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- El artista venezolano presentó en Caracas su exposición Meninas Gallery, con 19 esculturas repartidas por el municipio Chacao. En entrevista para El Diario, explicó que la idea de su obra es reflejar una infinidad de visiones diferentes, tal como el cuadro del siglo XVII pintado por el español Diego Velásquez
El artista venezolano Antonio Azzato reconoce que es un ferviente admirador de la obra del pintor español Diego Velázquez (1599-1660). Sobre todo de su cuadro más emblemático: Las meninas (1656), la cual, afirma, es una de las pinturas con más reinterpretaciones en la historia del arte universal, quizás después de la Mona Lisa de Da Vinci. En esa infinidad de visiones, el propio Azzato ha dejado su contribución, llena de nuevos significados y posibilidades.
En 2018, el artista creó su proyecto Meninas Gallery. Tomó del cuadro de Velásquez la silueta de aquellas figuras infantiles que acompañan a la infanta Margarita, con sus vestidos voluminosos y cabello recogido, para crear una serie de esculturas de formas minimalistas. Así, cada menina se convirtió en un lienzo en blanco, donde Azzato ha plasmado múltiples diseños. Estas nuevas meninas, que rozan el pop-art, tienen como museo la calle, como una forma de integración del arte al espacio público.
Las meninas de Azzato han sido un éxito en Madrid, España, ciudad donde el artista reside y donde lleva ya seis ediciones de su exhibición y ya trabaja en el desarrollo de una séptima. Sin embargo, desde el 12 de enero estos íconos del arte español salieron de sus fronteras para tomar las calles de la Gran Caracas, Venezuela. Se trata de 19 esculturas repartidas a lo largo del municipio Chacao, y que, desde su llegada se han convertido en una atracción turística local, incluso con recorridos para visitarlas en sus diferentes puntos.
Un sueño
Azzato nació en Caracas, donde se graduó como ingeniero industrial en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Sin embargo, siguiendo las inquietudes creativas presentes en él, decidió estudiar Diseño interior en la Escuela Parsons en Nueva York (EE UU). También abrió en Caracas una tienda de muebles y accesorios, donde comenzó a experimentar con el diseño de mobiliario, y como una sucesión natural, con el arte.
Con la recepción de Meninas Gallery en Madrid y otras ciudades españolas, Azzato afirmó que su mayor deseo era poder llevar su arte en algún momento al país en el que creció. La oportunidad llegó precisamente hace ya más de un año, cuando durante unas vacaciones en Caracas, le comentó a un grupo de amigos en una reunión que quería traer su exposición a Venezuela.
“Me pusieron en contacto con la Alcaldía de Chacao, les presenté el proyecto e inmediatamente se enamoraron”, contó.
Al igual que en España, cada menina surge de una colaboración entre las autoridades locales, que aportan los permisos y el espacio, e instituciones privadas que operan como patrocinadores. En este caso, el principal financista fue el Banco Nacional de Crédito (BNC), el cual cuenta con su propia menina frente a su sede en El Rosal.
“Siento una alegría muy grande. Es un sueño que se hace realidad, poder llevar a mi país esta exhibición que ha sido tan exitosa en Madrid, y sobre todo conmovido con la reacción de la gente en las calles, toda la unión”, acota el artista.
Icónicos
El mayor atractivo de las meninas de Azzato son los diseños originales pintados en su superficie, que van desde la más pura abstracción hasta referencias a diferentes culturas e iconos pop. Para las 19 meninas que están en Venezuela, comenta que se inspiró de aquellas imágenes que, desde su infancia, considera como las más representativas del país.
Así, se basó principalmente en la naturaleza para crear esculturas con alegorías a símbolos naturales como la orquídea, el turpial y el araguaney; lugares como el Salto Ángel, El Ávila y el archipiélago de Los Roques; y aves como el tucán y el colibrí. También de fenómenos culturales como el petróleo, el ron venezolano o Simón Bolívar.
Igualmente, existen cinco meninas especiales, hechas por Azzato en colaboración con personalidades que actualmente representan a Venezuela en el mundo. Para ello se escogió al diseñador de moda Ángel Sánchez, al cantante Oscar D’ León, la futbolista Deyna Castellanos y los beisbolistas Gleyber Torres y Ronald Acuña Jr. Cada una de las esculturas con referencias a sus respectivas carreras.
“Quise plasmarlos en las meninas porque, como se está viendo en las calles de Caracas, la gente se toma muchas fotos con ellas y le van a dar la vuelta al mundo. Tienen como tema principal los íconos de Venezuela, pues la idea es que los conozcan alrededor del mundo. Esta vez, a diferencia de las otras exhibiciones en Madrid, tendremos el Ávila y nuestros espacios de Caracas de fondo”, destacó.
