Bolívares, dólares o criptomonedas: ¿qué opciones tienen los venezolanos para resguardar sus ahorros?

Ante la depreciación del bolívar, El Diario consultó a expertos en finanzas digitales para analizar los riesgos y ventajas de las soluciones fintech, en un contexto donde los venezolanos combinan dólares, USDT y la moneda local como estrategias de protección de ingresos
José Gregorio Silva
José Gregorio Silva - Coordinador de edición
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Hacer frente a la depreciación del bolívar en Venezuela es un reto constante que exige decisiones rápidas. Para proteger sus ingresos, muchos ciudadanos optan por comprar dólares en efectivo, a través de la banca cuando hay disponibilidad, o conservan fondos en plataformas financieras digitales (fintech) como Zelle, Binance o PayPal.

“Cualquier moneda distinta al bolívar, que no dependa de la política económica nacional, va a resultar una mejor opción en el mediano y largo plazo”, explica para El Diario Aarón Olmos, economista y profesor universitario especializado en finanzas digitales.

A su juicio, esta preferencia responde a la necesidad de preservar ahorros ante la constante pérdida de valor de la moneda local, que ha caído un 38,37 % frente al dólar oficial en lo que va de 2025, al pasar de 52,03 bolívares por dólar a inicios de enero a 84,42 bolívares al 25 de abril. Además, la inflación interanual se ubicó en 193 % al cierre de marzo, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

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El dólar se mantiene como la principal moneda para resguardar ahorros en Venezuela | Foto: EFE

El uso del tipo de cambio a promedio para transacciones cotidianas

La divisa estadounidense superó el 26 de marzo la barrera de los 100 bolívares en el mercado informal, lo que ha llevado a muchas personas a usar un tipo de cambio promedio —entre el dólar oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) y el paralelo— como referencia para transacciones cotidianas.

Por ejemplo, si el dólar oficial se cotiza en 84 bolívares y el paralelo en 104, algunos acuerdan operaciones en torno a los 94 bolívares por dólar, como una forma intermedia de sortear la brecha y que resulte justa tanto para quien compra como para quien vende.

Ese es el caso de Vanessa Díaz*, una community manager de Caracas que cobra en bolívares, pero intenta cambiarlos a dólares a través de la banca nacional, una opción habilitada tras la flexibilización del control de cambio en septiembre de 2018, cuando se permitió a los bancos vender divisas de forma más abierta al público.

Sin embargo, debido a la limitada disponibilidad diaria de monedas extranjeras en el sistema financiero nacional, no siempre logra conseguir la cantidad que necesita y termina adquiriendo parte de los dólares en efectivo al precio promedio. “Solo tengo en bolívares lo que voy a destinar para gastos inmediatos, como el pago de servicios o la compra de comida del mes”, acota para El Diario.

Al respecto, Olmos también explica que, dependiendo de la región de Venezuela, las personas pueden preferir cambiar sus bolívares por otras divisas más locales, como el peso colombiano y el real brasileño (en estados fronterizos) e incluso por oro. 

Criptomonedas estables como alternativa de resguardo ante la inflación

Existe una opción práctica que ha ganado notoriedad en los últimos años debido a su accesibilidad, la rapidez con la que se puede cambiar a bolívares y la posibilidad de preservar valor: el USDT, una criptomoneda estable (stablecoin) cuyo valor está vinculado al dólar estadounidense.

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El USDT se presenta como una opción atractiva de intercambio por su facilidad para conservar ahorro o intercambiar lo por bolívares en mercados P2P | Foto: Shutterstock

Para adquirir USDT, muchos usuarios recurren a plataformas que ofrecen comercio P2P (peer-to-peer), un modelo que permite comprar y vender criptomonedas directamente entre personas, sin la necesidad de intermediarios. A través de exchanges como Binance —un sistema ampliamente utilizado en Venezuela pese a no estar regulado en el país— las personas pueden realizar transacciones de USDT de manera instantánea.

“Mientras que conseguir dólares a la tasa BCV a través de la banca es muy limitado, el USDT ofrece una alternativa accesible a través de plataformas P2P, permitiendo adquirir un activo estable similar al dólar, sin las restricciones del mercado oficial”, explica para El Diario Kevin Hernández, conocido como Kevin Negocios, conferencista y educador en economía digital y criptomonedas.

