• José Gregorio y Elvira Pernalete son los padres de Juan Pablo Pernalete, un joven asesinado por funcionarios de seguridad durante las protestas de 2017. El señor Pernalete requiere con urgencia una cirugía en el corazón

La tarde de ese 26 de abril de 2017, las paredes de Salud Chacao fueron testigos de un dolor paternal. Afuera del recinto de salud, las calles se convirtieron en un campo de batalla. Muchos jóvenes manifestaban en contra del régimen de Nicolás Maduro y sorteaban la represión de los cuerpos de seguridad del Estado. Las bombas lacrimógenas amenazaban la integridad física de cada persona. Ese día, el nombre de Juan Pablo Pernalete, de 21 años de edad, se convirtió en noticia. Su cuerpo cayó al pavimento de una de las calles cercanas a la Plaza Altamira. El impacto de una bomba lacrimógena en su pecho detuvo el latir de su corazón. 

Sus padres recuerdan aquel día con dolor. José Gregorio y Elvira Pernalete se encontraban buscando unos medicamentos cuando recibieron la noticia de que su hijo, un estudiante de la Universidad Metropolitana de Caracas y deportista, había sido herido de gravedad por funcionarios de seguridad.

El desespero cegó el juicio de ambos y mantener la compostura fue tarea imposible. Mientras sorteaban las barricadas y alcabalas, solo deseaban que su hijo Juan Pablo estuviese bien. Cada vez era más difícil transitar por las calles, por lo que Elvira Pernalete, en medio del desespero, abordó a un motorizado desconocido en la calle y le pidió el favor de que la llevara a Salud Chacao, mientras que su esposo se quedó en el carro tratando de sortear las trancas en las vías.

Al llegar, recibió la noticia que ninguna madre desea escuchar: su hijo había muerto. Entre lágrimas llamó a su esposo. José Gregorio Pernalete solo recuerda el momento en que gritaba del dolor dentro de su carro ante aquella noticia. Ya no coordinaba, su mente se nubló y el tráfico no se movía. Unas personas que transitaban por ese lugar vieron el estado del hombre, quien apenas atinó a contarles lo que estaba ocurriendo. Se subieron al vehículo de Pernalete y lo llevaron al centro de salud, sin conocerlo. 

Una mano para los Pernalete, una familia golpeada por el Estado venezolano
Foto cortesía

Al llegar, lo recibió el entonces alcalde de Chacao, Ramón Muchacho. José Gregorio Pernalete se llevó la mano al pecho para tratar de contener el dolor que sintió al ver a su hijo sin vida. Lo que no sabía es que ese dolor fue la primera señal de un tumor en el corazón, una afección que ahora, tres años después, lo obliga a buscar los recursos económicos necesarios para someterse a una intervención quirúrgica.

“Al ver a mi hijo tirado ahí en esa camilla yo sentí un dolor muy fuerte, yo lo atribuí también al estado de tensión en el que estaba. Desde ese momento el dolor fue aumentando y cada día lo sentía mucho más”, explica José Gregorio Pernalete para El Diario.

Una anomalía en el corazón 

Tres años después del asesinato de su hijo, los Pernalete decidieron hacerse exámenes generales de salud y el resultado fue demoledor. Un tumor benigno obstruye el ventrículo izquierdo de José Gregorio. Esta anomalía puede crecer y afectar el funcionamiento del corazón. 

“Consultamos a tres médicos y los tres nos dijeron que ese tumor debía ser intervenido quirúrgicamente. Cuando a mí me dieron esa noticia fue como un balde de agua fría”, expresa.

Pernalete le preguntó a los especialistas qué ocurriría si decide no someterse a la cirugía. La respuesta que obtuvo no fue positiva. Puede presentar trombos que le generen un Accidente Cerebro Vascular (ACV) o se puede desprender el tumor totalmente, obstruir el paso sanguíneo y generar un paro cardíaco.

