- La icónica Avenida de Mayo sirvió de punto de encuentro para mezclar cultura, historia, gastronomía y música venezolana, en un evento que busca dar a conocer costumbres de otros países
“Viva Venezuela
mi patria querida
quien la libertó, mi hermano
fue Simón Bolívar”
El estribillo de la canción hace estallar en aplausos y jubilo al público, que se extiende por unas seis cuadras de la icónica Avenida de Mayo. La tarima, sobre la que también suenan ritmos como la salsa y las gaitas, sin importar que el calendario marque junio, está a apenas unos metros de la Plaza de Mayo, que muestra a la Casa Rosada como telón de fondo. No es un lugar cualquiera en la Ciudad de Buenos Aires, probablemente sea uno de los más simbólicos por otros acontecimientos que han sucedido allí, como la constitución de la Primera Junta, que partió la historia para marcar lo que después desembocó en la Independencia de Argentina.
Ahora, poco más de 200 años después, venezolanos y argentinos, en estos mismos alrededores, se juntaron para la primera edición del festival “Buenos Aires Celebra Venezuela”. Durante una tarde entera, además de música, decenas de stands con comida, artesanía, libros y revistas le pusieron una onda tricolor y tropical al otoño, que en esta ocasión ofrece temperaturas agradables para estar al aire libre.

Las emociones están a flor de piel. “Esto es espectacular. Enseguida recuerdas muchas cosas porque el sentir venezolano lo llevas en las venas, siempre”, comentó Francisco Córdoba en palabras para El Diario.
Lo acompañan su esposa, su hija y sus padres, tres generaciones de una misma familia que ahora sigue junta en Argentina. Llegaron en 2019 desde Coro, capital del estado Falcón. Reconoce que a él y su pareja les ha sido sencillo adaptarse al cambio. También a su hija, a la que le recuerdan costumbres, palabras y sabores de su tierra, todo eso que hoy está esparcido por el corazón de la Capital Federal. “Nuestra hija recuerda mucho la playa y siempre nos dice que se siente venezolana, pero en el colegio tiene a sus amigos y se da esa mezcla cultural”, analizó.
Proveniente también de las playas del Caribe, vestida y maquillada con los colores del arcoíris, a María Cedeño, de 64 años de edad, este encuentro argentovenezolano le evoca recuerdos del lugar que dejó atrás, y que está orgullosa de compartir con los argentinos.
“Le doy las gracias a Argentina por abrirme sus puertas. No imaginé nunca que podría volver a vivir esto”, confiesa Cedeño, rodeada de paisanos, a pocos metros de la tarima sobre la que en ese momento resuenan gaitas.

Sobre las cosas buenas que experimenta en Buenos Aires, resalta el poder vivir su vida en pareja con su novia en una sociedad que considera más abierta si se compara con la isla de Margarita, de donde vinieron antes de emigrar.

Entre las gorras de equipos de béisbol y las camisetas vinotinto, se entremezclan argentinos, distinguibles por su acento. No todos están sorprendidos, porque no falta uno que sugiera al resto de su grupo que pruebe los tequeños o las arepas, que “están riquísimos”, se escucha sobre la multitud. Es algo que se ha vuelto común por alguno que conoció a un amigo venezolano, un conocido del trabajo, o por la simple curiosidad de comprar a algún vendedor ambulante en la calle.
Historia y literatura, también presentes
Pero no todo es comida o música. La cultura y la literatura son el distintivo de Playa Macuto, un espacio donde el mismísimo Armando Reverón, con cara iluminada y voluminosa barba, atrae a curiosos que se detienen a escuchar su relato.
“Yo soy Reverón, el pintor de la luz, el loco de Macuto. Dicen que nací en 1889 en Puente Hierro, Caracas, y dicen que morí en 1954 mientras gobernaba Pérez Jiménez; me convertí en luz, en pintura, en la brisa de La Guaira. Y desde entonces viajo en la historia y la memoria venezolana, por que donde estén su historia y su cultura, ahí estaré yo”, grita rodeado de un marco.

Se trata, en verdad, de Leonardo Arvelaez, un joven de 28 años de edad que hace cinco años emigró hasta Argentina, y que cuenta para El Diario sentirse orgulloso de compartir la historia de Venezuela.
Es un objetivo que comparte también Venezuela Inmortal, un proyecto digital que busca preservar contenido histórico como libros, revistas y objetos coleccionables.
“La idea es abastecer un archivo documental abierto al mundo entero, gratuito, para que todos desde cualquier lugar puedan conocer nuestra historia y patrimonio”, explicó Gustavo Ramírez, uno de sus integrantes, en declaraciones para El Diario.
Hasta ahora, han podido juntar materiales provenientes de Colombia, España, Estados Unidos y Argentina, con equipo multidisciplinario en diferentes países. Cuentan con una página web y perfiles en redes sociales como Facebook e Instagram.

