- Ellas se anteponen al machismo, el sexismo, la homofobia, la discriminación. Son aplaudidas en distintos escenarios y le abren paso a las nuevas generaciones. Esta es la historia de Alejandra Otero, quien desde hace varios años se dedica a hacer stand up y a imitar creativamente a personalidades destacadas del entretenimiento dentro y fuera del país | Diseño de portada: Mayerlin Perdomo
El arte siempre estuvo presente en su vida. Cuando Alejandra Otero era niña se la pasaba imitando a parte de su familia. Su mamá fue directora del Festival Internacional de Teatro y su papá trabajaba en el diario El Nacional. Su hermana, Ana Isabel, le decía que iba a terminar en Radio Rochela debido a sus destrezas. Ese talento innato de hacer reír a los demás la acompañó siempre, pero ella decidió dedicarse durante un tiempo a la actuación, junto al grupo Catarsis Teatro, y al periodismo, luego de egresar como comunicadora social de la Universidad Monteávila.
Mientras cursaba un posgrado en Ciencias Políticas en Nueva York (Estados Unidos), se la pasaba haciendo chistes, imitando infocomerciales, acentos, y sus mis amigas le decían que debía hacer stand up. La historia de Alejandra Otero en el mundo de la comedia empezó en el año 2010, cuando se subió por primera vez a un escenario en El Molino, en Caracas.


Posteriormente se graduó de una maestría en Relaciones Internacionales enfocado en medios documentales. En 2011 retornó definitivamente a Venezuela y empezó a formarse en el ámbito del humor en talleres y a presentarse en varios lugares. A mediados de ese año empezó a vivir de la comedia y desde entonces nunca dudó de la decisión que había tomado. Su familia la apoyó desde el primer momento y siempre eran los primeros en asistir a sus shows.
Define su carrera como versátil, ya que no solo se dedica al stand up. Ante la falta de espacios de formación en el área, creó junto a otros comediantes la Escuela del Humor, en el que se imparten cursos y diplomados para formar humoristas. Además, tiene un podcast, hace shows y genera contenido en sus redes sociales ligado al humor en el que imita a personalidades destacadas del entretenimiento o en el que habla sobre la maternidad o la vida de pareja. Constantemente busca mantener un equilibrio en su vida como madre y profesional.
Mientras habla de su historia destaca que está preparando más presentaciones dentro y fuera de Venezuela, con más presencia de música y no solo destacando la imitación. También está trabajando en retomar la creación de contenido para Youtube y hacer un podcast junto a la comediante argentina Clara Ulrich, a quien conoció durante la pandemia por covid-19. Es algo que la emociona ya que tienen cosas en común. Ulrich vendrá a finales de 2022 a Venezuela para grabar el podcast.

Alejandra Otero toma el humor como filosofía de vida
Para Alejandra Otero todo está ligado al humor. Es su filosofía de vida y junto a su esposo, Jorge Parra, han implementado técnicas y herramientas en su día a día que han aprendido de la improvisación, el stand up y el clown. Al igual que muchos comediantes, utiliza elementos de la vida cotidiana, ya sea algo personal o de la sociedad, para hacer sus rutinas.

Agrega que de joven siempre imitaba los sketches de Radio Rochela y años más tarde llegó a trabajar en Misión Emilio, junto a Emilio Lovera, a quien considera parte de su inspiración. También lo son Laureano Márquez y otros jóvenes talentos como Nanutria, Daniel Pistola, la Vero Gómez o la Nadia María, con quienes creció como comediante.


Ese cúmulo de experiencias, luego de trabajar en Globovisión y El Nacional como periodista, la llevó a incursionar con su esposo el podcast Vamos pelo a pelo y a hacer su show ¿Cómo te explico?. Durante la pandemia también trabajó en Radio Cuarentena con otros humoristas y en 2021 estrenó Mejor que la original, el stand up más reciente que la ha llevado a escenarios dentro y fuera del país.
Alejandra señala que el humor venezolano es fresco, alegre, aunque se hable de situaciones difíciles. Además, considera que el humor forma parte de la cotidianidad, algo que para ella es parte innata del “ADN del venezolano”. Eso se refleja en Improvisto, grupo del que también formó parte y con el que se formó constantemente en clown, danza y expresión corporal. Allí se aborda la cotidianidad del desde situaciones inesperadas.

