La Inteligencia Artificial (IA) está tomando terreno en el campo de la producción audiovisual con la aparición de cortometrajes realizados con la ayuda de esta tecnología. Como es el caso del proyecto cinematográfico The Sweet Idleness (La Dulce Ociosidad, en español), del productor italo-canadiense Andrea Iervolino.
The Sweet Idleness fue catalogada por Iervolino como la primera película 100 % dirigida por una inteligencia artificial, a través de una publicación en su cuenta de Instagram. Específicamente, la dirección del proyecto estuvo a cargo de FelliniAI, un programa informático.
Este sistema de IA está diseñado para percibir el entorno y tomar decisiones de manera autónoma o semiautónoma con la finalidad de alcanzar un objetivo; en este caso la función de un director de cine.
En este proceso, Iervolino mantuvo la supervisión para garantizar la coherencia del producto final, pero el programa de IA fue el responsable de ejecutar todas las decisiones de carácter creativo en el filme.
Personajes digitales en la película
La creación de esta película combinó la labor humana con las capacidades de la herramienta tecnológica, para dar como resultado una dinámica y un resultado de producción audiovisual híbrida.
Con respecto a los personajes, la gestión de los intérpretes fue realizada por Actor+, una agencia que emplea rostros de personas reales para generar versiones digitales de actores que participan en la obra cinematográfica.
El lanzamiento de este proyecto se proyecta para el año 2026, mientras que a los protagonistas digitales se les abrieron cuentas en redes sociales, con una estructura comparable a la de figuras públicas humanas para hacer promoción.
Iervolino explicó que el objetivo de esta iniciativa no consiste en el reemplazo del cine tradicional, actores y demás participantes de una producción audiovisual, sino en la apertura de una vía alternativa para la creación.
Una mirada al futuro
La narrativa central del filme se sitúa en un entorno futuro donde solo un 1 % de la población mundial trabaja, mientras que el resto disfruta de una existencia liberada gracias a la dependencia de la tecnología.
Para el productor italo-canadiense esto representa una metáfora de lo que sería el futuro de la humanidad con el avance de la IA, ya que los creadores buscan mostrar la capacidad de colaboración entre seres humanos e inteligencias artificiales en el desarrollo del mundo.
No obstante, el incremento del uso de la IA en diversos sectores genera un debate sobre sus implicaciones en diversos sectores de la sociedad. Por un lado, se identifica la tecnología como un recurso para la innovación, y por otro se perciben riesgos relacionados con el desplazamiento de las funciones tradicionalmente asignadas al personal humano.
En el caso de The Sweet Idleness, la tecnología pasa de su rol histórico como un recurso de apoyo técnico a convertirse en un elemento central, tanto en la fase de dirección como en la propia representación de los actores.
Esta situación sugiere que la industria cinematográfica se encuentra en una etapa de transformación, en la que se debe definir la estrategia para la implementación de la IA sin comprometer o anular el valor de la labor creativa y técnica humana.
El precedente de Critterz de OpenAI
Unos meses antes del anuncio sobre The Sweet Idleness, la compañía OpenAI, especializada en investigación de IA, comenzó a desarrollar la producción animada Critterz.
Este proyecto de animación se originó con el propósito de demostrar la capacidad de la IA para generar secuencias de contenido audiovisual de manera acelerada y con un costo operativo menor en comparación con los métodos tradicionales de producción cinematográfica.
La concepción inicial de Critterz provino de Chad Nelson, un especialista creativo de OpenAI, quien inició la visualización de los personajes mediante el modelo DALL-E. Este sistema de IA opera como un generador de imágenes, capaz de crear contenido visual digital (dibujos, ilustraciones o imágenes) a partir de descripciones textuales proporcionadas por el usuario.
La idea evolucionó a partir de estos diseños iniciales hasta concretarse en un cortometraje que relata las aventuras de un conjunto de criaturas imaginarias que habitan en un bosque, el cual se estrenará en el Festival de Cannes 2026.
El enfoque detrás del proyecto Critterz tampoco fue la sustitución del personal existente en la industria del cine, sino demostrar que la IA tiene el rendimiento suficiente para que se use en determinadas áreas de la producción, en colaboración con el trabajo humano.
Critterz se estableció como un caso de prueba para el sector audiovisual, debido a que reveló la viabilidad de un nuevo paradigma de producción en el cual la colaboración entre la IA y los profesionales humanos permite la optimización de recursos económicos, la reducción en los tiempos de ejecución y la expansión en el acceso a nuevas herramientas de creación.