Para Ramírez, el Buenos Aires Celebra Venezuela no solo es emotivo sino que también está rodeado de simbolismos.
“Es una manera de trascender. Hay un vacío que tenemos los venezolanos, más pequeño o más grande, consciente o inconsciente, con la representación y conexión con nuestro arraigo e identidad. Hoy este festival sirve para encontrarnos como comunidad migrante. Y para que se vea cómo con los hermanos argentinos somos un mismo pueblo, porque creo que en ningún otro lugar del mundo tenemos una bienvenida tan cálida y solidaria”, analizó.
A su lado, Autores Venezolanos en Buenos Aires, un colectivo que reúne a escritores, editores y periodistas, mostraba algunas de las obras de literatura venezolana producidas en Argentina, en otra manifestación cultural.
Esfuerzo conjunto entre locales e inmigrantes
Históricamente Argentina siempre ha sido, desde finales del siglo XIX, un país abierto a recibir inmigrantes. Sus leyes, siempre abiertas en ese aspecto, nunca fueron restringidas. Es una de las políticas de Estado que se han mantenido hasta la actualidad, sin importar cambios de gobierno, conflictos en otras regiones o el origen de quienes eligieron este país para echar raíces.

Los festivales “Buenos Aires Celebra” se llevan a cabo desde hace más de una década, siempre para poner en valor culturas de otras latitudes, para que los locales las conozcan y para que los foráneos puedan recordar y compartir sus costumbres.
“Siempre implica trabajo entre el gobierno porteño y organizaciones migrantes. En este caso fueron siete, que decidieron tomar la responsabilidad de organizar un evento de estas características. Nosotros nos encargamos de la logística y la seguridad, y los migrantes, en este caso venezolanos, del contenido artístico, cultural y gastronómico”, precisó Mercedes Barbara, directora general de Colectividades, del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a El Diario.
Desde su cartera, precisó, tienen la misión de garantizar la representatividad y la diversidad de comunidades migrantes. Acerca de los venezolanos, destacó que hay cuestiones culturales similares a las argentinas, y que la mayoría cuenta con estudios tanto terciarios —lo que en Venezuela se conoce como técnico superior (TSU)— como universitarios.

Argentina, a contramano de otros países como Chile o Perú, no tiene conflictos ni casos de xenofobia con la comunidad venezolana. Parte de eso lo atribuyen a programas que buscan brindar oportunidades laborales a extranjeros, convalidaciones de títulos en áreas como medicina y el marco legal. Pero a todo eso, subraya Barbara, está también el concienciar a la población local con valores como la tolerancia y la solidaridad.

“Hechos de discriminación, lamentablemente, siempre pueden ocurrir. Lo principal es la educación, porque la discriminación suele arraigarse desde muy chicos. Por suerte aquí pasa menos que en otros lugares, pero no hay que relajarse; siempre se debe estar atentos e insistir en todo lo posible para facilitar la inserción de los migrantes”, redondeó.
Nosotras conectadas
u003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eEs un programa en el que además de la Ciudad de Buenos Aires, colaboran organismos internacionales como Acnur. Busca capacitar a mujeres migrantes en áreas como marketing digital y programación, mercados laborales históricamente dominados por hombres.u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003e“Son áreas que necesitan gente, y trabajar con mujeres migrantes, la mayoría de ellas venezolanas, sirve para que sean independientes, autosuficientes, que puedan salir adelante con su esfuerzo en un rubro que además está poco feminizado”, compartió Barbara con u003cstrongu003eEl Diario.u003c/strongu003eu003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003e
Una comunidad consolidada
Aunque esta fue la primera edición de Buenos Aires Celebra Venezuela, la vara quedó alta para cuando se organice un segundo evento.
En tarima se presentaron grupos como Gaiteros de CABA y Migración Gaitera, que hace varios años participan de fiestas y celebraciones similares. También hubo espacio para otros géneros, como los tambores, o una onda más rockera como en el caso de De Cumaná.

Como moderador estuvo Andy Chirinos, un periodista venezolano conocido por ser ancla en Canal 26, y que como comentó en una ocasión anterior para El Diario, seguramente haya cumplido, por un rato, su sueño de emular a Daniel Sarcos sobre el escenario.
Más allá del trabajo entre organizaciones venezolanas y el gobierno local, una cosa parece segura: allí, en la Avenida de Mayo, génesis de acontecimientos importantes para Argentina en otras ocasiones, los venezolanos, que buscan escribir su nueva historia, disfrutaron de un día para el recuerdo; y también los argentinos, que estarán ahí para acompañarlos y ser parte de ella.