- El primer ministro de la isla, Keith Rowly, aseguró que la Guardia Costera estaba defendiendo a la nación. Foto: EFE
Los disparos contra una embarcación en Trinidad y Tobago, que iba cargada de al menos 30 migrantes venezolanos, ha indignado a gran parte del mundo sobre todo porque resultó muerto un niño de un año de edad. No obstante, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowly, calificó la acción de disparar al bote como “legal y apropiada”.
#ÚLTIMAHORA Primer Ministro de Trinidad y Tobago calificó de “legal y apropiada” la actuación de funcionarios que mataron al bebé venezolano y rechazó que se les tilde de "asesinos" https://t.co/7gHRYJdbXC pic.twitter.com/IL7TQgTqsZ
— Monitoreamos (@monitoreamos) February 11, 2022
En declaraciones a los medios trinitenses el viernes 11 de febrero, Rowly comentó que no le parece apropiado llamar asesino al oficial de la Guardia Costera que apretó el gatillo.
El 11 de febrero, el gobierno de Trinidad y Tobago, en coordinación con el régimen de Nicolás Maduro, deportó a 35 de los 39 migrantes que viajaban en el bote tiroteado.
“Antes de su repatriación, todas las personas fueron examinadas por las autoridades competentes de la República de Trinidad y Tobago; así como por representantes de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela, para asegurar, entre otras cosas, que no hubiera víctimas de trata de personas entre ellos”, señaló en un comunicado el Ejecutivo trinitense
Guardia Costera de Trinidad y Tobago disparó al menos 20 veces contra el bote
Los migrantes que iban a bordo de la embarcación tiroteada afirmaron que la Guardia Costera de Trinidad y Tobago disparó al menos 20 veces al bote. Así lo reseñó el medio Trinidad Daily Express, al revelar el documento con las declaraciones de los afectados que tomó uno de los abogados que lleva el caso, Criston J. Williams.
De acuerdo con los testimonios de tres de los migrantes a bordo: Luis Ramírez Cabral, Katiuska Daniela Gutiérrez, y Lesbia Margarita Saavedra, aseguraron que tuvieron dificultades para moverse en el agua cuando se estaban acercando a Moruga (Trinidad y Tobago) debido a que uno de los dos motores tenía fallas y se apagó.
Los migrantes indicaron que luego de oír los disparos, se dieron cuenta de que se trataba del barco TTCG que estaba ocupado por unos seis oficiales. Todos los migrantes intentaron buscar refugio en el bote “al que le dispararon aproximadamente 20 tiros”. Para ese momento la embarcación de la Guardia Costera se encontraba a 30 metros de distancia.

Los migrantes no portaban armas ni dispararon hacia la Guardia Costera
El abogado Williams también detalló en el documento que el barco de la Guardia Costera se acercó lentamente al bote con migrantes y al darse cuenta de que le habían disparado al bebé, llamaron a un segundo barco “mucho más grande” para que los ayudara.
De acuerdo con las declaraciones, cuando llegaron al barco más grande, los pusieron de rodillas en la cubierta del barco durante un tiempo. Después les dijeron que se sentaran antes de llevarlos a tierra. Al llegar a la orilla los trasladaron y posteriormente los transportaron a las instalaciones del Helipuerto.
“Varios niños, mientras estaban en el bote y en las instalaciones del Helipuerto, se enfermaron y comenzaron a vomitar. Sin embargo, aún no han sido atendidos por ningún personal de atención médica”, fustigó el abogado.
El texto lo publicaron el 10 de febrero. Allí también se especificó que a los migrantes no se les había entregado orden de detención o deportación. No obstante, el 11 de febrero deportaron a Venezuela 35 de los 39 migrantes. No se conoce hasta ahora la identidad de los que les permitieron quedarse en Trinidad y Tobago, ni las razones.