Puente intercultural
Cada año, la instalación de las meninas se convierte en un acontecimiento para Madrid, principalmente en el barrio de Salamanca, donde ya forman parte de su cultura urbana. Y aunque Meninas Gallery se ha presentado en otras 10 ciudades, es la primera vez que se exhibe fuera de España. De allí el valor que tiene para el artista que sea en su país natal.
“Para mí es una ilusión muy grande que estas meninas hayan desembarcado en Venezuela por primera vez. Estoy seguro de que este será el primero de muchos países de Latinoamérica que se van a sumar a la iniciativa”, asevera.
Azzato ve en su obra un tributo a la interculturalidad. Una que se expresa en su propia esencia como venezolano de ascendencia italiana y residente en España. A su juicio, esta conexión entre Venezuela, como parte de América, con un icono español evoca un mensaje implícito: el puente entre ambas tierras con una historia común. Algo que asegura está presente también en la pintura de Velásquez.
Enfoque positivo
Curiosamente, la idea de Azzato de convertir a sus meninas en un lienzo en blanco para albergar un infinito de mensajes tuvo un desarrollo bastante particular en Venezuela. Apenas se anunció su exposición en Chacao, varios artistas venezolanos aprovecharon la viralidad de la noticia para hacer sus propias meninas a partir de las siluetas de las esculturas de Azzato.
Así, artistas como Susan Applewhite hicieron sus propias reinterpretaciones, no exentas de crítica social. En redes sociales aparecieron imágenes editadas con meninas hechas de blisters de pastillas en alusión a la escasez de medicamentos en Venezuela, de tanques de agua vacíos, de derrames petroleros o de balas, entre otros.
Sobre esto, si bien Azzato no condena ni hace mayor alusión a estas versiones, pero aclara que en su caso personal, su obra no busca perseguir ningún tipo de polémica. Afirmó que como artista callejero, su intención es que su arte pueda ser compartido por todos por igual, por lo que en general evita tocar temas políticos, religiosos, raciales o sexuales.
“La idea de mi exhibición en las calles de la ciudad es promover el arte, la cultura, y sobre todo la unión de las personas. No soy ni político ni utilizo mis exhibiciones para hacer ningún tipo de campaña, reclamo o protesta. Para eso hay otros soportes que se pueden utilizar, pero yo no uso mis esculturas”, dijo.
Agregó que, particularmente, prefiere centrar la temática de su arte en lo positivo, por lo que enfatizó las maravillas naturales y figuras reconocidas del país. Para él, la contribución de sus esculturas está en las sonrisas de las personas que se detienen a verlas y en el sentido de pertenencia que generan en el espacio público.
“No me centro en los problemas que tiene el país porque esa no es mi labor. Yo trabajo desde el arte, esta es mi esquina y creo que estoy aportando algo positivo a la sociedad. Y sobre todo veo que tanto el arte como el deporte tienen la misma capacidad de unir a la gente y eso se está viendo en las calles”, precisa.
El mensaje infinito
“Siempre he sido un fanático de Velásquez”, reconoce Azzato, quien en varias entrevistas ha contado no solo su fascinación por el pintor barroco, sino también cómo surgió su interpretación de Las Meninas. Relata que durante una visita al Museo Nacional del Prado, vio a una persona conmovida hasta las lágrimas frente a la pieza.
Esto le hizo estudiar más a profundidad la obra de Velásquez y comprender que el valor de la obra de Velásquez va más allá de cualquier nacionalidad. Su carácter universal abre una ventana en la que todas las personas se pueden ver reflejadas, y en la que caben diferentes interpretaciones. De allí que Azzato busque en sus esculturas perpetuar más ideas y mensajes a través de estos íconos.
“Para mí ese cuadro tiene un valor cultural importantísimo por todos los misterios que esconde, y por eso yo creé algo que se llama El mensaje infinito de Velásquez y la idea es seguir transmitiendo mensajes a través de sus obras (…) La idea de las meninas como lienzo en blanco es transmitir mensajes”, explica.
Desde entonces, señala que ha fabricado alrededor de 300 meninas, tanto diseñadas por él, como en colaboración con artistas y personalidades invitadas. Y en esa infinidad de interpretaciones, también ha trabajado con diseños hechos por niños, ancianos, personas con discapacidad, pacientes terminales y fundaciones.
Esa arista social se completa con el hecho de que la mayor parte de los ingresos por la venta y subasta de las meninas de Azzato se destina a organizaciones benéficas. Meninas Caracas Gallery no será la excepción, y una vez termine la exhibición en febrero de 2024, las piezas serán subastadas y el dinero recaudado se donará a Senos Ayuda, la Fundación Venezolana ProCura de la Parálisis (Fundaprocura); Amigos del Niño con Cáncer; Fundana e Invedin.
