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- El opositor murió este viernes 16 de febrero en una prisión ártica. Nalvani representó el desafío político más significativo del Kremlin en la última década
Desde sus comienzos como abogado hasta su muerte en prisión, la vida de Alexéi Navalni estuvo marcada por su compromiso con la democracia y la justicia en Rusia.
Para muchas personas, Navalni había llegado para representar la esperanza de un futuro democrático para Moscú. Mientras vivió, a pesar de la represión del gobierno ruso en los últimos dos años, representó la esperanza, alimentada por el optimismo que aún transmitía desde su celda de prisión.
Navalni tenía una gran red política y encabezó protestas callejeras masivas en Rusia. También aprovechó las redes sociales para mantener la presión sobre el presidente ruso Vladímir Putin y sus aliados, exponiendo supuestos casos de corrupción en videos ampliamente vistos en YouTube. Putin todavía se niega en gran medida a decir su nombre, en una muestra de desdén.
El opositor ganó varios premios internacionales de derechos humanos y durante muchos años enfrentó procedimientos judiciales y arresto domiciliario. Se le prohibió participar en las elecciones presidenciales, pero continuamente encontró formas creativas de resistir al gobierno cada vez más autoritario de Putin.
Ascenso como líder opositor
Navalni estudió Derecho y Finanzas en universidades rusas y entró en la política en 1999, justo cuando Putin asumió por primera vez el liderazgo nacional.
Se unió al partido liberal de oposición Yabloko antes de ser expulsado en 2007. Posteriormente, en 2011, formó un grupo conocido como Fundación Anticorrupción, una organización dedicada a investigar y denunciar casos de corrupción en el país.
A través de su blog y las redes sociales, Navalni ganó notoriedad por exponer escándalos de corrupción que involucraban a funcionarios gubernamentales de alto nivel, lo que lo convirtió en una figura incómoda para el gobierno de Putin.
A medida que su perfil público crecía, se convirtió en una figura central en la oposición al régimen de Putin. En 2013, anunció su candidatura para las elecciones de alcalde de Moscú, desafiando abiertamente el dominio del partido gobernante Rusia Unida. Aunque fue derrotado en las elecciones, su campaña resonó entre los ciudadanos rusos que buscaban un cambio político.
A pesar de enfrentar múltiples arrestos y acusaciones de motivaciones políticas por parte del gobierno, Navalni continuó su lucha por la democracia y los derechos humanos en Rusia.
Detención en el Aeropuerto de Moscú
El 17 de enero de 2021, Navalni fue arrestado en el Aeropuerto de Sheremétievo en Moscú, poco después de regresar a Rusia tras recuperarse de un envenenamiento casi fatal.
En 2020, el opositor sufrió un envenenamiento con un agente nervioso que lo llevó a ser hospitalizado en estado grave. Las sospechas iniciales apuntaban a que uno de sus objetos personales había sido envenenado antes de su vuelo de Tomsk a Moscú.
Sus aliados y líderes internacionales acusaron al gobierno ruso, específicamente al Servicio Federal de Seguridad (FSB), de estar detrás del intento de asesinato de Navalni.
Por el envenenamiento, estuvo en coma inducido hasta el 7 de septiembre de ese año, cuando empezó a responder a estímulos verbales. Recibió el alta el 23 de septiembre, pero se quedó en Alemania hasta completar su rehabilitación física.
En 2021 se dispuso a regresar a Rusia para continuar con su lucha contra Vladímir Putin y fue detenido a su llegada dentro del aeropuerto de Moscú-Vnukovo.
Tras dos años en prisión, el 4 de agosto de 2023, el líder opositor Alexei Navalni fue condenado a 19 años de cárcel por el supuesto delito de extremismo al crear el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), el cual fue ilegalizado en 2021.
Además, también se le interpusieron cargos por “financiar” e “involucrar” a menores de edad en acciones peligrosas, en referencia a manifestaciones opositoras no autorizadas.
Traslado a prisión
En diciembre de 2023, Navalni fue trasladado desde una cárcel en la región de Vladímir hasta una prisión en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales.
Este traslado, visto por muchos como un intento del gobierno de aislarlo y silenciarlo, lo llevó a una prisión remota en la localidad de Jarp, conocida como la “Lobo Polar”.
A pesar de las difíciles condiciones, Navalni continuó siendo una voz de resistencia, denunciando la opresión del gobierno y llamando a la libertad y la justicia para todos los rusos.
El 16 de febrero de 2024, Navalni murió de manera repentina en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre de 2023. De acuerdo con los informes de los servicios penitenciarios de Rusia, Navalni se sintió mal después de dar un paseo en la penitenciaría y perdió el conocimiento.
A pesar de los supuestos esfuerzos de los equipos médicos de urgencia, no se pudo salvar su vida.
Navalni enfrentaba hasta 35 años de prisión en total
Kira Yarmysh, portavoz de Alexéi Navalni, informó que a finales de diciembre de 2023 que el líder opositor estaba acusado en 14 casos penales, por lo que fue condenado a al menos 35 años de prisión.
En 2021, fue sentenciado inicialmente por violar las reglas de libertad condicional, una decisión que sus partidarios calificaron de enteramente política.
Sin embargo, mientras estaba en prisión, Navalni inició una huelga de hambre que captó la atención internacional para protestar por las condiciones de su encarcelamiento. Le puso fin a los 24 días, después de que sus médicos expresaran alarma de que estaba al borde de la muerte.
El momento de la muerte del líder opositor ocurre justo un mes antes de las elecciones en Rusia, cuando él, nuevamente, le exigía a la población movilizarse para evitar un posible fraude electoral.
Moscú ha trabajado constantemente para desmantelar el movimiento pacífico de Navalni, catalogándolo como una “organización extremista” y arrestando o exiliando a sus líderes. Ante este panorama, líderes de todo el mundo se han pronunciado para responsabilizar al gobierno ruso por la muerte de Navalni.
