El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona continuó el martes 29 de abril con una nueva audiencia en la que declararon más médicos de la clínica Olivos, donde el exfutbolista estuvo internado poco antes de su fallecimiento, el 25 de noviembre de 2020. En esta instancia, la atención también se centró en el documento que determina quién autorizó que su tratamiento continuara de forma domiciliaria.
El juicio, en el que siete trabajadores de la salud están imputados por homicidio culposo, se realizó en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, Argentina.
Maradona habría sido sedado por orden médica
Jorge Villarejo, jefe de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos, declaró que recibió instrucciones para mantener sedado al exfutbolista durante su hospitalización, entre el 3 y el 11 de noviembre de 2020, cuando fue operado de un hematoma subdural.
Según relató, se negó a cumplir con esa indicación por considerar que no era apropiada para el entorno clínico. “Fue una reunión difícil porque me negué específicamente. Me parecía que no era el lugar e hice constarlo”, sostuvo.
El especialista también relató que, aunque no estaba de acuerdo con la indicación, terminó por acatar la orden y afirmó que la sedación se aplicó como parte de un proceso de desintoxicación, utilizando un catéter venoso central que fue puesto “a pesar de la resistencia del propio Maradona”.
Villarejo dijo que el paciente permaneció sedado durante 24 horas, pero cuestionó la forma en que se manejó el procedimiento, al advertir que no existía un plan terapéutico definido ni un abordaje adecuado para tratar un cuadro de abstinencia. Agregó que decidió reducir “la dosis por su cuenta”.
Durante su testimonio, también hizo referencia al comportamiento del exjugador, al que describió como “inquieto” e incluso “inmanejable” por momentos, y manifestó que tanto Leopoldo Luque, médico personal de Maradona, como la psiquiatra Agustina Cosachov justificaban esa conducta como parte de un proceso de abstinencia.
Por último, sostuvo que recomendó continuar el tratamiento en un centro de rehabilitación con un equipo multidisciplinario, pero que esa sugerencia fue desestimada por Luque. Ante su negativa, dijo, el equipo de la clínica respetó la decisión de trasladar al paciente a una internación domiciliaria. “Si pasaba algo era mi responsabilidad. Para manejarlo de forma más adecuada se necesitaba un equipo multidisciplinario”, concluyó.
Otro de los testigos clave convocados en el juicio fue Pablo Dimitroff, director de la Clínica Olivos, el centro médico donde el exfutbolista fue operado de un hematoma subdural y permaneció internado hasta el 11 de noviembre de 2020. Ese día, Maradona fue trasladado a una vivienda en el barrio de Tigre, a las afueras de Buenos Aires, donde falleció dos semanas después (25 de noviembre).
Dimitroff indicó que desde la clínica recomendaron derivar al paciente a un centro de rehabilitación. Sin embargo, según declaró, esa opción fue desestimada por Luque.
En su próxima declaración, se espera que el director del sanatorio amplíe detalles sobre el acta firmada al momento del alta médica, un documento que señala quiénes autorizaron que el tratamiento siguiera en una internación domiciliaria.
El alta médica
Un documento, al que EFE pudo acceder, establece que las autoridades de la Clínica Olivos habrían dejado constancia que “si bien autorizaban la salida de Maradona, no le otorgaban el alta médica”.
La propuesta de la clínica en el acta fue “continuar el tratamiento psiquiátrico, clínico, de rehabilitación y toxicológico bajo la modalidad de internación (ingreso) en un centro de rehabilitación”.
“El equipo médico tratante del Sr. Diego Maradona (Dr. Luque y Dra. Agustina Cosachov), prescribió y la familia aceptó, el seguimiento y atención médica domiciliaria del paciente y solicita a (la empresa de medicina prepaga) Swiss Medical acompañamiento con cuidados domiciliarios consistentes en: asistencia diaria de enfermería, acompañante terapéutico”, se puede leer sobre el documento.
Sobre esta decisión, tanto Dalma y Jana Maradona, hijas del astro argentino, responsabilizaron directamente a Luque, a quien le atribuyen “haber insistido con la internación domiciliaria”.
Además de Luque y Cosachov, son juzgados en este proceso el psicólogo Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.
La enfermera Gisela Madrid también está procesada, pero enfrentará un juicio por jurados, tal y como solicitó.
En este proceso, los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si 7 de los 8 acusados son culpables del delito de homicidio culposo, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.
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