• En El Diario conversamos con Juan Carlos Ruíz, el creador de un disco con temas tradicionales venezolanos en inglés. Uno de sus objetivos es que el público angloparlante entienda y asimile, aún más, a la cultura venezolana

Juan Carlos Ruíz es un cantante  venezolano radicado en Boston (Estados Unidos) que encontró en la música una manera de conectar con las emociones del público de habla inglesa y mostrarles la cultura venezolana. El intérprete descubrió, desde un restaurante cercano a la casa natal de John F. Kennedy, que la empatía que se genera mediante el arte “no tiene comparación”, expresa. 

Cuando llegó a Boston su primer trabajo fue como cantante en un restaurante local. Allí, cada viernes, subía al escenario para interpretar música tradicional venezolana en español para un público de habla inglesa, quienes en su mayoría, no entendían lo que él recitaba. 

Ruíz detalla que algunas noches al restaurante asistían venezolanos a celebrar cumpleaños y, cuando eso pasaba, el lugar se transformaba en un espacio de intercambio cultural.

Nosotros somos bonchones y parranderos, imaginate al público norteamericano viendo aquel bochinche: era todo un espectáculo cultural”, relata para El Diario.

Eso lo inspiró. Se imaginaba a los espectadores estadounidenses escuchando canciones venezolanas en inglés y sintiendo las mismas emociones que afloran al escuchar a Simón Díaz. También pensó en que, de alguna manera, siempre a los venezolanos les corresponde contar en inglés algún aspecto de su cultura y la música podía funcionar como un vehículo para mostrar sus tradiciones venezolanas al mundo. Ese fue su punto de partida. 

Primera vez en inglés

Antes de cantar un tema venezolano en inglés probó con “Quiza, quizas, quizas”, canción del compositor cubano Osvaldo Farrés que fue traducida al inglés por Joe Davis y titulada “Perhaps, perhaps, perhaps”. Estima que la mitad de los comensales que asistieron esa noche al restaurante eran venezolanos y la otra mitad estadounidense. Ruíz aprovechó la oportunidad y cantó la canción en ambos idiomas: el público respondió coreando el tema en español e inglés. 

Aquello fue mágico porque fue la primera vez que, al menos en ese restaurante, se podía dar ese ambiente tan bonito. Ahí es donde yo defino a la música como ese territorio en común que tienen las personas independientemente de la barrera que los divida (nacionalidad, lenguaje, costumbres). Si las personas sienten lo mismo cuando escuchan la misma canción entonces la música nos une a todos”, cuenta.

En Internet encontró versiones en inglés de canciones de Armando Manzanero y allí pensó que los temas de Aldemaro Romero, José Enrique “Chelique” Sarabia, Simón Díaz, Juan Vicente Torrealba, entre otros, también podían ser versionadas. 

“Carretera” del artista Aldemaro Romero, fue el primer tema venezolano que interpretó en inglés. Al investigar sobre la canción descubrió que Romero, en el año 1972, grabó un álbum de canciones latinoamericanas versionadas en inglés. “Lo mejor que me pudo haber pasado a mí fue ese hallazgo. Cuando canté esa canción por primera vez el público venezolano estaba muy curioso y de alguna forma emocionados de la posibilidad de poder decirle a sus amigos ‘mira como suena esto en tu idioma’, recuerda.  

La selección de los temas

No fue fácil seleccionar las canciones que irían en el Venezuelan songbook, pues la propuesta musical no se trataba de traducir literalmente la letra de las canciones. El reto era que los temas tuvieran sentido para el público angloparlante y respetar a los autores.

Ruíz analizó muchos de los temas tradicionales venezolanos e incluyó en el álbum 14 canciones, entre las que están: “Rosario”, “Grinding coffee”, “Please return”, “And still I love her”, “When you are so far from me”, “It never ends” y “Native woman”.

“Es muy difícil que uno caiga mal si llega cantando. Hay personas que hablan inglés y si llegas cantando en español caes bien, imaginate si llegas cantando en ingles tu propia música. Definitivamente se genera una conexión sin igual que yo creo que puede lograr resultados extraordinarios” expresa. 

Para él, no se trata de desnaturalizar la música venezolana: se trata de abrir nuevos espacios de entendimiento para acercar a ambas culturas. Ruíz recuerda que la misma noche que interpretó “Carretera”, cantó “Caballo viejo”, de Simón Díaz, en español, y puso a los venezolanos presentes a enseñarles la letra de la canción al resto del público.

Fue una experiencia maravillosa. Lo lindo de todo esto es que el objetivo no es hacer música venezolana en inglés por desnaturalizarla o porque ahora todo tiene que ser en inglés: el objetivo es realmente que logremos que nos comprendan más, nos quieran más y nos asimilen a nosotros así como nosotros los asimilamos cuando salimos del país”, afirma.

Ruíz destaca que donde hay un venezolano siempre está Venezuela y resalta las emociones y la inspiración como un motor necesario para el ser humano. Con Venezuelan songbook pretende ayudar a elevar el gentilicio venezolano y mostrar al mundo la verdadera identidad del país.

“Nosotros necesitamos redefinir qué significa nuestra identidad por todo este proceso bien conocido, que no vale la pena indagar. Para mí ser venezolano es ser de la misma tierra de Carlos Cruz Diez y Antonio Lauro. Si encontramos en el arte esa narrativa que nosotros necesitamos para reconstruir al país podría ser una experiencia muy fascinante. Si vez de nosotros cumplir un sueño americano (los que estamos aquí en Estados Unidos), sería interesante cumplir un sueño venezolano”, comenta con emoción. 

La portada de Venezuelan songbook fue creada por el artista venezolano Franklin Marval, oriundo de Valle de la Pascua (Guárico), mientras Juan Carlos Ruíz interpretaba “Carretera” y “Caballo viejo” en el restaurante.

Una de las anécdotas que más recuerda es la llamada que recibió por parte de Rosario, la mujer a la que Juan Vicente Torrealba le dedicó ese tema. Ruíz jamás imaginó que la conocería. “Estaba emocionada porque su canción fue versionada al inglés”, asegura. 

Para Juan Carlos Ruíz, Venezuelan songbook es un cancionero que permite mostrar la cultura musical venezolana para que sea entendida por personas que no hablan español. Es una oportunidad de mostrar al mundo las canciones más típicas de Venezuela y que, desde otras culturas, comprendan y sientan las emociones de un venezolano al escuchar los temas con los que creció en su país natal.

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