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- La arquitecta, quien ocupó varios despachos ministeriales durante el gobierno de Rafael Correa, enfrenta en su país una condena sin cumplir por corrupción. Sin embargo, desde su asilo en la Embajada de Argentina en Quito se escapó a Venezuela, sin que en Buenos Aires haya una justificación esclarecedora
Argentina y Ecuador enfrentan uno de los momentos más tensos en la historia de sus relaciones diplomáticas. El 14 de marzo el gobierno ecuatoriano expulsó del país al embajador argentino, a la vez que llamó a consultas a su enviado en Buenos Aires. El motivo, de acuerdo con la Cancillería, fue que se vulneró “el principio de buena fe y confianza mutua entre Estados” al facilitar la fuga de una exfuncionaria prófuga de la justicia.
Horas antes, María de los Ángeles Duarte apareció en Venezuela tras una fuga en la que las autoridades sospechan que hubo complicidad de los diplomáticos argentinos. Esto luego de encontrar inconsistencias en los testimonios de los empleados de la sede, así como poca colaboración por parte del embajador Gabriel Fuks. Por su parte, el gobierno de Alberto Fernández ha acusado a Ecuador de escalar a propósito las tensiones al tomar una medida desproporcionada por el incidente.
En un comunicado, la Cancillería argentina intentó desvincularse de las acusaciones señalando que Duarte actuó por cuenta propia. Indicó que la exministra, quien desde 2020 vivía en su Embajada en Quito en calidad de asilada, se fue sin notificar a los encargados de la misma, y que cumplieron su parte al notificar a las autoridades locales tras percatarse de su ausencia el 10 de marzo. Agregó que ninguna norma internacional obligaba a la representación argentina a mantenerla bajo custodia.
¿Quién es María de los Ángeles Duarte?
María de los Ángeles Duarte Pesantes es una arquitecta egresada de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Allí realizó una maestría en Administración de empresas constructoras e inmobiliarias, además de ejercer como profesora. En 1997 participó como consultora en el Plan Maestro Vial del Ecuador, principalmente en el diseño de carreteras y puentes.
Sin experiencia previa en política, se afilió al partido Alianza País del izquierdista Rafael Correa, quien en 2006 se convirtió en presidente de Ecuador. Así, tras asumir el mando el 15 de febrero de 2007, incluyó a Duarte en su primer gabinete como ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Se apartó del cargo en febrero de 2009, cuando se postuló como candidata por la coalición oficialista para la Alcaldía de Guayaquil. Su inscripción causó controversia por haber sido aceptada a destiempo, aunque igual perdió contra el opositor Jaime Nebot, quien resultó reelecto para un tercer periodo. Luego de su derrota volvió al tren Ejecutivo, aunque ahora como ministra de Inclusión Económica y Social.
Apenas duró un año en el cargo, pues en abril de 2010 fue transferida al Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Allí destacó por su gestión en la expansión del sistema vial con el Plan Nacional de Autopistas y el Plan Estratégico de Movilidad, además de la construcción de varios puentes. Sin embargo, luego de que Correa asumiera la presidencia por tercera vez en 2013, fue sustituida por Paola Carvajal. No fue hasta febrero de 2015 que volvió al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, donde permaneció hasta que Correa entregó el poder a su sucesor, Lenin Moreno, en 2017.
En la mira
Iniciando el nuevo gobierno en 2017, la Contraloría General de Ecuador abrió una investigación contra Duarte por irregularidades en la construcción de la carretera Collas-Tababela. Se halló un sobreprecio de 142,3 millones de dólares en el proyecto, debido a cambios técnicos que aumentaron su costo firmados en 2013 durante su gestión como ministra. En ese momento, solo se les dictaron dos glosas, es decir, sanciones administrativas por generar un perjuicio económico al Estado.
Fue en 2019 cuando la exfuncionaria entró en el ojo del huracán, al estallar el escándalo de corrupción conocido como el caso Sobornos. Luego de que la prensa revelara conexiones ilícitas entre la constructora brasileña Odebrecht y Alianza País, la Fiscalía General del Estado abrió una investigación contra varios empresarios y funcionarios del gobierno entre 2012-2016. El caso involucró directamente al expresidente Correa, además de Jorge Glass, quien en ese momento era el vicepresidente de Lenin Moreno.
