- La interrupción del suministro de gas a las plantas termoeléctricas de la isla de Margarita derivó en un racionamiento de hasta 20 horas en algunos sectores, sin información clara de las autoridades sobre sus cronogramas ni aplicación. Mientras tanto, la población padece las consecuencias con pérdidas económicas para hoteles y comercios
El racionamiento eléctrico en el estado Nueva Esparta llegó a su décimo día el 21 de noviembre sin información por parte del gobierno sobre cuándo podría normalizarse el suministro de energía a la isla. Mientras tanto, sus habitantes enfrentan al día la paralización de las actividades económicas y las pérdidas para el sector comercial.
El incendio del Complejo Operativo Muscar, ocurrido el 11 de noviembre en el estado Monagas, cortó el suministro de gas a las dos plantas termoeléctricas que operan en la isla de Margarita. Esto provocó que desde el 12 de noviembre se registren apagones de más de 12 horas en toda la entidad. En paralelo, también existe una escasez generalizada de gasoil, combustible indispensable para las plantas eléctricas de casas y empresas.
La periodista Ana Carolina Arias informó a El Diario que uno de los mayores problemas que enfrentan los ciudadanos ha sido la alteración de sus rutinas domésticas y laborales, pero también la falta de información oficial clave como el cronograma de administración de cargas, o noticias sobre el avance de los trabajos para restablecer el suministro.
Horarios limitados
Inicialmente los cortes eléctricos tenían una duración de aproximadamente 10 horas, sin embargo, en redes sociales usuarios reportan que con el paso de los días el racionamiento se ha vuelto más extenso, con bloques de entre 12 a 16 horas sin luz. Arias señaló que en algunas zonas incluso tienen solo cuatro horas de electricidad al día. La situación se extiende por igual a los 11 municipios de Nueva Esparta.
“La isla de Coche, que es el municipio Villalba, tiene una planta de gasoil independiente, pero si sigue la escasez de gasoil también se afecta. Ellos tienen cortes, pero los normales por distribución de carga”, precisó Arias.
Bajo este panorama, explicó que las empresas e instituciones públicas trabajan con horarios limitados, al igual que las escuelas. A pesar de que las autoridades educativas han supervisado que las clases se mantengan, con sanciones para los centros tanto públicos como privados en los que se suspendan, Arias acotó que solo se está laborando medio día, y en algunos casos unas pocas horas.
“Como se han ido intensificando los cortes y la gente no duerme bien, no puede cocinar y no puede entonces mandar a los niños, aunque las escuelas abran”, añadió.
Al límite
En el caso de los centros de salud de la isla, la operatividad se ha tratado de mantener de forma limitada a través de plantas eléctricas. Arias advirtió que esos generadores no están diseñados para soportar tantos días seguidos encendidos, por lo que las clínicas y hospitales han tenido que suspender sus consultas no prioritarias o cerrar áreas prescindibles. “Se siguen atendiendo las emergencias, pero en condiciones muy precarias”, dijo.
Por ejemplo, en el Hospital Luis Ortega, en Porlamar, el Colegio de Médicos de Nueva Esparta reportó que solo están abiertos los dos quirófanos del área de Emergencias en la planta baja, donde los médicos operan a temperaturas que alcanzan los 30 grados centígrados. Antes de los apagones, ya los quirófanos electivos del tercer piso estaban clausurados por una avería del sistema de aire acondicionado.
“En la Clínica Bolivariana de El Espinal y el Hospital Virgen del Valle se han tenido que atender partos con las luces de los celulares y lamparitas improvisadas. Las plantas no arrancan”, detalló la periodista Dexcy Guédez en una entrevista previa para El Diario.
Pérdidas económicas
El vicepresidente de Fedecámaras Nueva Esparta, Gabriel Briceño, aseguró a Unión Radio el 20 de noviembre que las pérdidas provocadas por la crisis eléctrica en la entidad son “incuantificables”. No solo por la paralización de sectores económicos completos, sino también por las mercancías que se han dañado en estos días, como alimentos y electrodomésticos.
Arias dijo que muchos comerciantes han tenido que botar su mercancía, sobre todo en restaurantes y mercados. Otros invierten recursos a diario transportando sus productos a lugares con electricidad donde se puedan refrigerar.
