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- La madre recibió un disparo entre la clavícula y el seno. Familiares de Sarabia temen por su integridad física en el hospital donde se encuentra recluida, pues es la única testigo presencial del hecho que sigue en ese país
Orlando Moreno, abogado y coordinador de Foro Penal en Delta Amacuro, informó que Darielvis Sarabia, madre del niño que mató la Guardia Costera de Trinidad y Tobago el sábado 5 de febrero, presenta complicaciones de salud debido al impacto de bala que recibió en la embarcación.
Familiares alertan que se encuentra bajo custodia policial y temen por su integridad física, pues es la única testigo presencial del hecho que todavía permanece en Trinidad y Tobago. El resto de migrantes que iba en la embarcación fueron deportados hacia Venezuela.
Actualmente se está difundiendo una campaña para ayudar a la madre del niño a costear los gastos médicos y la alimentación en el hospital en el que se encuentra hospitalizada. Además, el dinero recaudado también irá destinado a cubrir los costos del traslado de su esposo, quien reside a dos horas del centro médico.
La madre del bebé resultó herida en la clavícula y el seno cuando los guardacostas abrieron fuego contra el peñero donde viajaban con otros migrantes, un total de 17 adultos y 10 niños. Entre el grupo de personas también se encontraba la hermana del menor de edad e hija mayor de Darielvis Sarabia.
La niña fue liberada el miércoles 9 de febrero y ya se encuentra con familiares. El objetivo por el que la mujer y el bebé viajaban en esa lancha era la reunificación familiar en Trinidad y Tobago, pues el padre del menor y otros familiares ya habían migrado a ese país desde Delta Amacuro.
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Los testimonios de los otros migrantes
Los migrantes que iban a bordo de la embarcación tiroteada relataron que la Guardia Costera de Trinidad y Tobago disparó al menos 20 veces contra el bote. El medio Trinidad Daily Express verificó esta versión al publicar un documento con las declaraciones de los afectados que tomó uno de los abogados que lleva el caso, Criston J. Williams.
De acuerdo con los testimonios de algunos migrantes a bordo, Luis Ramírez Cabral, Katiuska Daniela Gutiérrez, y Lesbia Margarita Saavedra, tuvieron dificultades para moverse en el agua cuando se estaban acercando a Moruga (Trinidad y Tobago), debido a que uno de los dos motores tenía fallas y se apagó.
Los migrantes indicaron que luego de oír los disparos, se dieron cuenta de que se trataba del barco TTCG que estaba ocupado por unos seis oficiales. Todos los migrantes intentaron buscar refugio en el bote. Para ese momento la embarcación de la Guardia Costera se encontraba a 30 metros de distancia.
Los migrantes venezolanos también negaron haber intentado embestir a uno de los botes de la Guardia Costera. Dijeron además que no escucharon voces de alto o bocinas.
Trinidad y Tobago considera que se actuó “legalmente”
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, se pronunció el 7 de febrero y confirmó que la Guardia Costera de su país disparó contra la embarcación llena de migrantes.
Aunque expresó sus condolencias a los familiares, matizó la situación asegurando que se trataba de un operativo de seguridad. “Continuaremos pidiéndoles a nuestros vecinos venezolanos que descarten arriesgar las vidas de otros de los suyos en el contrabando de migrantes”, declaró.
#11Feb | Keith Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago, calificó como “legal y apropiada” la acción de los funcionarios de la Guardia Costera, quienes mataron al niño venezolano. Rechazó que a los responsables se les llame “asesinos”.
— El Diario (@eldiario) February 11, 2022
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En un comunicado, la Guardia Costera también explicó su versión de lo ocurrido. Indicaron que la nave TTS Scarborough actuó “en defensa propia”, luego de que el bote venezolano presuntamente intentara en varias oportunidades embestir al barco militar.
Aseguran que usaron “todos los protocolos pacíficos, como hacerles señales con bengalas, bocinas y un megáfono”. Presuntamente los guardacostas, en resguardo de sus vidas, dispararon contra el motor de la embarcación para forzarla a detenerse. Allí fue cuando descubrieron que habían “migrantes ilegales escondidos”.
La Policía y la Guardia Costera de Trinidad y Tobago han iniciado dos investigaciones paralelas para aclarar las circunstancias de la muerte del bebé de nacionalidad venezolana.
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