Una comisión del régimen sustrajo la estatua de María Lionza de los talleres de la UCV

Jordan Flores
Jordan Flores - Redactor
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  • Instituto de Patrimonio Cultural emitió un comunicado en el que informó que dictó medidas administrativas para su protección. Horas antes, las autoridades universitarias habían denunciado la desaparición de la obra, pues no recibieron ninguna notificiación ni solicitud previa

La Universidad Central de Venezuela (UCV) denunció la mañana del 4 de octubre la sustracción inconsulta de la estatua original de María Lionza, que estaba bajo su custodia. En un comunicado, el Consejo de Preservación y Desarrollo de la Ciudad Universitaria de Caracas (Copred)  señaló que la obra desapareció de los galpones de la Dirección de Mantenimiento y actualmente se desconoce su paradero.

Por su parte, la Comisión Presidencial para la Recuperación de la UCV se adjudicó el traslado de la pieza. Indicó en una aclaratoria que el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) dictó «medidas administrativas urgentes». Esto aparentemente con la finalidad de salvaguardar la integridad de la estatua al ser patrimonio cultural de la nación.

Aunque no especificó el sitio donde la llevaron, el ente indicó que es evaluada por un grupo de técnicas. También afirmó que pronto se dispondrá del «derecho del pueblo venezolano al disfrute y contemplación de una representación de profunda significación artística, patrimonial y espiritual».

Por su parte, el Copred había mencionado antes en su propio mensaje que las autoridades no recibieron ningún tipo de notificación al respecto. Desde mediados de 2021 una comisión mixta conformada por representantes de la UCV y el régimen de Nicolás Maduro coordinan trabajos de recuperación de los espacios de la Ciudad Universitaria de Caracas.

Pieza robada

Foto: Cortesía

El Copred indicó que durante la tercera semana de septiembre, el personal de la Dirección de Mantenimiento observó a un grupo de personas ajenas a la dependencia dentro del galpón. Estaban encofrando la estatua, por lo que contactaron al IPC para informarles. El órgano estatal respondió que lo hizo para proteger la obra, tras recibir un informe del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de la Facultad de Ingeniería (IMME) alertando sobre un potencial daño. Reiteró que en ningún momento les avisaron sobre las medidas administrativas ni los planes para llevársela.

“Estimamos que el presunto informe es falso, pues no se ha verificado la identidad ni el estatus del firmante del documento en nuestra universidad. Igualmente el mismo nunca fue remitido a Copred. Solo se conoció cuando la Copred exigió explicaciones”, señaló.

Al respecto, el director de Copred, Pablo Molina, declaró a El Diario que al no ver la estatua el 4 de octubre, inicialmente decidieron abordar la situación como un potencial robo. Por ese motivo la Dirección de Mantenimiento y la de Seguridad abrieron una investigación interna. También acudieron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) para poner la denuncia. “La pieza desapareció, alguien se la llevó. Es una estatua de casi siete metros de alto, transportarla y movilizarla requiere de una logística, una planificación”, dijo.

Sin permiso

Sobre la confirmación del IPC como responsable de su sustracción, Molina criticó que la Comisión Presidencial designada por el régimen de Maduro haya participado en una acción que excede sus competencias dentro del campus. Agregó que en las últimas semanas, las autoridades se han percatado de que el organismo toma cada vez más acciones sin consultarles, lo cual viola la autonomía universitaria.

“¿Quiénes son ellos para determinar el destino de la pieza escultórica de María Lionza?¿Acaso pretenden erigirse como un rectorado o consejo universitario paralelo?”, cuestionó.

“Nosotros no tenemos ningún problema, de haberse tramitado algún permiso, en discutir y deliberar como hace cualquier organismo plural y democrático sobre el destino de la pieza. Probablemente hubiéramos exhortado de nuevo el traslado de la pieza al sitio que dictaminó el tribunal en la autopista. Y se hubiera incluso discutido si procedía la figura de la donación”, comentó.

Una obra acontecida

Una comisión del régimen sustrajo la estatua de María Lionza de los talleres de la UCV
La estatua de María Lionza se rompió en 2004, mientras era intervenida por la Alcaldía de Caracas. Foto: Cortesía Fernando de Tovar

La historia reciente de la estatua de María Lionza está llena de tropiezos y pugnas entre la UCV y el gobierno venezolano. De hecho, la figura que actualmente está ubicada en la isla central de la autopista Francisco Fajardo, a pocos metros de la Ciudad Universitaria, no es la original. Se trata de una réplica hecha por el artista Silvestre Chacón por encargo de la Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de Caracas (Fundapatrimonio).

