La organización no gubernamental (ONG) Espacio Público advirtió que en los últimos 20 años han aumentado los riesgos de ejercer periodismo en Venezuela. Agregó que en el contexto poselectoral, la situación ha sumado múltiples obstáculos para informar a la población.
“La censura, el hostigamiento y la persecución han redefinido la forma en la que se ejerce la labor periodística”, indicó la ONG en un comunicado publicado el 17 de marzo.
Espacio Público consideró que la falta de publicación de los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) contrastó con la iniciativa de la oposición de publicar los datos de las actas emitidas por las máquinas.
“Esto marcó el inicio de una oleada represiva, dirigida tanto a periodistas que hicieron coberturas e informaron, como a la ciudadanía que intentó denunciar el fraude a través de las redes sociales o participando en manifestaciones pacíficas”, aseguró.

El miedo como “mecanismo de control”
Espacio Público denunció que en el contexto poselectoral se intensificaron las restricciones contra los periodistas y la ciudadanía.
De acuerdo con la ONG, muchas personas dejaron de expresarse libremente en redes sociales tras la “Operación Tun-Tun”.
En un testimonio para Espacio Público, un periodista de un medio digital reveló que redujo la cobertura de noticias de sucesos y política.
“Extraño que las fuentes no tenían que pedir permiso, que podía llegar a la morgue y me daban la información de los accidentes del fin semana, que podía entrevistar a los funcionarios públicos y que me respondieran. Extraño que pudiera entrar a las instituciones públicas sin problemas, extraño hacer periodismo de verdad”, manifestó bajo el seudónimo de Jorge.

Otra periodista, bajo el seudónimo de Ana, lamentó que sea “tan difícil” conseguir gente que esté dispuesta a dar declaraciones.
“Creo que lo que más extraño es la libertad de poder contar lo que se tenía que contar, sin que las fuentes a las que tú consultaste te pidan ser anónimas o tengan miedo”, dijo.
El temor de las familias de los periodistas
Los testimonios también revelaron la preocupación de los familiares de los periodistas consultados por ejercer su profesión.
“Hay mucho estrés, mucha preocupación. De hecho la última vez que salí, mi esposo estaba molesto, al punto de casi bloquearme la puerta (…) él sabe que hubiese brincado la ventana. Mi mamá a cada rato pregunta: ¿Dónde estás?”, aseveró Ana.
Mientras que Sofía afirmó que tomó varias medidas por preocupación y seguridad. “Tengo dos teléfonos: uno para lo personal y otro para el trabajo. Borro mensajes y bloqueo contactos regularmente”, apuntó.
Temas silenciados en los medios de comunicación
Espacio Público también reveló que muchos periodistas y medios de comunicación han dejado de cubrir ciertos temas o publicar material por temor.
“Tengo testimonios de familiares de los presos políticos, unos antes de las elecciones y otros después de las elecciones, y ahí los tengo guardados para cuando pueda hacerlos públicos”, denunció uno de los consultados. Agregó que la fuente de la contraloría social no la cubre por ser “sensible”, a pesar de interesarle.

Una comunicadora mencionó que no ha publicado una nota sobre el “psicoterror” infundado desde los organismos policiales en las redes sociales.
“No lo he hecho por miedo a que la publicación pueda generar un problema para el medio en el que trabajo y para mí misma”, explicó.
El “alto riesgo” de trabajar como periodista en Venezuela
La ONG también explicó el “alto riesgo” que representa ejercer periodismo en Venezuela y las medidas que toman algunos medios para protegerse.
El 10 de enero, día de la juramentación de Nicolás Maduro, algunos periodistas confesaron que dejaron de usar sus identificadores de prensa por seguridad. “La presencia de cuerpos de seguridad generó temor. Sabíamos que podíamos ser detenidos”, aseguró Sofía.

Uno de los entrevistados dijo que utilizó el seudónimo de Jorge indicó que en muchos medios prefirieron no hacer la cobertura.
“Casi nadie salió a las coberturas, por miedo, incluso hubo colegas, corresponsales nacionales, que prefirieron no estar en la ciudad, algunos se fueron a la playa. Esos días se vivieron con mucho miedo, con temor, con mucha autocensura”, contó.