El especialista menciona que, desde diciembre de 2024, se ha notado un “aumento constante” en el volumen de transacciones con USDT y de usuarios activos, especialmente cuando la diferencia entre la tasa de cambio oficial mercado paralelo (la famosa “brecha cambiaria”) se amplía. 

Asimismo detalla que, incluso, plataformas de nicho como Ibis —un bot usado en Telegram que facilita operaciones con criptomonedas— han experimentado un crecimiento sostenido, lo que sugiere que los exchanges más grandes están viendo un aumento significativo en sus volúmenes de operaciones.

Esta percepción coincide con los datos del informe más reciente de Chainalysis, que reportó que Venezuela alcanzó los 11,7 millardos de dólares en volumen de transacciones con criptomonedas durante el segundo trimestre de 2024, lo que representa un crecimiento del 134 % con respecto al mismo periodo del año anterior.

Por ejemplo, para protegerse de la depreciación, Gabriela González* —una fotógrafa de Falcón— cambia los bolívares de los pagos que recibe a USDT a través de Binance. “Yo tengo bolívares casi que solo para pagar pasajes en transporte público. Elaboré hasta un cuadro de Excel con los gastos del mes para saber cuánto voy a pasar a moneda dura”, detalla.

Aníbal Garrido, director de la Academia Blockchain, Trading & Cripto (BT&C) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), también aborda este fenómeno al explicar que las criptomonedas estables como USDT o USDC representan una “alternativa práctica y accesible” para protegerse frente a la pérdida del poder adquisitivo local, destacando su facilidad de uso, liquidez y baja volatilidad relativa.

“El factor tiempo es crítico y el uso de criptomonedas estables como USDT permite realizar operaciones casi instantáneas a través de plataformas P2P o brokers confiables”, acota en entrevista para El Diario.

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Binance se ha convertido en uno de los principales exchanges de criptomonedas usados por los venezolanos para intercambiar bolívares y USDT | Foto: iStock

El auge del uso de criptomonedas no es algo exclusivo de quienes se encuentran en el país. Según el estudio Las remesas de los venezolanos se envían cada vez más vía “fintech” y “criptos”, que incluyó una encuesta a 120 migrantes venezolanos, para 2023 el 60 % utilizaba plataformas como Binance, Zelle o PayPal para enviar dinero a sus familiares, siendo el dólar (41 %) y la criptomoneda estable USDT (16 %) las divisas preferidas.

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El uso de criptomonedas en Venezuela no es ilegal. No obstante, dicha actividad se encuentra en un limbo regulatorio desde que la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) fue intervenida en marzo de 2023 por un escándalo de corrupción vinculado a operaciones con criptoactivos de la petrolera estatal PDVSA. Según el Ministerio Público, el desfalco superó los 5,5 millardos de dólares.

Riesgos del mercado P2P y el camino hacia una inversión consciente

Tanto Hernández como Garrido coinciden en que el comercio de criptomonedas, especialmente en plataformas P2P, implica riesgos que no deben subestimarse. Hernández advierte sobre estafas, errores de manejo y problemas con los pagos locales. Por ello, recomienda:

  • Verificar al comerciante y su reputación. Prioriza usuarios verificados y con historial positivo. Desconfía de ofertas que parezcan demasiado buenas para ser verdad.
  • Confirmar los pagos directamente en la cuenta bancaria antes de liberar fondos. Nunca te fíes solo de capturas de pantalla o mensajes del comprador.
  • Comprender el funcionamiento del escrow. Es un mecanismo de protección que retiene las criptomonedas mientras se verifica el pago; solo se liberan al vendedor una vez confirmado.
  • Utilizar autenticación en dos pasos (2FA) para proteger las cuentas. Refuerza la seguridad para evitar accesos no autorizados.

Garrido, por su parte, resalta que uno de los errores más comunes es creer que el dinero está automáticamente protegido por el simple hecho de estar en criptomonedas. “Puede estar tan expuesto como el efectivo en el bolsillo”, alerta.

Asimismo, la falta de medidas básicas de ciberseguridad y el exceso de confianza pueden llevar a caer en esquemas fraudulentos.

Un ejemplo reciente que ilustra estos riesgos es el caso de HV IJEX Exchange, una supuesta plataforma de inversión en criptomonedas cuyos responsables fueron detenidos por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) el pasado 21 de abril en los estados Aragua, Cojedes y Monagas.

