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- El principal sistema de transporte de la capital cumple 41 años de operaciones, con varios de sus trenes originales funcionando aún entre fallas y retrasos. En entrevista para El Diario, el activista del proyecto Metro 8330, Roberto Patiño, comentó los principales problemas existentes a pesar de los planes de recuperación del régimen de Maduro
Se dice que antes la gente se transformaba al ingresar al Metro de Caracas. Del caos y desenfreno que siempre caracterizó a la ciudad, muchas personas cambiaban su actitud dentro del subterráneo, volviéndose más educados y respetuosos de las normas. Era demostración de cómo la modernidad creaba no solo un sentido de pertenencia, sino también de civismo.
Décadas después, el panorama es completamente diferente. Empujones e insultos marcan el día a día en sus estaciones, en las cuales el paso del tiempo ha dejado huella en el mal estado que muchas de ellas presentan. También el paso frecuente de vendedores informales y pedigüeños, además de constantes hurtos y atracos, hacen del Metro actual un sitio diametralmente diferente del ideal ciudadano que alguna vez representó.
“Independientemente de tu condición educativa, socioeconómica, racial o religiosa, tú te sentabas en el metro con cualquier otro caraqueño y lo que te unía era el buen comportamiento. Todos sabíamos cómo hay que comportarse en el metro y representaba lo mejor de la cultura ciudadana”, recuerda el activista Roberto Patiño en entrevista para El Diario.
Indicó que actualmente Caracas no cuenta con muchas alternativas de transporte eficiente, por lo que el deterioro actual del metro resulta un retroceso para una ciudad a la que en los últimos años se ha vuelto a ver un fuerte congestionamiento vial en sus avenidas y autopistas.
Por eso, a mediados de 2022, Patiño y otros dirigentes políticos como Gabriel Santana, Andrés Schloeter y Felicidad Villegas crearon la iniciativa Metro 8330, con el propósito de funcionar como una caja de resonancia de las denuncias ciudadanas sobre los principales fallas del sistema, así como un laboratorio de ideas para buscarles solución.
Plan de recuperación
La propuesta Metro 8330 buscaba visibilizar la grave situación del sistema, que para ese entonces se acercaba a sus 40 años de operaciones entre múltiples fallas, retrasos y mal estado de sus estaciones. Curiosamente, poco después de empezar la campaña, el 1° de septiembre, el régimen de Nicolás Maduro anunció la inversión de 150 millones de dólares para la recuperación del metro.
La vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, fue designada como la encargada del plan, que se llamó El Metro se Mueve Contigo. Este se centraría principalmente en labores de acondicionamiento de la infraestructura en las estaciones, así como de ornato, paisajismo, electrificación y mantenimiento de las más de 100 obras de arte que hay en las cuatro líneas del sistema.
El 27 de diciembre de 2023, Rodríguez dio un balance de los trabajos de rehabilitación. Indicó que además de los trabajos de pintura y limpieza, se restituyó la iluminación y se intervinieron las estructuras elevadas de las estaciones. También se mejoraron los dispositivos de circuito cerrado tanto en estaciones como en trenes.
Ya en el mes de mayo, el ministro de Transporte, Ramón Velásquez, adelantó que se habían recuperado alrededor de 28 de las 51 estaciones del Metro de Caracas. Esto incluía trabajos de impermeabilización de techos, reparación del sistema de iluminación, casetas y oficinas del personal, así como ascensores y escaleras mecánicas. Agregó que, a través de un acuerdo con Irán, se procedería con la segunda fase del plan, que sería la rehabilitación integral de trenes y torniquetes.
“Maquillaje“
Patiño reconoció que el Plan Metro se Mueve Contigo logró cambiar un poco la imagen del subterráneo, aunque acotó que estas reformas han sido completamente estéticas, sin ir a las fallas de fondo. “Hubo algunas mejoras en el ámbito de la limpieza y pintura en algunas estaciones. También una mayor presencia de cuerpos de seguridad. Sin embargo, los problemas estructurales del metro persisten”, dijo.
Acotó que desde Metro 8330 se ha hecho contraloría de los avances del plan ejecutado por el régimen. Aseguró que persisten las denuncias de retrasos en la llegada de los trenes, los cuales en la mayoría de los casos no funciona el aire acondicionado. También desmintió que en todas las estaciones se hayan recuperado los ascensores y escaleras mecánicas.
