- La cantante y actriz venezolana conversó con El Diario sobre Soy puro teatro – Homenaje a la Lupe, el álbum con el que honra a la cantante cubana y con el que está nominada a los Grammy Latino 2020. Asegura que el disco es fiel a lo que quería lograr como artista
Mariaca Semprún se enamoró de la vida y música de La Lupe. La historia y los ritmos de la cantante cubana forman parte de ella desde hace más de siete años, cuando aceptó personificarla en un musical. Desde la obra, que se estrenó en el año 2013, soñaba con rendirle un homenaje a la reina del latin soul. En 2020 se hizo realidad su anhelo. Soy puro teatro – Homenaje a la Lupe es un sueño materializado que le otorgó una nominación al Grammy Latino en la categoría Mejor álbum tropical tradicional.
Le pareció extraño que la invitaran a representar a La Lupe, sentía que no tenía nada que ver con ella. Casi dijo que no, pero lo pensó: fue a su casa y escuchó la música, se grabó varias veces para ver si, al menos, podía cumplir con el registro vocal. “Por lo menos me puedo acercar a su voz”, dijo, y aceptó.
“Mientras hacía todo eso me fui entusiasmando y enamorando del personaje y de la mujer que hay detrás de esa cantante: de su vida, qué fue lo que le pasó y cómo enfrentó tantos obstáculos. Tuvo una vida muy dramática, muy dolorosa, llena de problemas y eso hacía mucho más fascinante el proceso actoral”, comenta en exclusiva para El Diario, desde la ciudad de Miami, Estados Unidos.
La obra dejó de presentarse en 2016 y hace tres años comenzó la producción de Soy puro teatro – Homenaje a la Lupe. Tenía la ilusión de grabar la música como se hacía en las décadas de 1950 y 1960: con un big band latino, y lo logró. Fue un privilegio, asegura. Tenía dos opciones: grabar junto al Sistema de Orquestas de Venezuela o realizar una inversión monetaria muy grande.
La música se realizó en los estudios Velvet, en Caracas, lo que hizo más particular la experiencia: son espacios que datan de las décadas en las que transcurrió la carrera de La Lupe. Cuando se mudó a Miami, para realizar la gira de la obra de Edith Piaf, terminó de grabar las voces, colaboraciones con invitados especiales e hizo la posproducción.
La parte más fácil de hacer el disco fue grabar la voz: ya las canciones formaban parte de ella. La cantante también fue su propia directora musical y productora, decidía qué quitaba y qué ponía de las canciones. Cuando recibió la música en Miami, atravesó un proceso de edición largo. Agregó guitarras, baterías y sustituyó bajos.
Una de las razones por la que decidió hacer este álbum, asegura, fue porque ningún otro artista le había rendido un homenaje así a La Lupe. “Es raro ver que los grandes artistas no tengan un homenaje: yo creo que se lo merecía, ella merecía su gran homenaje como lo merecieron los demás”, expresa la cantante y actriz.
Del refugio al Grammy
Cuando La Lupe se subía al escenario se olvidaba de lo que ocurría fuera de ese lugar. Cantaba, bailaba y cautivaba al público con su vibra, voz y atuendos. Las personas siempre disfrutaban de un show inolvidable.
Mariaca Semprún recibió con alegría la nominación al Grammy Latino. Sin embargo, resalta que también tuvo una sensación agridulce por las circunstancias en la que se realizarán los premios este año debido a la pandemia. Lloró y se conmovió: fue inevitable recordar todo el camino que ha recorrido con La Lupe. Para ella, recibir una nominación en un año tan difícil como 2020 “es un gran espaldarazo”.
“La sensación agridulce viene porque este Grammy no va a ser nada parecido a los anteriores. No va a haber el intercambio en Las Vegas con toda la gente que va a estar ahí, no va a haber el contacto humano, habrá show y ceremonia de forma muy limitada. Sigue siendo muy valiosa la nominación, y mucho más valioso si ganamos, pero extrañaré muchísimo todo lo demás: el estar allá, la posibilidad de haber podido cantar en vivo: es una lástima que no ocurriera, pero de todas todas siempre es un regalo”, expresa.
La Lupe se convirtió en sinónimo de buenas noticias y razón de celebración para Mariaca Semprún. El personaje y su música se adentraron en su alma. Con Soy puro teatro le rindió un homenaje a la reina del latin soul, una cubana que conquistó al mundo.