Solo existe una opción. Obligatoriamente debe someterse a la cirugía para continuar viviendo. Sin embargo, este procedimiento cuesta 35.000 dólares en Venezuela y los Pernalete no cuentan con los recursos necesarios. Por ello iniciaron una campaña de GoFoundMe para recolectar los fondos. 

Años de pérdidas y tristeza

El año 2020 estuvo marcado por más dolor para la familia Pernalete. María Gabriela, la hija menor, falleció el 20 de enero tras librar una batalla contra el cáncer. La enfermedad de su hermana y la dificultad para conseguir medicamentos fue el motivo por el que Juan Pablo decidió salir a protestar en el año 2017. 

El asesinato de Juan Pablo Pernalete revistió a su familia de fortaleza y de la necesidad de buscar justicia. Días después de la muerte del joven universitario, funcionarios del régimen de Nicolás Maduro aseguraban que había sido herido por una pistola de perno. Sin embargo, las investigaciones del Ministerio Público, a cargo de la entonces fiscal Luisa Ortega Díaz, desmintió la versión oficial y precisó que Pernalete fue asesinado por el impacto de una bomba lacrimógena disparada a quemarropa.

La muerte de Juan Pablo es una de las más recordadas de las protestas contra Nicolás Maduro. Los funcionarios lo tildaron de terrorista y demás calificativos. Ante aquellas palabras, la familia decidió salir a defender el honor de su hijo y a exigir justicia por su asesinato. 

Una mano para los Pernalete, una familia golpeada por el Estado venezolano
Foto: ABC

“Luego de que enterramos a Juan Pablo, continuaron llamándolo terrorista en varios programas de televisión como Zurda Conducta o La Hojilla. Yo le tuve que decir a Elvira (su esposa) ‘mira, tienes que levantarte de esa cama. Porque ya nos asesinaron a Juan Pablo y no podemos permitir que nos lo asesinen moralmente’. Fue el amor hacia nuestro hijo lo que nos llevó a transformar el dolor en acción”, asegura. 

Desde ese momento José Gregorio y Elvira Pernalete se han dedicado a exigir justicia por el asesinato de su hijo y las víctimas de las protestas de ese año. La familia fundó una organización, Alfavic 2017, para apoyar a los padres de los jóvenes que asesinaron los cuerpos de seguridad del Estado durante los seis meses de manifestaciones. 

Elvira Pernalete, madre de Juan Pablo, comenta para El Diario que en la búsqueda de justicia, las autoridades los han tratado de forma denigrante. Precisa que el Estado venezolano “juega al cansancio de las personas” para que desistan. 

Esta lucha es lo que nos levanta cada día. Nosotros lo hacemos por amor, por amor a esos jóvenes que lucharon por este país y por amor a nuestro hijo. Él tenía un sueño de un país con libertad y democracia”. Elvira Pernalete, madre de Juan Pablo Pernalete
Foto cortesía

Explica que el Ministerio Público ha cambiado 14 veces los fiscales del caso del asesinato de Juan Pablo Pernalete. “Nos pueden cambiar 100 veces los fiscales y yo voy a regresar 101 veces. Nuestro hijo nos da la fuerza. No queremos quedarle mal a él y a sus ideales. Pero no nos van a quebrar, nosotros tenemos fe de que vamos a conseguir justicia”, afirma.

La voz de los Pernalete se quiebra en ocasiones mientras hablan sobre sus hijos, pero rápidamente se reponen. El dolor se deja colar entre cada palabra pero también lo hace la convicción de que la muerte de su hijo no será en vano.

En los últimos años José Gregorio y Elvira han experimentado el dolor más grande que pueden sentir unos padres: perder a sus hijos, una por falta de medicamentos para vencer el cáncer y otro asesinado por exigir libertad y democracia para Venezuela. Cada paso dado es producto del amor y la fortaleza. Hoy, la vida le puso otro reto en el camino. José Gregorio espera recaudar el dinero necesario para operarse y poder ver el momento en que el Estado venezolano responda por el asesinato de Juan Pablo Pernalete.

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