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- El reconocido presentador de televisión intentó incursionar en la política en 1978. Sin embargo, sus aspiraciones se truncaron tras un accidente aéreo en el que perdió la vida. Aunque las causas de su muerte todavía son objeto de dudas, muchos lamentan la pérdida de quien por más de dos décadas cautivó a todo un país con El Show de Renny
Esta nota se publicó originalmente el 16 de marzo de 2023.
Reinaldo Ottolina, mejor conocido como Renny, sigue presente en el imaginario colectivo, incluso de aquellas generaciones que crecieron sin verlo en la pantalla. Con sus grandes lentes de pasta, trajes tan elegantes como sus modales y una dicción pausada e impecable, aún es considerado como el presentador más influyente que tuvo la televisión venezolana. Incluso como el rostro de una época que hoy se ve con nostalgia, en la que la bonanza petrolera convertía al país en un oasis emergente, lleno de posibilidades.
Y aunque la historia considera que ese espejismo de la Venezuela Saudita se esfumó tras el Viernes Negro de 1983, para muchos ciudadanos esta edad dorada en realidad terminó súbitamente la tarde del 16 de marzo de 1978. Ese día, Ottolina, de 49 años de edad, murió en un accidente aéreo junto a sus cuatro acompañantes, tras precipitarse en el Pico Naiguatá del Parque Nacional El Ávila. Apenas unos meses atrás se había postulado para las elecciones presidenciales de ese año.
Muchos rumores y teorías de conspiración persisten hasta la actualidad en torno a la muerte del animador. Sin embargo, más allá del político que pudo ser, lo que conmovió al país fue la pérdida de uno de sus personajes más queridos, quien los acompañó en sus hogares desde la mismísima llegada de la televisión a Venezuela.
Durante 25 años, “el número 1” no solo trajo su programa a los artistas internacionales más destacados de su tiempo e impulsó la carrera de otros nacionales, sino que también se esforzó por crear ciudadanía desde su trinchera, con campañas educativas o simplemente hablándole al espectador a través desde las cámaras, como un amigo quien da un consejo. La televisión venezolana no volvería a ser igual.
El accidente
A pesar de haber simpatizado en un principio con Acción Democrática, para finales de la presidencia de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) se había convertido en un férreo opositor de la estatización y la situación económica del país. Por ello, luego de que el gobierno en represalia sacara del aire sus programas de radio y televisión, decidió incursionar de lleno en la política. Así, en julio de 1977 creó el partido Movimiento de Integridad Nacional (MIN) y anunció su aspiración de convertirse en presidente, aprovechando su popularidad.
Ottolina despegó a las 5:17 pm del Aeropuerto Internacional de Maiquetía con destino a la ciudad de Porlamar, donde tendría una reunión con empresarios de Nueva Esparta. Iba a bordo de una avioneta Cessna 310, de matrícula YV1019-P, pilotada por Carlos Domingo Olavarría. Lo acompañaba su jefe de campaña, Ciro Medina, además el productor de televisión Luis Duque y el abogado César Oropeza, todos miembros del MIN.
De acuerdo con el portal Aviación Civil Venezuela, su última comunicación con la torre de control del aeropuerto fue a las 5:19 pm. El piloto había manifestado que las condiciones meteorológicas eran favorables, pero seis minutos después del despegue desaparecieron del rádar. De inmediato se activó el protocolo de búsqueda y rescate (SAR), temiendo que la nave se hubiera caído al mar. Fue uno de los despliegues operativos más grandes que el país había visto hasta ese momento, aunque tras varios días no había señales del candidato y su equipo. Fue entonces cuando los funcionarios decidieron apuntar hacia la montaña.
