- El equipo de El Diario conversó con habitantes de los municipios fronterizos del estado Táchira para conocer en qué condiciones se encuentran estas jurisdicciones de cara a la reactivación fronteriza
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, anunció el pasado mes de junio (solo tres días después de ganar los comicios) que se había comunicado con el régimen de Nicolás Maduro para abrir las fronteras entre ambos países. Ese mensaje avivó las esperanzas de los diferentes sectores que hacen vida en el tramo binacional de la frontera entre Táchira y Colombia y quienes esperan que la medida se tome después del 7 de agosto, fecha en la que está prevista la toma de posesión de Petro.
Desde entonces representantes de distintas áreas comerciales, empresariales, académicas y de transporte, entre otras, han sostenido reuniones con voceros del departamento de Norte de Santander (Colombia). Esto para tratar temas sobre la actividad fronteriza y posibles acuerdos una vez la reactivación sea un hecho.
Es válido recordar que el 19 de agosto del año 2015 el régimen venezolano anunció el cierre de frontera entre Venezuela y Colombia por el estado Táchira. Si bien esa medida –según el anuncio- sería temporal, siete años después los pasos binacionales continúan cerrados comercial y vehicularmente.
Pero en caso de abrirse este año y de acuerdo con las proyecciones del economista Aldo Contreras, las exportaciones de Venezuela rondarían los 300 millones de dólares, y las del vecino país estarían en unos 1, 2 millardos de dólares.
Así las cosas, la población de los municipios Bolívar y Pedro María Ureña -fronterizos con el departamento de Norte de Santander- están expectantes con las decisiones que se tomen respecto a los pasos binacionales. Muchos coinciden en el beneficio que traería para esa zona del estado Táchira.
“Sería una excelente noticia”
Heiddy Marienella Ramírez Quiñónez tiene 36 años de edad, es técnica superior universitaria (TSU) en Enfermería y desde hace 12 años vive en la población de Ureña, municipio Pedro María Ureña. Hace algún tiempo decidió dejar de lado su profesión -motivada por los bajos salarios- y dedicarse al comercio. Tiene junto a su esposo tiene una pequeña fábrica de botas industriales, cuyas ventas considera podrían mejorar con la reactivación de la frontera.
“El funcionamiento pleno de los pasos binacionales me parece excelente, pues como habitante de la frontera nuestro día a día y la mayor parte de nuestras ocupaciones laborales y de estudio para los niños se hacen en la ciudad de Cúcuta”, dijo Heiddy para El Diario.
La posibilidad de transitar entre ambas naciones en vehículo sería una gran ventaja y considera que le ahorraría mucho tiempo. Viaja diariamente a Norte de Santander por distintas razones: los estudios de sus hijos, la compra de víveres y la adquisición de suministros para su negocio.
No obstante, admite que deben contemplarse muchos factores para evitar un colapso en el intento de los venezolanos por cruzar hacia Colombia.
“Antes, cuando estaba abierto el paso de carros, las colas eran interminables y a veces, aunque madrugaras, no alcanzabas a llegar y tocaba devolverse sin hacer las diligencias previstas”, acentuó.
Al respecto, el economista Aldo Contreras coincide en que deben resolverse varios temas antes de la reactivación plena, especialmente en cuanto a vialidad se refiere.
“El desarrollo de la infraestructura vial entre San Cristóbal y San Antonio o Ureña es importante. La creación de nuevas posadas y hoteles, la apertura del aeropuerto de San Antonio (…) y una serie de mejoras económicas orientadas a convertir al Táchira en un estado apto para recibir inversión extranjera”, explicó Contreras para El Diario.
Sector transporte, de los más afectados
Más de 8 mil transportistas que cubrían la ruta Venezuela-Colombia y viceversa a través de la frontera se vieron afectados desde el cierre vehicular de los pasos binacionales. Freddy Solano, representante de este sector, destacó que se incluyen en esa cifra los empleos directos e indirectos generados gracias a las unidades de 32 puestos y carros con 5 puestos que cubrían esa ruta.
El panorama empeoró con la llegada de la pandemia por el covid-19 en marzo de 2020. La emergencia sanitaria los obligó a cesar completamente sus operaciones y los ingresos quedaron en cero.
“Hasta hace un año estábamos trabajando en default y ahorita es que estamos recuperándonos en un 20 %, pero no nos hemos podido levantar como nuestro sector quisiera”, puntualizó.
El economista Aldo Contreras recuerda que la frontera de Venezuela con Colombia llegó a ser la más dinámica de Latinoamérica, con más de 7 millardos de dólares de intercambio comercial, cifra que hoy estaría reducida a solo un 20 % de ese nivel económico.
Contreras enfatiza que muchos sectores, como el transporte, inmobiliario y empresarial, se verían beneficiados por el inicio de un dinamismo legal y distinto al que hoy en día existe en la frontera tachirense, y todo esto gracias a su reactivación.
Por su parte, Freddy Solano destacó que han sostenido infinidad de reuniones con las autoridades colombianas para mostrarles la permisología que manejaban antes del cierre de frontera. Sin embargo, están a la espera de las condiciones y requisitos que pudiesen implementarse en esta nueva etapa en lo referente al paso vehicular.
Legalidad de las mercancías
Para el economista Aldo Contreras, uno de los beneficios más destacables sobre la reactivación comercial de la frontera sería retomar la legalidad de las mercancías. Que se paguen aranceles de forma oficial, pues 60 % de los productos que ingresan a Venezuela son de origen colombiano.
Apunta que el intercambio comercial aumentará y por consiguiente permitirá dinamizar el aparato productivo, fomentar el turismo, mostrar un ambiente de desarrollo, plasmar una oferta exportable de Venezuela y sobre todo del estado Táchira.
“Estimo una balanza de pagos comercial que podría llegar a unos 500 millones de dólares, cifra muy cercana a la que se manejaba previo al cierre de la frontera”.
En medio de esta dinámica, Contreras ha propuesto la creación de un Consejo de Planificación y Desarrollo en la frontera para tratar temas ligados a la misma y las mejoras que deben hacerse en los municipios fronterizos para afrontar esta etapa de la mejor manera posible.
“Los servicios públicos son muy importantes, la apertura de casas de cambio y resolver asuntos como los aranceles, ya que Venezuela no forma parte de la Comunidad Andina de Naciones desde 2011 y hasta 2015 se utilizaba la nomenclatura común nandina, ahora eso se debe resolver”, especificó Aldo.
A todo ello, se suma la necesidad de abrir taquillas únicas para permisologías, de modo que los empresarios y emprendedores tengan la posibilidad de hacer los trámites pertinentes para exportar sus productos o servicios a Colombia.
Aldo estima que la reactivación se dé en dos etapas. La primera, en la que la frontera se abra comercialmente durante el mes de agosto del año 2022; y la segunda, de tipo vehicular que –prevé– se dé tres o cuatros meses después, aproximadamente. Esto permitirá que Venezuela genere empleos directos e indirectos para los agentes aduanales, operadores de carga, descarga y logísticos que están parados desde 2015.