Afirmó que los centros comerciales y tiendas debieron suspender sus promociones por el Black Friday, además de expresar su preocupación porque la emergencia persista en plena temporada navideña. Los más afectados son los pequeños y medianos negocios, ya que solo disponen de plantas limitadas y deben cerrar la mayor parte del tiempo.
“El comercio llama a sus empleados cuando llega la luz o ya más o menos van calculando los cortes, pero les falla el punto de venta o no pueden hacer cuadres de caja y trabajos administrativos”, comentó la periodista.
Hoteles en crisis
Fedecámaras alertó que las pérdidas son especialmente graves para el sector hotelero, pues debe usar grandes cantidades de gasoil para operar con plantas eléctricas, considerando las limitaciones de combustibles que hay en la isla.
Un trabajador hotelero consultado por El Diario indicó que la planta eléctrica de su establecimiento consume entre 20 y 25 litros de diésel por hora. “En una noche se gasta fácil hasta 250 litros de gasoil”, declaró. Agregó que la situación los ha llevado a cerrar algunos días, manteniendo sus servicios al mínimo y usando la planta solo para el cercado eléctrico y las cámaras de seguridad.
Aseguró además que la demanda de gasoil ha llevado a la creación de un mercado negro en el que los revendedores cobran entre 1,5 y 2 dólares por cada litro de combustible. Esto cuando en las estaciones de servicio “internacionales” su precio es de 0,7 por litro y de $0,004 de forma subsidiada.
Al respecto, Arias comenta que muchos hoteles apagan sus generadores dos horas al día para racionar. Otras cadenas grandes sí tienen electricidad continua, pero optan por suprimir algunos servicios como el aire acondicionado de las habitaciones.
Falta de combustible
El déficit en el suministro de gasoil en Margarita es un problema que ya existía desde varios meses antes de la emergencia eléctrica. El trabajador hotelero consultado aclaró que anteriormente los envíos de combustible alcanzaban apenas para surtir a los camiones y demás vehículos, pero con el aumento drástico de la demanda en las últimas semanas se han incrementado las colas en las bombas de gasolina.
El portal La Patilla reseñó que incluso en las gasolineras dolarizadas se observan a diario largas colas de camiones de carga y autobuses. Esto ha llevado también a una paralización paulatina del transporte público, en la medida que el suministro de gasoil se prioriza para mantener a los hoteles y hospitales.
Crisis evitable
El ministro de Energía Eléctrica, Jorge Márquez, visitó Nueva Esparta el 16 de noviembre para reunirse con el gobernador Morel Rodríguez e inspeccionar las plantas termoeléctricas Luisa Cáceres de Arismendi y Juan Bautista Arismendi. Desde allí aseguró que ese mismo día se reanudaría el envío de gas a la isla desde Monagas, por lo que el servicio eléctrico se normalizaría en los días siguientes. Su promesa, cinco días después, sigue sin cumplirse.
Arias comentó que uno de los principales problemas de Margarita es su dependencia energética, lo cual ya había causado apagones similares en otras ocasiones en las que se interrumpió el suministro en el oriente del país. Sin embargo, precisó que las dos plantas generadoras de la isla son duales y operan también con diésel, aunque desde hace años el ministerio optó por emplear únicamente gas.
“El diésel lo dejaron inoperativo porque supuestamente restaba vida útil al sistema y pues ahora fíjate la consecuencia. Si fueran duales el plan de carga fuera menos agresivo”, aseveró.
Juan Carlos Meleán, directivo y asesor de Fedecámaras en temas energéticos, afirmó al portal Crónica Uno que en 2022, una falla en un gasoducto en el estado Sucre también afectó el abastecimiento de gas en Margarita, por lo que el gremio se reunió con el entonces ministro Néstor Reverol para plantear fuentes alternativas para volver a la isla más autónoma. Esto incluía implementar mejoras al cable submarino que envía electricidad desde Sucre.
“Esas acciones habrían permitido aumentar la capacidad disponible y reducir el riesgo de apagones severos que habían llegado a durar hasta 12 horas. Actualmente, el cable submarino tiene una capacidad instalada de 300 megavatios, pero solo se dispone de 150”, estimó.