión nace una esperanza para los trabajadores que siguen luchando día tras día por mantener a flote a una industria que fue bastión de la economía y el desarrollo nacional por casi un siglo.

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