El 21 de marzo de 1978, los cuerpos de rescate ubicaron la zona del siniestro en el cerro Las Mercedes, a 975 metros de altura. Fue necesario improvisar un helipuerto a 500 m de la zona y atravesar el espeso follaje antes de ese mismo día siguiente los restos de la avioneta. Había quedado incrustada en el bosque y ninguno de sus ocupantes había sobrevivido al impacto. En el lugar se presentó el jefe de la División de Investigación de Accidentes del Ministerio de Transporte y Comunicaciones, José Antonio Salas Parra. Se abrió una investigación conjunta entre el ministerio y la Fuerza Aérea, mientras se recuperaban los cuerpos de la montaña para su identificación.
El ícono de la televisión
Para el momento de su muerte, Renny Ottolina llevaba un tiempo fuera de los sets, aunque no del foco público. Desde los estudios de Radio Aeropuerto mantenía su programa Venezuela despierta, en el que hablaba sobre su pensamiento político y su campaña. Se consideraba a sí mismo como nacionalista y bolivariano, y todos los días recitaba pensamientos de Simón Bolívar. También criticaba fuertemente la corrupción de los partidos políticos y la dependencia de la industria petrolera. Desde su tribuna, solía promover un sistema meritocrático, así como el aprovechamiento de la tierra para convertir a Venezuela en una potencia agrícola en lugar de energética.
En cierto modo, había regresado a sus orígenes como comunicador. Tras recibir su certificado como locutor a los 16 años de edad, trabajó en Radio Caracas y luego en Radiodifusora Venezuela, donde produjo su propio programa llamado La Revista Americana. Aunque ya los caraqueños empezaban a reconocer su voz, fue despedido al año siguiente, pues el director de la emisora pensaba que no tenía talento como locutor. Pasó a trabajar en Radio Cultura, además de narrar comerciales y noticieros para Bolívar Films. Siendo ya famoso por su programa Noches especiales de Orange Crush, en 1949 comenzó a usar el nombre artístico de Renny.
En 1952, la dictadura de Marcos Pérez Jiménez creó la Televisora Nacional (TN), con lo que marcó el nacimiento de la televisión en el país. Fascinado con esta nueva tecnología, decidió dar ese salto y cuando la TN inició sus transmisiones el 1° de enero de 1953, lo primero que los venezolanos vieron en sus pantallas fue a Ottolina presentando su programa inaugural. Dos décadas después, el 1° de junio de 1972, protagonizó otro hito histórico, cuando produjo para Radio Caracas Televisión (RCTV) el documental Churún Merú, el primer programa a color en Venezuela. El canal tuvo que pagar una multa, pues las transmisiones en color no fueron legales y normalizadas hasta 1979.
A lo largo de su carrera participó en varios programas como Lo de hoy de RCTV, considerado el primer magazine matutino del país. Con el canal 2 mantuvo una relación laboral de años, donde alcanzó la cima en 1958 con El show de Renny. Durante cuatro temporadas fue uno de los programas más vistos del país, y marcó una pauta que luego siguieron otros shows como Sábado Sensacional (1972). A lo largo de sus 15 años en RCTV, Ottolina presentó en su estudio en Caracas a grandes artistas de la escena internacional. Figuras como Tom Jones, Stevie Wonder, Sandro, Raphael, La Lupe y hasta Jimi Hendrix. Allí también se hizo conocido como un maestro de la publicidad, por su forma única de anunciar todo tipo de productos. Desde jabones hasta jeans, probándolos en vivo para demostrar su calidad a los espectadores.
Declive
Ottolina era conocido por tener un carácter intransigente y le gustaba tener siempre el control creativo de sus producciones. Esto lo llevó a tener conflictos con la directiva de RCTV, donde se dice que ganaba más dinero que los accionistas del canal. Esto por sus acuerdos con marcas como Colgate, Viasa o Knorr. Finalmente, tras diferencias irreconciliables, aprovechó sus vacaciones al terminar la cuarta temporada de El Show de Renny en 1970 para finalizar su contrato.
