- De acuerdo con la ONG Una Ventana a la Libertad, uno de los heridos continúa bajo observación médica en el Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar
Dos privados de libertad murieron en un motín que se registró en el Centro Penitenciario de Oriente, conocido como cárcel de La Pica, ubicado en Maturín (Monagas). La revuelta fue reportada la noche del lunes 30 de mayo.
Los fallecidos fueron identificados como Alexander Ochoa y Julio César Jiménez. Las causas de muerte no han sido detalladas por las autoridades penitenciarias. No obstante, un informe médico reveló que Ochoa y Jiménez recibieron heridas de bala en las piernas, que no fueron tratadas con premura, de acuerdo con lo reseñado por la ONG Una Ventana a la Libertad.
Los presos, ambos de 31 años de edad, murieron poco después de ingresar a la emergencia del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar, el principal centro asistencial de Monagas.

Heridos durante el motín
El motín dejó también un saldo de seis privados de libertad heridos: Jesús Alejandro Sotillo (35 años de edad), Alejandro Ochoa (31 años de edad), José Rodríguez (26 años de edad), Jonny Maita (44 años de edad), Junior Marín (30 años de edad) y Aníbal Carvajal (27 años de edad). Cinco de ellos ya se encuentran bien y fueron regresados al centro penitenciario.
Padecimientos de los presos en los centros penitenciarios venezolanos

El hacinamiento, el retardo procesal, la falta de atención a la salud de los presos, la escasez de alimentos, la corrupción y la violencia intracarcelaria, son algunos de los factores que reflejan la crisis del sistema penitenciario venezolano, advirtió el OVP.
Dicha organización no gubernamental presentó el 10 de mayo el informe anual de 2021, denominado La crisis del sistema penitenciario, un reflejo del abandono del Estado, en el cual describe que el hacinamiento en los centros penitenciarios fue de un 159,9 %.
El OVP destacó que la población reclusa, por sus condiciones de encierro, dependen necesariamente del Estado para la promoción y la protección de la salud. Sin embargo, debido a la profunda crisis sanitaria en el país, el problema se ha adentrado de forma extensiva en los centros de reclusión, vulnerando continuamente los derechos a la vida y a la salud de los presos.