A pesar de que en su momento Maduro anunció que se destinarían 16 millones de euros ($17,7 millones) para el mantenimiento de los rieles, esto no se ha visto reflejado en la calidad del servicio. De hecho, una de las causas de retrasos se debe al mal estado de la vía, principalmente en los tramos a cielo abierto como el que hay entre las estaciones Mamera, Ruiz Pineda y Caricuao, o entre Caño Amarillo y Agua Salud.
En redes sociales abundaron a lo largo de 2023 los reportes de trenes que perdieron tracción o sufrieron leves descarrilamientos. Un ejemplo de esto ocurrió el 29 de septiembre en la estación Caño Amarillo, cuando se registró una explosión en un tren debido a un corto circuito en la zapata de freno. No es la primera vez que se presenta una falla parecida, siendo de hecho un problema bastante común en la Línea 1.
“Nosotros hemos hecho muchos encuentros con trabajadores y extrabajadores del metro y todos hablan del problema de la falta de inversión y cómo se ha ido yendo el personal técnico capacitado de sus puestos de trabajo. Todo esto tiene ya más de una década ocurriendo”, aseguró.
Opacidad en los trenes
Desde su inauguración el 2 de enero de 1983, el Metro de Caracas operó con trenes de la empresa francesa Alstom. A lo largo de cuatro generaciones, se adquirieron 131 trenes de este modelo hasta que en el año 2010, el gobierno de Hugo Chávez rompió con Alstom y firmó un acuerdo por 1,86 millardos de dólares con el consorcio español CAF para renovar la Línea 1 con una nueva flota de 48 trenes.
En su momento este cambio generó mucha controversia por su discrecionalidad y no respetar la Ley de Contrataciones Públicas. En 2015, CAF demandó al gobierno por una deuda de 148,5 millones de dólares, lo que llevó al régimen de Maduro a retomar las relaciones comerciales con Alston.
Además de suspenderse el envío de trenes españoles, en 2019 el jefe del sindicato del Metro, Edison Alvarado, reconoció que CAF en su momento no había previsto una dotación óptima de repuestos, por lo que con el paso del tiempo varios trenes han quedado fuera de servicio por desperfectos mecánicos, usando sus piezas para mantener los pocos que aún siguen operativos.
En la actualidad, varios de los trenes de la primera generación de Alston siguen circulando en algunas líneas del Metro. Aunque con las dificultades para hacer mantenimiento por la falta de repuestos, la flota de trenes funcionales cada vez es más reducida, lo que aumenta a su vez el tiempo de espera de los usuarios en los andenes.
En mayo de 2023, el expresidente de Familia Metro, Alberto Vivas, aseguró que solo el 20 % de los trenes de la Línea 1 del Metro de Caracas están prestando servicio. Es decir, de entre 36 y 39 trenes que deberían operar en hora pico, solo hay entre 9 y 12. La situación es peor en las otras líneas como la 2, donde hay entre cinco y siete trenes activos, mientras en la Línea 3 solo funcionan tres.
Metro de Caracas: hacia 2030
En los 41 años que cumple el Metro de Caracas en 2024, ha sido un símbolo que ha cambiado varias veces de significado. Patiño resaltó el contraste entre aquel sistema que representaba el progreso de la ciudad y un motivo de orgullo, al actual, que a su juicio, simboliza hoy el deterioro producto de la corrupción.
Acotó que el nombre de su iniciativa es 8330 porque representa dos años claves para el Metro: su fundación en 1983, y el año 2030, cuando apunta a que volverá a convertirse en el medio de transporte de vanguardia que alguna vez fue. Para ello, sus activistas han planteado una serie de propuestas, como la descentralización de su figura institucional.
Es decir, que Metro de Caracas C.A. pase de ser una empresa estatal dependiente del Ministerio de Transporte, y pase a ser administrada de manera conjunta por autoridades locales como la Alcaldía de Caracas y la Gobernación de Miranda.
Igualmente, destacó que se debe trabajar en la creación de alternativas de transporte superficial que complementen al metro. Puso como ejemplo el sistema Transmilenio de Bogotá (Colombia), algo que en su momento el régimen de Maduro intentó replicar sin éxito con el Bus Caracas.
“Creemos que hay que pensar el tema del transporte público desde una perspectiva integral de la Gran Caracas. Ya tenemos esa infraestructura desarrollada, entonces es lamentable que que ya teniendo lo difícil cubierto, lo más fácil, que es el mantenimiento del sistema lo que se deje perder”, aseveró
