- El estudio se publicó mientras la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos reevalúa la gestión de sustancias químicas potencialmente dañinas en recipientes de cartón, plástico y papel
Un estudio identificó alrededor de 189 compuestos relacionados con el cáncer de mama en envases utilizados para almacenar alimentos, lo que implica un riesgo importante de exposición para la población, a pesar de las normativas existentes.
La investigación fue realizada por el grupo Food Packaging Forum, una fundación sin fines de lucro con sede en Zúrich, Suiza, dedicada a la comunicación e investigación científica. El análisis reveló que 40 de las sustancias químicas detectadas en los envases alimentarios ya están clasificadas como peligrosas por organismos reguladores en todo el mundo.
Los investigadores detectaron que la mayor parte de la exposición a cancerígenos procedía de los plásticos utilizados en el envasado de alimentos. Además, se encontraron 89 presuntos cancerígenos en recipientes de papel y cartón.
En el estudio se encontraron diferentes elementos químicos, como bisfenoles, ftalatos y sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, llamadas PFAS por su traducción del inglés. Estas han sido señaladas como dañinas debido a su asociación con diversos problemas de salud.
Las PFAS son comúnmente denominadas “sustancias químicas para siempre”, porque no se descomponen en el medio ambiente. Se utilizan en los envases alimentarios para prevenir el traspaso de grasa y agua a través de los envoltorios de los alimentos y los vasos de las bebidas. Además, este químico puede encontrarse en la tinta utilizada para imprimir logotipos e instrucciones en los envases de alimentos.
Reevaluación de la relación entre las sustancias químicas y los alimentos
La directora Jane Muncke aclaró que, aunque la investigación no tenía como objetivo demostrar una relación directa entre los envases de alimentos y las tasas de cáncer, sí abre la posibilidad de investigar cómo estos productos podrían estar relacionados y qué medidas preventivas se pueden tomar.
El estudio fue publicado el 23 de septiembre en la revista Frontiers in Toxicology. Su difusión se hace mientras la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) revisa sus políticas de regulación sobre los productos químicos en los aditivos alimentarios y envases.
Esta reevaluación responde a solicitudes de largo tiempo por parte de investigadores de salud, quienes han señalado los posibles riesgos asociados a estas sustancias.
La FDA ha sido objeto de críticas por no actuar con rapidez ante las preocupaciones sanitarias sobre unas 14 mil sustancias químicas que se comprobaron que se añaden a los alimentos. La agencia celebrará el 25 de septiembre una reunión pública para presentar sus ideas sobre cómo mejorar sus análisis posteriores a la comercialización de los alimentos.
Medidas para reducir la exposición
La organización Silent Spring tiene disponible en su página web una lista de medidas que los consumidores pueden tomar para reducir el riesgo de sustancias químicas tóxicas y cancerígenas.
Eliminar grasa: los contaminantes como los bifenilos policlorados (PCB) se acumulan en la grasa. Es aconsejable retirar la grasa y la piel de la carne y el pescado antes de cocinarlos, y escurrir la grasa que se forme durante la preparación.
Los PCB son un grupo de compuestos químicos sintéticos que fueron ampliamente utilizados en productos industriales y comerciales. La exposición se ha relacionado con diversos problemas de salud, incluyendo efectos negativos en el sistema inmunológico, trastornos reproductivos y un mayor riesgo de cáncer.
Elegir mariscos pequeños: optar por mariscos más jóvenes, que contienen menos mercurio y otras toxinas en comparación con los más grandes y viejos, según Silent Spring.
Cuidado con BPA: aunque muchos alimentos enlatados y envases de cartón han eliminado el BPA, algunos todavía lo utilizan en su revestimiento. Los sustitutos incluyen resinas acrílicas y de poliéster, así como resinas de cloruro de polivinilo (PVC). Los perfiles de seguridad de estos sustitutos aún son inciertos.
El BPA, o bisfenol A, es un compuesto químico utilizado en la fabricación de plásticos y resinas, especialmente en productos como envases de alimentos, botellas de agua y revestimientos de latas. Se ha identificado como un disruptor endocrino, lo que significa que puede interferir con las hormonas del cuerpo.
Preferir productos ecológicos: siempre que sea posible, se deben elegir productos, carne y lácteos ecológicos en lugar de convencionales. Aunque los metales pesados pueden estar presentes, las alternativas ecológicas suelen estar expuestos a menos pesticidas.
Reemplazar envases plásticos: descartar los envases de plástico y optar por vidrio para almacenar y calentar alimentos en el microondas. Evitar sartenes antiadherentes y reemplazar botellas de plástico y cafeteras por opciones de vidrio o acero inoxidable.