La escalada del conflicto entre grupos armados en la región colombiana de Catatumbo, en el noreste del país y fronteriza con Venezuela, afecta a unas 80 mil personas que necesitan ayuda humanitaria urgente, indicó el viernes 14 de febrero la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC), con sede en Ginebra.
NRC, con programas de asistencia a desplazados en esa y otras zonas de Colombia, indicó que entre esos afectados se incluyen 8.000 personas confinadas en sus casas por los combates, 19 mil con restricciones de movimiento y 52 mil que han tenido que dejar sus hogares.
«En solo 30 días el número de desplazados en la región ya supera el total registrado en todo el país (51 mil) en los 12 meses de 2024», indicó en un comunicado la responsable de comunicaciones de NRC, Jessica Wanless.
Los grupos armados en la zona han restringido el acceso a asistencia humanitaria, dejando en gran vulnerabilidad a muchas familias dependientes de esa ayuda, agregó la ONG dirigida por el excoordinador humanitario de Naciones Unidas Jan Egeland.
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«Colombia no puede aceptar esta situación como una nueva normalidad, el gobierno debe priorizar la protección de los civiles en Catatumbo y en toda la nación», destacó el responsable en Colombia de la ONG, Giovanni Rizzo.
De acuerdo con organizaciones internacionales, 5,1 millones de personas viven desplazadas en Colombia y hasta 9,3 millones en áreas afectadas por la actividad de grupos armados no estatales.
La comunidad internacional, en coordinación con Naciones Unidas, ha pedido 342 millones de dólares para atender las necesidades humanitarias en Colombia hasta diciembre.
Catatumbo vive desde el 16 de enero intensos enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC, un conflicto que ha causado al menos 57 muertos según datos oficiales.
La violencia se extiende a los guerrilleros desmovilizados
El conflicto territorial entre el ELN y las disidencias de las FARC se ha extendido a los exguerrilleros que han firmado o participado en procesos de paz en Colombia.
El jueves 13 de febrero fue asesinado el excombatiente de las FARC Jhon Mario Chantre Banguero, en Corinto, en el departamento colombiano del Cauca, y se convirtió así en la décima víctima mortal este año de la violencia contra los exguerrilleros que dejaron las armas.
El Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) de Comunes, el partido surgido de la desmovilización de las FARC, señaló que el crimen fue cometido la noche del miércoles 12 de febrero cuando Chantre Banguero visitaba a su madre en Corinto.
«Él era integrante de la Cooperativa Multiactiva Agroambiental de Corinto», agregó el CNR, que manifestó que ya había alertado del riesgo que tenía este firmante de paz en esa zona del Cauca que está dominada por la facción más beligerante del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC.
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El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) alertó en un comunicado que el incremento de homicidios contra firmantes de paz en las zonas de conflicto se puede deber a que estas personas se han negado a ser reclutadas por los grupos guerrilleros.
Sin embargo, la situación más crítica para los firmantes de paz sucede en la región del Catatumbo por los enfrentamientos entre las guerrillas.
El Ministerio de Defensa aseguró además que 8 firmantes del acuerdo de paz, a los que el ELN acusa de ser miembros del Frente 33 de las disidencias, están desaparecidos, mientras que 6 de ellos fueron asesinados.
Con información de EFE.