• El famoso fanático del conjunto capitalino, quien los apoyó fielmente desde su fundación en 1942, falleció a los 104 años de edad. Presente en cada juego, se convirtió en un símbolo para el beisbol venezolano, siendo parte de su Salón de la Fama

El beisbol venezolano está de luto.  El 11 de mayo se confirmó el fallecimiento de Jesús “Chivita” Lezama, a los 104 años de edad. El histórico seguidor de los Leones del Caracas había sido hospitalizado recientemente producto de una trombosis en la pierna.

La periodista Mari Montes, quien había informado recientemente sobre la condición de salud de Lezama, confirmó la noticia en Twitter.

Chivita, como era popularmente conocido, se convirtió en todo un símbolo del conjunto capitalino. Por casi 80 años fue un ferviente seguidor, presente en el estadio en cada temporada, como testimonio viviente de la historia del equipo y su legado. En los juegos era reconocible por estar siempre con su guante de gomaespuma tricolor y su collar de pepas de zamuro. Y en los últimos años, un bastón por una prótesis en la rodilla de la pierna en la que tuvo la trombosis.

Hasta el último momento estuvo presente animando a su equipo. Quiso el destino que su última gran fiesta fuera en la temporada 2022-2023 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), en la que el Caracas se coronó campeón tras 13 años de sequía. Poco después estuvo en la Serie del Caribe, que se disputó en Venezuela, y donde casi saborea la victoria en la final contra República Dominicana. 

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Centenario

Chivita Lezama: memorias de un fanático con 101 años de vida
Foto: Fabiana Rondón

Jesús Lezama nació en Tucupita, estado Delta Amacuro, el 9 de febrero de 1919. Su madre luchaba contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, por lo que a temprana edad su familia debió radicarse en Trinidad y Tobago, donde pasó la mayor parte de infancia. 

Una vez muerto Gómez, regresaron a Venezuela y se instalaron en Caracas. Allí, siendo ya casi un adulto, quedó prendado por el beisbol. Esto luego de escuchar la hazaña de los Héroes del 41, el equipo venezolano que ganó la Serie Mundial Amateur en La Habana, Cuba. 

En 1942 se fundó el club Cervecería Caracas, en el estadio de la parroquia San Agustín. Como amor a primera vista, se hizo seguidor de ese equipo. Y lo siguió siendo dos años después, cuando cambió su nombre por Leones del Caracas BBC. 

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En una entrevista para El Diario, Lezama contó que en ese entonces el Magallanes, que todavía representaba a Catia, tenía un seguidor que siempre acudía a los juegos con una sirena. Al no ver en su barra a alguien parecido, decidió él mismo comenzar a animar al equipo con una corneta. Pronto se hizo conocido por ser el espíritu de la fanaticada, dirigiendo cánticos y trifulcas contra sus rivales.

“Hoy en día tú ves a gente de Leones y gente del Magallanes compartiendo tribuna. Antes, eso era imposible. Ya se acabó la guerra de la cerveza y de las conchas de naranja”, relató.

De dictaduras y superticiones

Chivita Lezama: memorias de un fanático con 101 años de vida
Foto: Fabiana Rondón

Chivita afirmó que, durante 80 años de existencia de los melenudos, solo faltó una temporada. Fue en 1952, cuando cayó preso por oponerse a una nueva dictadura, esta vez la de Marcos Pérez Jiménez. Compartió celda con el poeta Aquiles Nazoa.

Reconoció que su icónica chiva (barba), por la cual debe su apodo, fue por admirar a Fidel Castro en los comienzos de la revolución cubana. Sin embargo, años después se desencantó de ese proyecto al conocer las violaciones de derechos humanos que se comenten en la isla.

Otro apodo de Lezama es “el brujo”. Aunque es de fe católica, siempre mantuvo contacto con sus raíces deltanas y los pueblos waraos, de donde proviene su collar. De hecho, solía bromear con la famosa maldición de los Tiburones de La Guaira, quienes no han ganado una temporada desde 1986. 

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Contaba que en una temporada, la directiva del Caracas prohibió a Tiburones de La Guaira tocar samba en el Estadio Universitario, cuando estaban como home club. En represalia, los dueños del equipo escualo le prohibieron a su vez la entrada a Chivita cuando Leones jugaba como invitado. Una situación que escaló al punto de que Lezama fuera desalojado del estadio por el personal de seguridad.

“El dios warao del Delta los castigó. No van a ganar nada mientras esos directivos estén ahí. La maldición que yo les eché sigue en pie, sigue vigente. Así lleven a Papa Dios como quinto bate, ¡no ganarán! Lo lamento por los fanáticos, que no tienen culpa”, afirma.

Chivita Lezama, un jugador más

Chivita Lezama: memorias de un fanático con 101 años de vida
Foto: Fabiana Rondón

Chivita Lezama nunca jugó beisbol, ni siquiera de forma amateur. Su pasión estaba en verlo desde la tribuna. Una devoción que cumplió tan diligentemente que, ya convertido en un héroe popular entre los fanáticos, comenzó a ser invitado por la directiva de Leones a sus eventos. Aunque se le garantizaba un suministro de entradas, además de viáticos para los viajes, siempre rechazó recibir algún pago extra o pertenecer a la nómina del club. 

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Aun así, para cada generación de jugadores se convirtió en una suerte de padrino, un amuleto presente en las buenas y en las malas. En su casa, en San Martín, las paredes están adornadas de fotos suyos con cada estrella que vistió la camiseta rayada del Caracas. Incluso fue amigo cercano de leyendas como Víctor Davalillo, Baudilio Díaz y Antonio Armas.

La primera camisa que usó para animar a su equipo se encuentra actualmente exhibida en el Salón de la Fama del Beisbol de Venezuela. De igual forma, la temporada 2019-2020 de la LVBP, se realizó en su honor, al cumplir 100 años de edad. Una muestra del impacto que dejó Chivita Lezama en un país culturalmente beisbolero. 

“Siento un orgullo muy grande cuando me pongo el uniforme de Leones. Eso pesa mucho. Lo que más me emociona (del juego) es cuando Caracas va ganando y saca el out 27; es mi momento feliz”, declaró Chivita Lezama a El Diario.

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