- El sacerdote fue encontraron sin vida el 2 de enero en la carretera nacional Tucupita-Barrancas, municipio Sotillo del estado Monagas
El director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Douglas Rico, dijo que el móvil en el caso del sacerdote keniano Josiah K’Okal, encontrado sin vida el 2 de enero, es un posible suicidio.
Rico señaló que durante la investigación encontraron “un vínculo del mecate que él utilizó para quitarse la vida” en su residencia en Tucupita, Delta Amacuro.
Agregó que al realizar la inspección técnica en la carretera nacional Tucupita-Barrancas, municipio Sotillo del estado Monagas, lugar donde se encontró el cadáver, se colectó otra parte del segmento de la cuerda.
Asimismo, indicó que el cuerpo de investigaciones realizó entrevistas a conocidos de la víctima, quienes informaron sobre el estado depresivo del sacerdote.
“Como parte de las investigaciones, se realizaron entrevistas a conocidos de la víctima, quienes dieron referencias de un estado depresivo reciente y en el vaciado del teléfono, se evidenció conversaciones donde manifestaba dichos síntomas”, apuntó.
Los hechos
Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) encontraron el 2 de enero el cadáver del sacerdote Josiah K’Okal, quien se encontraba desaparecido desde el día anterior.
El portal Tanae Tanae detalló que el cuerpo estaba colgado de un árbol, presumiblemente ahorcado, lo que originó que las autoridades policiales iniciaran una investigación para determinar si se pudo tratar de un homicidio.
K’Okal salió de la casa de la Congregación Misioneros de la Consolata, en el sector Paloma de Tucupita (Delta Amacuro) el 1° de enero en bicicleta. Durante su recorrido, visitó la comunidad indígena de Janokosebe.
Según informó la Agencia para las Obras Pontificias Misioneras (Fides), la última que se le vio al padre fue al cruzar la alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con dirección hacia Monagas.
El sacerdote acostumbraba hacer ejercicio por las mañanas. Sus compañeros no se inquietaron hasta la tarde, cuando se percataron de que no había regresado.
Los indígenas manifestaron su pesar por la muerte del sacerdote y pidieron a las autoridades una investigación “limpia, pulcra y creíble” del caso. Además, exigieron un pronunciamiento por parte de los gobiernos locales.