- En su ruta migratoria para llegar a Estados Unidos, los migrantes enfrentan estas dificultades en su paso por el país centroamericano. Foto principal: EFE
Miles de migrantes atraviesan a diario la frontera entre Honduras y Guatemala en su camino hacia Estados Unidos. Se enfrentan a la amenaza de enfermedades tropicales como el dengue, el arresto de las fuerzas de seguridad y su posterior deportación o el impacto de una ruta golpeada por el cambio climático.
En la frontera de El Corinto, entre Guatemala y Honduras, la Cruz Roja guatemalteca atiende a los migrantes que requieren de asistencia médica.
“Nuestro trabajo es aliviar un poco el sufrimiento y dignificar la vida de las personas que están en tránsito”, explica a EFE Mariana Bonilla, que trabaja con la Cruz Roja en el Centro de Atención para Personas Migrantes y Refugiadas (CAPMIR), ubicado en el lado guatemalteco de la frontera.
Cada mañana, Bonilla, de 31 años de edad, y el resto de su equipo, rastrean la carretera fronteriza rodeada por palma africana, bananeras y el imponente río Motagua, el más extenso de Guatemala. Lo hacen en busca de grupos de migrantes para orientarlos e indicar los puntos donde pueden recibir apoyo.
Dentro de su centro de atención, respaldado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), los migrantes reciben tanto asistencia médica como psicosocial. “Muchos vienen con traumas por su paso por la selva del Darién” entre Colombia y Panamá, explica Bonilla.
El dengue y el cambio climático
Dos kilómetros después de cruzar la frontera, en la ruta migratoria, se encuentra la aldea de Jimeritos, una comunidad integrada por agricultores dedicados principalmente al cultivo de banano. Desde hace seis años ha convertido su pequeño salón comunal en un refugio para que los migrantes puedan descansar.
El salón de la comunidad cuenta con un dormitorio con capacidad para 12 personas y, de acuerdo con los líderes de la aldea, hay noches donde reciben hasta 30 migrantes que buscan refugio antes de seguir su trayecto hacia la frontera con México de Tecún Umán, ubicada a unos 540 kilómetros en el otro extremo del país.
Los comunitarios prestan atención pese a las dificultades que atraviesan, como fuertes epidemias de dengue que afectan al departamento de Izabal. En esta localidad se registraron más de 500 casos en 2023 y la región fue puesta en alerta roja por las autoridades sanitarias, una enfermedad de la que tampoco se libran los migrantes.
Carlos Linares, quien vive en esta aldea de acogida de migrantes desde hace 42 años, asegura a EFE que la mayor preocupación para ellos es el cambio climático. La temporada de lluvias se acerca y en años como 2001 y 2020 muchas casas fueron destruidas por las tormentas.
La época seca tampoco ha sido fácil este 2024 en Guatemala, donde se ha alcanzado hasta 44 grados centígrados durante marzo y abril; la región fronteriza con Honduras es una de las más afectadas por estas temperaturas históricas. “Muchos migrantes llegan deshidratados y golpeados por el sol”, afirma a EFE Felicita Palencia.
Guatemala: una ruta peligrosa
“Esta parte del camino es la más difícil para llegar a Estados Unidos, porque hay mucha policía y pueden regresarnos a Honduras”, explica a EFE Mario Alvarado, un migrante hondureño que decidió buscar el “sueño americano”.
Es la tercera vez que Alvarado se encamina hacia Estados Unidos. Lo hace con su compatriota Danny Gámez, el mismo con el que hace unos meses fueron deportados desde Texas, Estados Unidos, después de una travesía que les permitió trabajar en la nación norteamericana como pintores.
Así como Alvarado y Gámez, miles de migrantes intentan cruzar Guatemala cada año y solo en lo que va de 2024 han sido detenidos casi 8.000 por las fuerzas de seguridad para su posterior deportación, según cifras del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM).
Con información de EFE.