De acuerdo con la Fiscalía, varias empresas, entre ellas Odebrecht, habrían pagado sobornos a miembros de Alianza País a cambio de obtener contratos millonarios en los proyectos del gobierno. Esto salpicó directamente a Duarte, quien como ministra de Transporte y Obras Públicas gestionó el pago de coimas de al menos 6 contratistas. La información recogida estimó donaciones no declaradas a la campaña presidencial de 2013 por $11,6 millones, además de otros pagos irregulares por $15,5 millones.
Al menos 20 funcionarios y empresarios oficialistas fueron imputados por el caso, entre ellos Correa y Glass, quienes fueron sentenciados por lavado de dinero, delincuencia organizada y tráfico de influencias. En el caso de Duarte, el Tribunal de Juzgamiento la condenó el 7 de abril de 2020 a 8 ochos de cárcel, además de pagar $778.224 de reparación.
Asilo
Por orden de la Fiscalía, Duarte fue detenida en Guayaquil el 31 de mayo de 2019, sin embargo, como el tribunal no dictó prisión preventiva, fue liberada al día siguiente. A diferencia de otros acusados, quienes huyeron del país, Duarte estuvo presente en su juicio, alegando que se trataba de un acto de persecución política por parte del gobierno de Moreno.
A pesar de que en julio de 2020 se ratificó su condena de prisión, esta nunca se ejecutó, por lo que se mantuvo con medidas cautelares, presentándose periódicamente en la corte. Sin embargo, el 12 de agosto apareció en la Embajada de Argentina en Quito como solicitante de asilo. Esta fue aceptada por Fuks, quien la acogió como “huésped por razones humanitarias”. Cabe destacar que Duarte está casada con un ciudadano argentino, además de tener un hijo menor de edad con la doble nacionalidad.
En mayo de 2021, el liberal Guillermo Lasso asumió la presidencia de Ecuador. Su gobierno continuó con las investigaciones y medidas aplicadas por el caso Sobornos, y exigió a Argentina que facilitara la entrega de Duarte. La Embajada se negó, por lo que se instaló un dispositivo de vigilancia para monitorear el edificio en el que se alojaba la exfuncionaria, que está alejado de la residencia del embajador.
En diciembre de 2022 el gobierno de Alberto Fernández le concedió el asilo político, lo que comenzó las tensiones con las autoridades ecuatorianas. Por su parte, Duarte le solicitó a Lasso un salvoconducto para salir del país hacia Argentina, el cual fue denegado.
De Quito a Caracas
Se sospecha que pudo haber salido de la embajada el 10 de marzo. El gobierno ecuatoriano se enteró la noche del lunes, cuando los equipos de vigilancia se percataron de su ausencia. Finalmente el martes la Cancillería argentina informó en un comunicado que Duarte se presentó en su sede diplomática de Caracas, siendo recibida por el embajador Óscar Laborde.
Desde Buenos Aires se insiste en que desconocen cómo hizo la exministra prófuga para llegar hasta Venezuela. Aunque las autoridades migratorias ecuatorianas confirmaron que no hay registros de su salida en ningún aeropuerto ni por la frontera con Colombia. Aunque la policía pidió a la Embajada argentina revisar sus cámaras de seguridad, pero la respuesta fue negativa. Esto en parte motivó que Fuks fuera declarado persona non grata.
Por su parte, Duarte publicó un mensaje en su cuenta de Twitter en el que asegura que su fuga se debió a la negativa del gobierno de Lasso de concederle un salvoconducto. Indicó que actuó apegada a la Convención de Caracas de 1954, el cual ofrece garantías a los perseguidos políticos de recibir asilo diplomático en otro territorio. “Tuve que salir bajo riesgo, pero ejercí el derecho que me asiste”, declaró.
Laborde ha precisado que Duarte no tiene planes por el momento de viajar a Argentina. Mientras tanto, Ecuador afirma que está dispuesto a recibir a un nuevo embajador una vez se aclaren las circunstancias de la fuga de su exministra. Sin embargo, desde la Casa Rosada no parece haber intenciones de colaborar, exhibiendo sus simpatías con los prófugos correístas.