Al ser productor independiente, tenía los derechos sobre su programa, por lo que en 1971 llevó El Show de Renny a la Cadena Venezolana de Televisión (CVTV). Sin embargo, no tendría una larga vida. En 1973 los dueños de principales canales, Venevisión, RCTV y CVTV, se reunieron en lo que se conoció como “La reunión de los tres apóstoles”, para eliminar la figura del productor independiente. Esto con el fin de convertir a los talentos en parte de la nómina y captar sus ingresos publicitarios. Ottolina rechazó públicamente esto, por lo que su contrato no fue renovado y el 30 de diciembre de ese año El Show de Renny salió del aire tras un emotivo último programa.
La CVTV sería adquirida por el Estado venezolano en 1974 por el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Se dice que la entrevista que el líder adeco había hecho con Ottolina un año antes había sido clave para su victoria en las elecciones. Quizás por eso, y por su conocimiento de vanguardia en producción televisiva, se le propuso al presentador presidir el canal. No obstante, rechazó la oferta luego de que el mandatario denegara su solicitud de tener total libertad editorial y creativa.
En cambio, consiguió un acuerdo con Venevisión para conducir el programa educativo El planeta del agua, en el que enseñaba la importancia de cuidar ese recurso. Sin embargo, la posiciones políticas de Ottolina hicieron que el gobierno presionara a los ejecutivos del canal y eventualmente fue cancelado. Sabiéndose vetado de la televisión, volvió a su primer amor y en 1977 estrenó Renny en su radio, por Radio Capital, pero también fue sacado del aire cinco meses después.
Bajo sospecha
La muerte de Renny Ottolina conmovió fuertemente al país. Nadie se explicaba por qué la avioneta había caído luego de un despegue aparentemente normal ni cómo había terminado en el Ávila si su destino era la isla de Margarita. Bajos apuntaron entonces contra el gobierno de Pérez. El animador había creado una imagen de outsider que buscaba atraer el voto de un sector del país que ya comenzaba a desencantarse del Pacto de Puntofijo y los escándalos de corrupción que salpicaron a dirigentes tanto de AD como de Copei. Por eso, muchos acusaron a la élite política de haber provocado el accidente para evitar su ascenso.
Para nada ayudó a calmar las aguas que el entonces director de la Policía Técnica Judicial (PTJ), Manuel Molina Gásperi, ordenó al Grupo de Apoyo Táctico de Operaciones destruir los restos del Cessna 310 donde ocurrió el accidente cuando todavía estaba en plena investigación. Esto fue fuertemente criticado por la prensa, que lo acusó de destruir evidencia para presuntamente encubrir que el suceso había sido intencional.
Incluso el secretario del MIN, Gonzalo Pérez Hernández, atizó la polémica en una entrevista a RCTV durante la campaña, donde respaldó la tesis del asesinato. Como reseña un artículo de TalCual, el dirigente afirmó que Ottolina se había reunido con una facción disidente de AD para promover un juicio político contra Carlos Andrés Pérez una vez ganara las elecciones. También acusó a la PTJ de haber estado presente al momento del hallazgo para alterar la escena del crimen, además de manipular los informes de la autopsia.
Frente a las cámaras, Pérez Hernández, quien heredó el liderazgo del partido, realizó su propia versión sobre lo ocurrido, basado en que la voz del piloto sonaba cansada en su última comunicación con la torre de control. Con ese único dato, aseguró que al alcanzar determinada altura se activó un dispositivo escondido en la nave, que liberó “una especie de gas letal”. Esto provocó el envenenamiento de los tripulantes, o al menos su adormecimiento, haciendo que el avión sin guía cayera al vacío. No obstante, ni el informe oficial del Estado ni las investigaciones posteriores independientes avalaron esta teoría.
Despejando dudas
La junta de investigación conformada por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones y la Fuerza Aérea analizó los motores del avión, así como otras piezas mecánicas y muestras de combustible. Por su parte, la PTJ realizó una inspección para descartar la presencia de explosivos. Al final se concluyó que el accidente fue provocado por la mezcla de malas condiciones atmosféricas y error humano.
