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- Los estudios sugieren que los alérgenos podrían desempeñar un papel en trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad. Ilustración: Laura Edelbacher
Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota The Connection Between Seasonal Allergies and Mental Health, original de The Washington Post.
Las alergias estacionales pueden ser demoledoras. Los estornudos, la congestión nasal y los ojos irritados y llorosos pueden sentirse como un terrible resfriado que no desaparece, especialmente ahora que las temporadas de alergias se están volviendo más largas e intensas.
No solo los síntomas físicos son agotadores, sino que una creciente cantidad de investigaciones también muestra una asociación entre la rinitis alérgica, comúnmente conocida como la “fiebre del heno”, y trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión.
La relación entre los alérgenos y los trastornos del estado de ánimo “realmente no se reconoce lo suficiente, no solo en la población en general, sino incluso entre los profesionales de la salud”, explicó David A. Gudis, jefe de la División de Rinología y Cirugía de Base Anterior del Cráneo en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y NewYork-Presbyterian.
Pero dado que millones de estadounidenses sufren de alergias estacionales, es un vínculo importante para que tanto los médicos como los pacientes lo comprendan —agregó— con el fin de hablar abiertamente sobre cualquier inquietud relacionada con la salud mental y asegurar los mejores tratamientos posibles.
¿Por qué las alergias contribuirían a los trastornos del estado de ánimo?
Las alergias suelen hacernos sentir mal. Afectan nuestro sueño, niveles de energía, sentido del olfato, agudeza mental y productividad, lo que a su vez puede afectar nuestro bienestar mental, según detalla el doctor Gudis.
“Cualquier momento en el que no te sientas bien es un factor de estrés psicológico”, agregó.
Pero debido a que la rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria crónica, los expertos creen que la inflamación también tiene que ver.
Si alguien es alérgico al polen de los árboles, por ejemplo, y ese polen llega a las membranas que recubren la nariz, estimula al sistema inmunológico a liberar una serie de sustancias que pueden generar inflamación en las vías respiratorias y el cerebro.
No es posible encontrar evidencia directa de esto en un estudio humano, por lo que los investigadores han recurrido a roedores para tratar de tener una mejor idea de los mecanismos involucrados. En un estudio con ratones y ratas, el doctor Gould y sus colaboradores expusieron repetidamente las narices de los roedores a alérgenos y luego disecaron sus cerebros. No solo los roedores mostraron signos de ansiedad, sino que los investigadores también encontraron un aumento en la producción de citoquinas en sus cerebros, así como niveles más altos de una hormona del estrés.
¿Qué más ha arrojado la investigación hasta ahora?
Si bien no hay evidencia de que las alergias estacionales por sí solas puedan causar trastornos del estado de ánimo, expertos de todo el mundo han encontrado repetidamente una conexión entre ambos.
Los estudios en Estados Unidos, por ejemplo, han sugerido que las personas que sufren de alergias tienen alrededor de 1,5 veces más probabilidades de tener depresión mayor, una conexión que es particularmente fuerte entre las mujeres. Estudios observacionales han encontrado que la rinitis alérgica se asocia con un alto riesgo de ansiedad. Y los investigadores en Taiwán han informado que la rinitis alérgica se asoció con un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos en adultos.
Además, un pequeño número de estudios ha sugerido que puede haber una conexión entre altas concentraciones de polen y el riesgo de suicidio, aunque esta posible conexión aún no se comprende del todo.
“Debemos tener en cuenta que el riesgo de suicidio involucra muchos factores de riesgo diferentes”, dijo Christopher Lowry, profesor asociado de fisiología integrativa en la Universidad de Colorado, Boulder, quien ha examinado la conexión entre enfermedades mentales y alergias. Se necesitan estudios futuros para comprender mejor el papel específico que los alérgenos podrían desempeñar en influir en el comportamiento de una persona, agregó.
¿Cuándo debes consultar a un médico?
Si los síntomas de tus alergias te están deprimiendo, a veces puede ser difícil saber si estás deprimido o si es algo como “ugh, me siento tan cansado porque mi cuerpo está enfermo”, dijo Philip R. Muskin, profesor de psiquiatría en el Columbia University Irving Medical Center.
Recomendó hablar de inmediato con tu alergólogo o médico de atención primaria si no te sientes como tú mismo. Sé lo más específico que puedas sobre tus síntomas y su duración. Por ejemplo, ¿duermes menos o has perdido interés en cosas que solías disfrutar? ¿Cuánto tiempo te has sentido así?
También debes hablar con tu médico sobre los fármacos para la alergia que estás tomando actualmente. Es importante tratar los síntomas de la alergia para encontrar alivio, dijo Gudis. Pero también debes saber que ciertos medicamentos para la alergia pueden afectar tu estado de ánimo.
Los antihistamínicos utilizados en NyQuil o Benadryl, por ejemplo, pueden causar somnolencia y hacer que las personas se sientan “aturdidas”, especificó el doctor Muskin. Y los corticosteroides orales como la prednisona, que se utilizan comúnmente para tratar alergias graves, pueden causar irritabilidad y aumentar el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad o depresión. Los descongestionantes nasales como los que se encuentran en Sudafed y Sudafed PE pueden causar ansiedad, nerviosismo e insomnio.
Los pacientes también deben conocer los riesgos asociados con el medicamento para la alergia y el asma Singulair. En 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) agregó una advertencia destacada al empaque del medicamento sobre el riesgo potencial de cambios graves en el comportamiento y el estado de ánimo, así como de suicidio, y determinó que no debe ser el tratamiento de primera elección para la rinitis alérgica leve.
Traducido por José Silva
