- El exmandatario reafirmó su inocencia a través de un comunicado en sus redes sociales
El Tribunal Supremo de Francia condenó a un año de arresto domiciliario al expresidente Nicolas Sarkozy, con la obligación de usar un brazalete electrónico, por los delitos de corrupción y tráfico de influencias.
Esta es una condena inédita en Francia y la primera orden de arresto contra un exjefe de Estado. La sentencia del Supremo, un año y medio después de la dictada en apelación, pone fin a su recorrido judicial.
No obstante, Sarkozy anunció que proseguirá el combate judicial en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y el de su imagen en el terreno mediático.
El expresidente reafirmó su inocencia, a través de un comunicado difundido en sus redes sociales, y se dijo víctima de 12 años de acoso judicial en los que sus derechos no han sido respetados.
“¿Tengo que entender que mi papel político pretérito y las oposiciones que ha podido levantar han creado un clima corporativo y político que han llevado a esta condena?”, señaló Sarkozy al conocer la sentencia.
Caso contra Nicolas Sarkozy
El expresidente francés fue condenado por haber prometido en 2014 al magistrado Gilbert Azibert usar su influencia para obtener un puesto honorífico en Mónaco, a cambio de obtener información que estaba bajo secreto de sumario en otra instrucción contra él.
Esa maniobra llegó a los investigadores que tenían intervenida la línea telefónica secundaria con la que Sarkozy se comunicaba con su abogado.
Tanto en primera instancia como en apelación, los jueces consideraron probada que había una intención corrupta y de tráfico de influencias, aunque esta nunca llegó a sustanciarse.
Por ello le condenaron previamente a tres años de cárcel, dos exentos de cumplimiento y el restante con la posibilidad de hacerlo en arresto domiciliario con brazalete electrónico, pena confirmada ahora por la máxima instancia judicial del país.
Sarkozy negó el fondo del asunto y aseguró que nunca habló con el juez Azibert, quien además no se postulaba al puesto en Mónaco.
Además, cuestionó la forma para agilizar la condena, ya que los jueces se basaron en fragmentos de conversación entre un abogado y su cliente, que son confidenciales por definición.
Defensa del expresidente francés
La línea de defensa de Sarkozy la llevará adelante en Estrasburgo, donde su abogado Patrice Spinosi aseguró que existe jurisprudencia que les da razón sobre el secreto profesional que rodea los contactos entre letrados y clientes.
Sin embargo, esto no evitará que Sarkozy lleve un brazalete electrónico en su tobillo en los próximos días, probablemente el próximo 6 de enero cuando vuelva al banquillo de los acusados en la apertura del juicio por la presunta financiación ilegal de su campaña de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi.
En el segundo semestre de 2025 tendrá otra cita con los jueces, en el proceso en apelación por las cuentas de su campaña de 2012, en el que en primera instancia fue condenado a un año de cárcel, la mitad exento de cumplimiento y el resto también en arresto domiciliario, otra causa en la que también sostiene su inocencia.
Además, Sarkozy está procesado en una investigación por presuntas presiones al testigo que le acusó de recibir dinero de Trípoli, una causa cuyo juicio todavía no tiene fecha.
Con información de EFE