- Ellas se anteponen al machismo, el sexismo, la homofobia, la discriminación. Son aplaudidas en distintos escenarios y le abren paso a las nuevas generaciones. Esta es la historia de Paula Díaz, una migrante venezolana en México que se dedica a hacer stand up, shows de improvisación y que ahora se prepara para hacer comedia desde Catar en la Copa del Mundo 2022 | Diseño de portada: Mayerlin Perdomo
Su sonrisa no se ha desdibujado a pesar de los momentos complejos que le tocó vivir, como un episodio de violencia, así como migrar a México en 2018. Al pasar unas cuantas páginas hacia atrás, mirar en retrospectiva las vivencias y contar su historia, se siente orgullosa de lo que ha logrado sobre los escenarios, donde se siente cómoda y es ella misma. Hoy abraza su pasado, su presente y se prepara para continuar labrando su propio camino en el mundo de la improvisación y la comedia. La historia de Paula Díaz, o Poly, como se conoce públicamente, se puede leer en dos etapas: la joven que soñó ser actriz y estar sobre las tablas, hasta la mujer que ha superado las adversidades y continúa escribiendo su propia historia.

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Los años de preparación y trabajo arduo la llevaron a Catar 2022. Comenta en entrevista exclusiva para El Diario que desde el país de la península arábiga se dedicará a hacer comedia, dinámicas de grupo y conversar con personas en tiempo real en situaciones que se transmitirán en Azteca Deportes para México y parte de América. “Hace dos años no confiaba en tí y hoy te están llamando para hacer comedia en un Mundial de fútbol. Millones de personas tendrán acceso a lo que hago”, se dice a sí misma Poly.
Poly no se ata a una sola definición, es actriz y comediante, pero también escritora, directora y productora. Para ella, los artistas deben hacer “hacer de todo”. Su trayectoria la ha llevado a hacer shows de improvisación, de teatro, ser locutora de radio y participar en otros proyectos en los que, según comenta, el histrionismo siempre está presente.
“Lo que más hago es stand up. Mi comedia yo la defino como cotidiana. Es mi cotidianidad, mis observaciones de mi vida, la forma en que yo veo mis relaciones y mi sexualidad, la forma en que he estado viviendo mi adultez adelantada. Lo digo porque migré siendo muy chama y crecí de golpe. Me volví una mujer de un día para otro. Mi comedia explora esa nueva adultez siendo una mujer joven moderna y viviendo sola en otro país”, expresa.

Poly, la joven promesa en constante aprendizaje
Poly Díaz no tuvo claro en un principio que quería dedicarse a la comedia. Aproximadamente en 2010, cuando cursaba tercer año de bachillerato, participó en un grupo de teatro. Cuando hacía ejercicios de improvisación se sentía cómoda, y esa sensación se exaltaba cuando le daba vida a personajes cómicos.
En esa época fue nominada a Mejor Actriz de Comedia en unos premios intercolegiales de teatro, cuestión que le sorprendió. En el género drama no recibía la misma respuesta del público. En ese momento se dio cuenta que tenía destrezas para hacer reír a los demás.
“Cuando comencé a hacer improvisación, en 2014, me sentía cómoda con todo lo que tenía que ver con comedia y allí fue cuando lo descubrí, pero al principio no lo tenía tan claro. Lo descubrí a medida que experimentaba cosas sobre las tablas”, señala. No fue hasta 2015 que se dijo a sí misma: “ok, aquí sí es, por aquí vamos”.

Posteriormente, Poly estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) hasta el séptimo semestre. Mientras cursaba sus estudios, también experimentó trabajar en radio en la producción y locución radial. En 2016 estuvo en El último round y El monstruo de la mañana en 92.9 Tú FM, posteriormente entró en La Mega para conducir Sport Bar y, dos años más tarde, en 2018, inició 5 minutos más, que le daría mayor alcance en su natal Caracas y el resto del país.

En 2018 vivió un intento de homicidio en el centro comercial San Ignacio luego de salir de un ensayo de la Escuela del Humor, en el Centro Perú. Ese momento la hizo detenerse y repensar sus planes a futuro. Algo cambió en ella y, sumado al ambiente de crisis económica y desmotivación que vivió durante un tiempo, decidió migrar. México fue una opción viable pues ya había visitado el país. Se fue pensando que iba a estar allá, al menos, por un año, pero allí sigue. En este 2022 cumple cuatro años en Ciudad de México.

Renacer en México
Algunos de los momentos más difíciles de su vida también los vivió en México, pero ese país retador también le abrió las puertas, pudo renacer y empezar a construir su vida como mujer profesional independiente. A su llegada, laboró un tiempo en dos trabajos y se sentía triste y deprimida. Comenta que no comía bien ni dormía bien, no quería hacer nada. Luego renunció y luego se dedicó a hacer stand up. En esos momentos llegó a pensar que necesitaba varios trabajos porque ella no era suficiente, porque con lo que ganaría en shows no alcanzaría para pagar sus cuentas; sin embargo, se reinventó.