De acuerdo con esta versión, Olavarría habría intentado regresar al aeropuerto, pasando peligrosamente cerca del Ávila. En su trayecto atravesó una nube y aunque pudo haber empleado el vuelo instrumental, las pruebas arrojaron que mantuvo el vuelo visual, sin percatarse de que iba directo hacia la montaña. El informe fue presentado públicamente en televisión y entregado al Congreso, que a su vez formó una comisión parlamentaria para estudiarlo e interrogar a sus investigadores.
Los resultados no convencieron a un sector político. Sobre todo, porque se aludía a una presunta nubosidad cuando había evidencia de que esa tarde el cielo había estado despejado. Por ello se solicitó el apoyo de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos que hiciera una investigación independiente. Sin embargo, tras varias semanas, la agencia llegó a la misma conclusión y descartó que hubiera algún tipo de sabotaje.
Desenlace político
Para muchos, quedará por siempre la duda de cuál habría sido el desempeño de Renny Ottolina en las elecciones. Una nota del diario español El País de 1978 rescata que para el momento de su muerte, las encuestas le daban al presentador apenas un 10 % de intención de voto. Aunque se reconocía su carisma y su capacidad de captar a electores jóvenes, figuraba en cuarto lugar detrás de AD y Copei. Incluso del candidato del MAS, José Vicente Rangel. Esto rompe un poco con el mito de que era el gran favorito para ganar los comicios de ese año.
Sin su líder, el MIN se abstuvo de participar. Luego de romper lazos con los herederos de Ottolina por diferencias políticas, Pérez Hernández siguió al frente del partido hasta su muerte en 2010. En 2015 fue intervenido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Se convirtió en la actual organización MIN Unidad, con una tendencia política ambigua, aunque vinculada al régimen de Nicolás Maduro.
Las encuestas, si bien no veían a Ottolina ganador, sí lo veían como una fuerza capaz de romper con el bipartidismo y ajustar la ya reñida diferencia de votos entre AD y Copei. No fue así, y algunas organizaciones aliadas del MIN como URD, Opina y Fuerza Democrática Popular (FDP) decidieron apoyar al copeyano Luis Herrera Campins, quien resultó electo con una diferencia porcentual de menos de 3 %.
Legado
Actualmente algunos movimientos tanto liberales como conservadores han tomado a Renny Ottolina como un referente alternativo de su causa política. Esto por sus ideas anticomunistas, y su visión del país enfocada en un capitalismo con función social. También por su defensa de las tradiciones y valores venezolanos.
Pero más allá de la incertidumbre de su carrera política, Ottolina dejó un legado verdaderamente importante para el país. Y este vino desde su propio programa. En 1959 firmó un contrato con la cadena estadounidense ABC para trabajar en Nueva York, donde aprendió en producción televisiva. Esos conocimientos los aplicó al año siguiente en El Show de Renny. Siempre tuvo preocupación por innovar con nuevas tecnologías y espectáculos. Además, fue un férreo defensor de la libertad del artista ante la injerencia de los ejecutivos, por lo que fue de los primeros productores independientes del país.
También se preocupaba no solo por entretener, sino además educar a toda una generación de venezolanos que creció frente al televisor. Usualmente daba lecciones sobre civismo y buenas costumbres. Tenía segmentos donde daba clases de inglés o daba tribuna a talentos emergentes, donde se descubrieron a artistas como Mirla Castellanos.
Se dedicó a grabar micros televisivos en los que concientizaba a la ciudadanía sobre las normas de tránsito. Desde el respeto por los semáforos hasta el uso de los cruces peatonales. También fue de los primeros en advertir sobre la proliferación de motos en Caracas, instando a sus conductores a usar el casco y ser prudentes al manejar. Por eso, para muchos venezolanos, Renny Ottolina será siempre el número 1, dentro y fuera de la pantalla.
