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- El ejecutivo, uno de los más importantes de Venezuela, falleció a los 78 años de edad. Durante décadas estuvo al frente de importantes marcas del sector del entretenimiento, como el canal Venevisión y el concurso Miss Venezuela
El empresario Gustavo Cisneros Rendiles, reconocido por ser uno de los mayores magnates en la industria del entretenimiento y medios de comunicación de Venezuela, falleció el 29 de diciembre a los 78 años de edad. La noticia fue confirmada por la compañía Cisneros Media en sus redes sociales.
“Gustavo Cisneros fue reconocido por crear un legado sustentable y se distinguió particularmente por la expansión internacional de los negocios familiares, así como por encabezar la industria del entretenimiento en América Latina y el mercado hispano de Estados Unidos”, informó la empresa en su cuenta de Instagram.
Durante décadas, el empresario dirigió la Organización Cisneros, un conglomerado comercial dueño, que entre otros servicios, era propietario del canal de televisión Venevisión y sus derivados internacionales, así como organizador de eventos como el certamen de belleza Miss Venezuela.
Imperio familiar
Gustavo Cisneros nació el 1° de junio de 1945 en Caracas. Formó parte de la segunda generación del imperio empresarial fundado por los hermanos Diego y Antonio Cisneros, originarios de Cuba, y quienes en los años cuarenta trajeron a Venezuela la franquicia de refrescos Pepsi.
Específicamente su padre, Diego Cisneros, fue el presidente de la Organización Cisneros, que además de consolidarse en el rubro de la alimentación con marcas como Helados Tío Rico, en 1960 adquirió el canal de televisión Televisa, el cual se relanzó al año siguiente bajo el nombre de Venevisión.
Tras graduarse con honores en Administración en el Babson College de Massachusetts, Estados Unidos, Gustavo Cisneros regresó a Venezuela en 1968 para incorporarse en la directiva de la empresa familiar. Debido al estado de salud de su padre, asumió la presidencia de la Organización Cisneros en 1970. Bajo su gestión, se encargó de diversificar las operaciones de la compañía, creando diferentes empresas como Gaveplast, de gaveras plásticas, la distribuidora de licores importados O’Caña y la cadena de supermercados CADA.
También se dedicó a consolidar e internacionalizar la marca de Venevisión. En 1972 adquirió los derechos del Miss Venezuela, además de construir la sede de la Organización Cisneros en Miami, Florida (EE UU). Asimismo, adquirió en 1974 la red de emisoras Radiovisión, el primer circuito radial de alcance nacional en Venezuela y que más adelante se convertiría en FM Center.
Expansión
Con la muerte de Diego Cisneros en 1980, Gustavo se enfocó principalmente en la dirección de la Organización Cisneros y su rama de entretenimiento y medios de comunicación. Mientras tanto su primo, Oswaldo Cisneros, asumió la presidencia de PepsiCo de Venezuela y sus filiales en el rubro de la alimentación.
Esto hasta 1996, cuando ambos decidieron firmar un acuerdo con la competencia, Coca-Cola, el cual dejó a Pepsi sin representación en Venezuela durante varios meses en un episodio conocido como “la guerra de las colas”.
Entretanto, durante la década de los ochenta, Cisneros estuvo detrás de la creación de la empresa discográfica Rodven, así como las licencias de varias franquicias estadounidenses como Burger King y Pizza Hut. En 1989 creó Venevisión Internacional, una productora enfocada en la creación y distribución de contenido en español y portugués para Estados Unidos y Latinoamérica.
En paralelo, adquirió diferentes canales de otros países como Televisión Latina de Perú, Chilevisión, o Cl@se, de televisión por cable. Obtuvo además una importante participación como inversionista en Univisión, uno de los principales canales hispanos de Estados Unidos. En 1995 incursionó en la televisión por satélite con Galaxy América Latina, que tras su venta en 2004 se convirtió en DirecTV Latin America.
Junto a Omar Camero, Guillermo “Fantástico” González y Alberto Federico Ravell, Cisneros creó en 1988 el canal venezolano Televen. Sin embargo, con la reforma de la Ley de Telecomunicaciones que impedía a una persona poseer más de una televisora, en 2001 vendió su parte de las acciones a Camero.
En 2013, el empresario nombró a su hija Adriana Cisneros como nueva directora ejecutiva de la Organización Cisneros. Sin embargo, continuó hasta su muerte al frente de la junta directiva de diferentes empresas. Entre ellas Cisneros Media, su rama enfocada en el entretenimiento, o Cisneros Real Estate, en el sector inmobiliario.
Relación con el poder
Durante la democracia, Cisneros mantuvo buenas relaciones con los gobiernos de turno. De hecho, durante el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, el presidente Carlos Andrés Pérez se refugió en las instalaciones de Televen, desde donde se dirigió al país al ser el único canal que no había sido tomado por los golpistas.
Aunque en un principio se atribuyó el ascenso al poder de Hugo Chávez en 1998 al apoyo que recibió de los medios de comunicación, esta alianza se deterioró rápidamente. Durante los hechos del 11 de abril de 2002, Venevisión dividió la pantalla durante la cadena presidencial de Chávez para transmitir las protestas opositoras. Algo que también hicieron otros canales privados. En ese momento destacó por transmitir el tiroteo por parte de pistoleros oficialistas desde el puente Llaguno. Posteriormente, en el paro petrolero de ese año, adoptó también una postura abiertamente antigubernamental.
Esto hizo que Chávez apuntara contra Venevisión y Cisneros. Lo acusó de formar parte de una conspiración junto a los grandes medios de comunicación para desestabilizar a su gobierno. En ese periodo el canal recibió dos sanciones en 2004 y 2005, por transmitir cuñas publicitarias de partidos y organizaciones opositoras. En conjunto, ambas multas superaron los 14 millones de dólares.
De acuerdo con el diario The Miami Herald, en 2004 Chávez y Cisneros sostuvieron una reunión en Fuerte Tiuna con la mediación del expresidente estadounidense Jimmy Carter, donde habrían llegado a un acuerdo para rebajar las tensiones. El empresario siempre negó que hubiera un pacto de no agresión, aunque desde 2005 la línea editorial de Venevisión cambió, lo que en su momento recibió críticas por parte de la dirigencia opositora.
Una controversia fue precisamente la salida del aire de RCTV en 2007, luego de que el gobierno de Chávez decidiera no renovar su concesión. Cisneros, lejos de manifestarse en solidaridad con el canal, transmitió un mensaje el 11 de julio de ese año, donde rechazó los ataques recibidos desde el oficialismo y la oposición, y abogó por una cobertura informativa “más equilibrada”. Curiosamente, ese año también se vencía la concesión de Venevisión, la cual sí fue renovada, aunque por 5 años en lugar de 25, una tendencia que se ha mantenido hasta la actualidad.