Aunque legalmente es propiedad de la UCV, la obra fue un encargo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, por lo que no formaba parte de la visión del arquitecto Carlos Raúl Villanueva para la Ciudad Universitaria, aún en construcción. Por eso en 1953 se ordenó su traslado a la autopista, a pocos metros de los estadios. Allí permaneció sin problemas hasta el año 2004.

En ese momento, y ante el deterioro que presentaba la estatua, la Alcaldía de Caracas ordenó a Fundapatrimonio moverla a un taller para su reparación. Desde el principio, la intención de la gestión del entonces alcalde Freddy Bernal era reemplazarla permanentemente por la réplica de Chacón, reubicando la original. Esto detonó una disputa legal con las autoridades de la UCV, que reclamaron su jurisdicción sobre la obra y rechazaron su traslado. A pesar de esto, la Alcaldía siguió adelante con los trabajos.

Sin ver la luz

Una comisión del régimen sustrajo la estatua de María Lionza de los talleres de la UCV
Estatua de María Lionza en un galpón de la Dirección de Mantenimiento de la UCV. Foto: Cortesía

El Copred asumió la recuperación de la estatua de María Lionza, en un proceso encabezado por el reconocido restaurador de arte Fernando de Tovar. Debido a la complejidad de su ubicación, se decidió trasladar las piezas a un taller ubicado cerca de la antigua Casona Ibarra, en los terrenos de la universidad.

El propio Tovar detalla en su blog que el equipo primero restauró cada mitad por separado, para luego reforzar su esqueleto con fibra de carbono. Posteriormente se unió el cuerpo y se reconstruyeron algunas partes perdidas, como la nariz y senos de la deidad, así como una de las patas de la danta. La restauración fue un éxito y los estudios posteriores determinaron que era seguro devolverla a la autopista. Sin embargo, había un problema: sobre su pedestal ahora estaba la réplica.

En su comunicado, la comisión del régimen acusó a la UCV de mantener por años la obra en un galpón escondido del público. También de tener “signos visibles de abandono” y presunto deterioro por las condiciones en las que estaba guardada. “La autonomía universitaria no puede ser excusa para colocar en situación de riesgo el patrimonio cultural ni mantenerlo secuestrado”, justificó. 

Sin embargo, el otro comunicado de la Copred deja constancia de todas las veces que la UCV mostró su disposición de reponer la estatua original y las gestiones hechas ante las autoridades locales. Todas sin éxito, a pesar del fallo del TSJ y el reclamo de otras organizaciones defensoras del patrimonio de la ciudad. Ante la poca colaboración del gobierno para reubicarla, María Lionza permaneció resguardada en el galpón.

Una diosa errante

Una comisión del régimen sustrajo la estatua de María Lionza de los talleres de la UCV
Foto: Cortesía

El mito de María Lionza, también conocida como Yara o Guaichía, es el resultado del sincretismo de una Venezuela mestiza. Su culto surgió hace siglos entre los pueblos indígenas de la montaña de Sorte, en Yaracuy. A principios del siglo XX, su leyenda se fusionó con la religión Yoruba practicada por una parte de la población afrovenezolana, dando origen al “espiritismo marialioncero”. Actualmente una de las tres figuras centrales en las cortes santeras. Más allá de esto, María Lionza es vista por sus creyentes como una deidad del amor, la feminidad y la vida.

Por ese motivo, Alejandro Colina, fascinado por su simbolismo y su relevancia en la cultura popular, la plasmó en su ya icónica forma: montada sobre una danta para representar su conexión con la naturaleza, y sujetando una pelvis, que significa fertilidad. El propio Pérez Jiménez buscaba convertirla en una personificación de la identidad venezolana. No obstante, conociendo su culto y los choques con su fe católica, el dictador tampoco quería que la UCV se convirtiera en un espacio para rituales espiritistas. Por esa razón la mudó a la autopista, donde creía que sería inaccesible.

Aunque el culto marialioncero ha sido un gran defensor de la estatua y su restitución en la autopista, también pudo ser un causante indirecto de su colapso. En un artículo publicado en El Universal en 1973, el promotor cultural Manuel Rodríguez Cárdenas ya advertía que la estatua presentaba grietas producto de las vibraciones por el paso constante de autos en la vía. Pero también insinuó que la acción humana y la manipulación frecuente de la pieza contribuían a su desgaste. Es posible que su deterioro a principios del siglo XXI fuera causado en parte por los fieles que, casi a diario, la trepaban para depositar ofrendas en el cuello de la danta o el hueso pélvico.

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