- Los científicos determinaron que ciertos contaminantes comunes no solo afectan la salud respiratoria y cardiovascular
Un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos encontró una relación entre la exposición a largo plazo a la contaminación del aire y un aumento en el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos en las venas profundas.
De acuerdo con los investigadores, si estas masas no se tratan adecuadamente pueden bloquear el flujo sanguíneo y provocar complicaciones graves, incluso la muerte.
Los hallazgos, publicados en la revista Blood, detallaron las pruebas realizadas a 6.651 adultos estadounidenses durante 17 años, desde el año 2000 hasta 2018.
De la muestra total, 248 adultos (3,7 %) desarrollaron coágulos sanguíneos en venas profundas, lo que se denomina como tromboembolismo venoso, y requirieron hospitalización.
El análisis reveló que el riesgo de tromboembolismo venoso estaba directamente relacionado con la exposición a tres tipos diferentes de contaminantes del aire: el humo de centrales eléctricas que queman carbón, incendios forestales y emisiones de vehículos.
Aquellas personas que estuvieron expuestas por más tiempo a este tipo de contaminación presentaron un riesgo 39 % mayor que el resto de los participantes del estudio.
Contaminantes comunes
Los autores del estudio explicaron que estos resultados revelaron que las personas con una mayor exposición a óxidos de nitrógeno y dióxido de nitrógeno, que son los contaminantes comunes en los escapes de vehículos mostraron un riesgo más elevado.
Específicamente en este caso, las personas tenían entre 121 % y 174 % más de probabilidad de sufrir un tromboembolismo venoso, por lo que los investigadores sugieren que la calidad del aire está directamente asociada con la salud vascular.
Los científicos analizaron la relación entre los pacientes hospitalizados por tromboembolismo venoso y los niveles de contaminación del aire mediante un monitoreo quincenal exhaustivo en la comunidad donde residían los involucrados.
Este proceso incluyó la recolección de muestras tomadas directamente desde los hogares de los participantes para obtener datos precisos sobre su exposición al aire contaminado y qué tipo de sustancias estaban en el ambiente.
Posteriormente, dividieron a los participantes en dos grupos: los primeros con niveles de exposición a contaminantes comunes por encima del 75 % y los segundos con una menor, de 25 %.
Realizaron múltiples análisis para controlar otras variables asociadas con el tromboembolismo venoso, tales como la edad, el consumo de tabaco, condiciones respiratorias o problemas de salud preexistentes.
Los resultados proporcionaron evidencia sobre cómo la contaminación del aire no solo afecta la salud respiratoria y cardiovascular, sino que también aumenta el riesgo de problemas relacionados con la coagulación sanguínea.
No obstante, la conclusión del estudio determinó que se requieren más análisis para encontrar una posible solución a las condiciones como el tromboembolismo venoso que están asociadas directamente a las emisiones contaminantes del ambiente.
Síntomas del tromboembolismo venoso
De acuerdo con los NIH, el tromboembolismo venoso se produce cuando un coágulo de sangre se forma en un vaso y se desplaza a otra parte del cuerpo. Estos son algunos de los síntomas más comunes, que pueden variar de persona a persona:
– Hinchazón en una pierna o brazo
– Dolor o sensibilidad en los miembros superiores o inferiores
– Piel caliente al tacto y enrojecimiento
– Sensación de pesadez en pierna o brazo
– Cambio de color de la zona afectada
Si el coágulo de sangre se desprende y llega a los pulmones, se produce una embolia pulmonar que puede causar falta de aliento, respiración rápida, dolor o malestar en el pecho, aumento de la frecuencia cardíaca, presión arterial muy baja, mareos y desmayo.
El instituto especializado menciona que el tratamiento para el tromboembolismo venoso se centra en prevenir el crecimiento del coágulo existente, reducir el riesgo de desarrollar nuevos trombos y tratar la complicación que pueda surgir.
Con la aplicación de anticoagulantes impiden la formación de nuevas masas en las venas, además los especialistas pueden indicar el uso de medias de compresión graduada para ayudar a mejorar el flujo sanguíneo en las piernas y reducir la hinchazón.
En situaciones más graves, como una embolia pulmonar que amenace la vida, se pueden utilizar medicamentos para disolver de forma rápida el coágulo.
Sin embargo, hay casos donde los pacientes no pueden recibir estos fármacos debido a un alto riesgo de hemorragia y deben ser operados ya sea para sacar el coágulo o para colocar un filtro en la vena cava inferior que lo atrape antes de que llegue a los pulmones.