En México, luego de varios procesos personales, pudo salir, como ella misma lo define, del “hueco” en el cual estaba inmersa y empezó proyectos propios. A la fecha se ha presentado en distintos escenarios de varios países, como Estados Unidos y Ecuador. En México, recorrió el país y se ha presentado en otras ciudades además de la capital, como Querétaro, Toluca, Mexicali, Tijuana, Monterrey y Puebla. En 2021 estrenó el podcast por Patreon y Youtube Somos Amigues y más adelante Atentamente Poly.

Durante los primeros años en México, su familia todavía le preguntaban si volvería a la universidad a terminar su carrera. “Yo creo que hay gente que viene al mundo a aprender de otras formas”, resalta Poly. En el proceso de reencontrarse con ella misma en otro país pudo concluir que no era compatible con ese espacio académico, pero asegura que aprendió muchas cosas valiosas que le han funcionado en parte de su carrera.

La vida misma como fuente de inspiración
Poly relata que le inspiran los artistas en general, no se limita a comediantes. Le atrae la manera en que son ellos mismos en sus áreas. Por ejemplo, una de sus fuentes de inspiración es la cantante española Rosalía, también la comediante Ali Won y la escritora y directora Greta Gerwig. También encuentra ideas en Tik Tok. En esa red social de video toma nota de qué es tendencia a la hora de crear contenido.

Asegura que no consume comedia en exceso ya que “es fácil viciarse” de los demás, además que, según comenta, ya el humor no le divierte demasiado. Aplaude también el trabajo de los venezolanos comediantes que están dentro y fuera del país haciendo comedia, por ejemplo, Nanutria. Indica que el público es cambiante y muy distinto en cada espacio y merecen tener un representante que diga en voz alta lo que piensan ciertos grupos sociales.

Todas esas experiencias vividas y aprendizaje la empujan a presentarse sobre los escenarios. Su ritual previo a enfrentarse al público incluye evitar la conversación excesiva, no correr, organizar sus ideas y repasar las ideas que abordará. Eso sí, siempre se toma una lata de Red Bull antes del escenario y en ocasiones le dan ganas de ir al baño de los nervios, que al encenderse las luces y el micrófono se disipan para darle paso a una sonrisa y el aplauso del público.

La comedia femenina que se adapta y supera barreras
Poly considera que no ha recibido ningún tipo de disciminación, sin embargo, sí existe resistencia por parte del público y sus compañeros, pues comenta que el público suele preguntarse: “¿esta jeva dará risa? ¿de qué va a hablar?”. A pesar de eso, ha tenido una recepción formidable del público mexicano, que siempre está expectante, pero valora el esfuerzo de integración a su cultura.
El trabajo de Poly ha sido disfrutar su proceso y superar esa resistencia a la comedia femenina. Indica que los prejuicios con las comediantes siempre han existido, debido al contexto de violencia e intolerancia en el que están inmersas muchas personas. Señala que la educación, el respeto o la empatía deben cosecharse desde el hogar. Ella explica que muchos comediantes carecen de empatía debido a algunos privilegios en los que viven.
“Creo que muchas veces los comediantes asumimos que todo el mundo es igual a nosotros. Tenemos que empezar a ver que no sabemos quién nos está escuchando o viendo. Hay que empezar a conectar más con las personas y no seguir reforzando ideas que ya están en el día a día. El día a día es homofóbico, violento, intolerante, los comediantes deberíamos evitar hacer eso. También es cierto que no es responsabilidad única de los comediantes pues estamos para entretener. Si eso le parece entretenido a algunos, ya será decisión del comediante seguir reafirmando esas ideas, que en lo personal no me gustan, pero es decisión de cada quien”, resalta Poly.
Agrega que la comedia femenina puede hacerle frente a distintos tipos de discriminación. Pone el ejemplo de mujeres comediantes que se dedican a hacer reír a los demás desde el activismo y aplaude a las que también hacen otros tipos de comedia, porque para Poly todo puede aportar. En la actualidad se mira en el espejo de las jóvenes comediantes y las anima a dejar el temor a un lado y atreverse a exaltar sus talentos.
“Háganlo, pero tengan paciencia. Uno no se vuelve bueno de un día para otro. Cada vez que creas que te la estás comiendo, puedes tener un show de mierda y te vuelves a dar cuenta que este es un trabajo del día a día. No puedes dejar que tu ego crezca demasiado”, señala.
En los próximos años Poly Díaz espera continuar presentando sus shows e incursionar en otros espacios igual de retadores a los que ha vivido. También le gustaría estar en una película o serie de época. “Tengo muchos conflictos con definirme porque luego en un año uno ve esta entrevista y se arrepiente de lo que dijo porque a veces uno no sabe ni para dónde va”, indica nerviosa. En cualquiera de los casos se ve “divina” y siendo feliz, escribiendo día a día su historia y aprendiendo de cada error, con la certeza de que está labrando la mujer y la profesional que quiere ser con cada paso que da.