Vivir en la era de la exposición
Alejandra Otero señala que hace humor desde el respeto y considera que se puede hacer comedia de cualquier cosa, “pero el tema está en cómo lo dices”. Al igual que otros comediantes que hacen vida en redes sociales, recibe constantemente comentarios negativos y señala que algunos son “muy fuertes”. Para ella, eso se debe a que se vive en “la era de la exposición”.

A pesar de eso, considera que el mundo ha evolucionado, pero que Venezuela todavía está atrasada en muchos ámbitos. Existen limitaciones para las mujeres y relata que se les hace más complicado incursionar en la comedia, ya que es un área dominada por hombres. De hecho, algunos de sus compañeros le indicaron en algún momento que su “belleza” podría ser un aspecto a su favor para que le pudiera ir bien en la comedia, pero ella trabajó por romper ese paradigma y destacar el talento que la ha caracterizado desde niña.


Otero señala que “encontrarse” como comediante es complicado, y más siendo mujer, tomando en cuenta los prejuicios que existen alrededor de la figura femenina. En sus espectáculos ella habla sobre temas que no suelen tratarse sobre los escenarios e invita a luchar contra el machismo que existe en esos espacios.
“Yo he hablado esto con mis amigos porque si te hicieron una entrevista y te pidieron que hablaras de algún comediante y no mencionaste ni a una mujer, estamos automáticamente excluyendo. Eso es algo que hay que trabajarlo y hablarlo. A veces voy a bares y se hace pura comedia machista”, agregó Alejandra.

El poder del escenario
La comedia es poderosa si está bien trabajada, comenta Alejandra Otero, ya que se puede conectar con el público y llevar un mensaje que una. Destaca que parte de lo que ha hecho evolucionar a la sociedad es la manera en que se ve la vida desde el humor, que brinda un “poder” a los comediantes para legitimar temas de relevancia a través de la risa; por lo que invita a no subestimar este ámbito.

Al empezar su espectáculo, Alejandra Otero está consciente de ese poder que le brinda el hacer comedia, por lo que no desaprovecha la oportunidad de abordar temas como la maternidad. Al hablar sobre los momentos de logro y difíciles que le ha tocado vivir en esos espacios, recuerda cuando estrenó su show sola, un proyecto que se gestó desde hace varios años y que se retrasó por la pandemia por covid-19. Se sintió realizada al hacer el show, llenar salas y decir: “lo logré”. Sin embargo, no siempre le fue bien.

“Es imposible no fracasar en el stand up en algún momento. Cuando eso ocurre, a diferencia de otros ámbitos, se hace demasiado evidente porque sabes si funciona un chiste cuando se ríen o no se ríen. Eso lo hace más duro aún. Una vez me presenté con George Harris en el teatro Flamingo de Miami, y fue horrible. Es un lugar complicado para presentarse porque la gente va a verlo a él. Creí que mi carrera había terminado allí, pero aprendí demasiado de esa función”, recuerda Otero.
Ella cree que la comedia femenina es poderosa y considera que quienes ya están sobre los escenarios son un referente para las mujeres que no se atreven a incursionar en el humor. Tiene la esperanza de que el panorama mejore para ellas, ya que cada vez existen más espacios donde mostrar sus talentos y la mujer “cada vez está más empoderada”.
“En un futuro me veo haciendo comedia. Esto me hace muy feliz, quiero seguir haciéndolo toda mi vida, pero también estoy abierta a evolucionar y crecer. La comedia es algo que se presta para aplicarla a un montón de cosas. Me veo haciendo shows, con emprendimientos sobre productos, contenidos, pero todo ligado al mundo del humor, como desde el primer día”, concluye Alejandra Otero.