De acuerdo con las autoridades, los promotores ofrecían rentabilidades extraordinarias, prometiendo duplicar el dinero invertido en un lapso de 40 días. Sin embargo, los fondos nunca llegaban a las billeteras digitales de los usuarios.

En ese sentido, Garrido insiste en que la mejor forma de evitar caer en fraudes con criptomonedas es a través de la educación financiera. “Invertir no es simplemente comprar esperando ganar: implica tener un capital destinado para ello y saber cómo hacerlo”, advierte.

Coincide con Hernández en que entender cómo funcionan las plataformas, los riesgos involucrados y aplicar medidas de seguridad básicas puede marcar la diferencia entre proteger o perder el dinero. “La educación es la mejor protección frente al riesgo”, acota.

El bitcoin: ¿una opción de resguardo en el contexto venezolano?

Kevin Hernández reconoce el valor de bitcoin, pero aborda el tema de invertir en dicho activo con cautela. Si bien lo considera una buena opción para quienes buscan una apreciación de largo plazo, señala que su alta volatilidad representa un riesgo importante para aquellos que necesiten liquidez inmediata.

En el contexto venezolano, donde la estabilidad financiera es crucial, sugiere que las stablecoins como USDT pueden ser una alternativa más adecuada para quienes priorizan la estabilidad y el acceso rápido a fondos.

Sobre el futuro del bitcoin como activo de resguardo, Garrido lo ve con potencial de crecimiento a largo plazo gracias a su escasez y descentralización, pero insiste en que “resguardar valor en bitcoin requiere más que entusiasmo: requiere conocimiento”.

La transformación sociocultural del uso de criptoactivos en Venezuela

En Venezuela, el colapso del bolívar y la inflación galopante generaron una transformación silenciosa pero profunda: el conocimiento sobre criptomonedas, —reservado a los que usaban la extinta plataforma LocalBitcoin o la criptomoneda Dash para pagos— se convirtió en una herramienta cotidiana para miles de personas.

Uno de los catalizadores de esta transición fue el petro, una denominada criptomoneda impulsada por el gobierno venezolano en 2017 y que quedó en el olvido tras la intervención de la Sunacrip. Si bien no logró generar confianza entre inversionistas ni adopción masiva, sí despertó una curiosidad colectiva sobre la tecnología blockchain.

El economista Olmos detalla que muchas personas, que ya estaban aprendiendo sobre el uso de criptomonedas de manera práctica, empezaron a conocer más sobre estas tecnologías debido al petro, ya que se llegó a reflejar como saldo en cuentas de pensionados en el Sistema Patria (una plataforma de subsidios dados por el Estado) y también se usó para calcular pagos de trámites administrativos.

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Asimoso, recordó que durante la pandemia de covid-19 en 2021, el auge de juegos NFT como Axie Infinity amplió aún más el alcance del ecosistema cripto. Miles de venezolanos, especialmente jóvenes, comenzaron a comprar y vender activos digitales, familiarizándose con conceptos como wallets, DeFi (finanzas descentralizadas), plataformas P2P y stablecoins.

A falta de acceso a la banca internacional debido a las sanciones impuestas por gobiernos extranjeros, que excluyeron a Venezuela de sistemas financieros globales como SWIFT y congelaron activos de instituciones clave, estas herramientas se convirtieron en un medio para preservar valor y ganar autonomía financiera.

Sin embargo, la adopción cripto no fue impulsada por instituciones del Estado, sino como una “necesidad” de preservar valor, según Olmos. Profesionales como desarrolladores, fotógrafos o periodistas relatan cómo transformaron su forma de manejar ingresos: cobrar en divisas extranjeras, cambiarlas a stablecoins, operar en Binance u otros sitios de intercambio y evitar al máximo el uso de bolívares para gastos inmediatos.

Este conocimiento empírico ha dado lugar a una nueva forma de educación financiera. Aunque modelos como la regla del 50-30-20 —que propone asignar 50% del ingreso a necesidades, 30% a deseos y 20% al ahorro— siguen siendo referencia, en contextos volátiles como el venezolano, donde los billetes pierden valor, las divisas escasean y las monedas digitales prometen autonomía, los ciudadanos se ven obligados a adaptarse. Más que ahorrar, muchos luchan por no perder lo que tienen, y en ese esfuerzo, crean sus propias reglas de juego.

José Gregorio Silva
José Gregorio Silva - Coordinador de edición
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