• El equipo de El Diario conversó con varios miembros de la comunidad de Alcohólicos Anónimos para conocer cómo ha sido su camino luego de aceptar su problema con el alcoholismo

El alcoholismo, una enfermedad causada por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, es definido por los especialistas y organismos de salud como la incapacidad de controlar el consumo de alcohol debido a una dependencia física y emocional a estas sustancias. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la ingesta de alcohol en América es un 40 % mayor que el promedio mundial.

Debido al impacto en la salud de este trastorno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 15 de noviembre como el Día Mundial sin Alcohol, una efeméride que tiene como finalidad concientizar a la población sobre los daños físicos y psicológicos que ocasiona el consumo excesivo de este tipo de bebidas en el organismo. 

En al menos 180 países del mundo se encuentra establecida una organización denominada Alcohólicos Anónimos (AA), una comunidad de personas que comparten su mutua experiencia para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

“Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad”, resalta la organización en su página web. Con más de 76 años en Venezuela, AA ha permitido que miles de personas logren controlar esta enfermedad, como el caso de Alejandro, un hombre que se ha mantenido sobrio desde hace más de 10 años. 

En entrevista para El Diario, indicó que necesitó “tocar fondo” para poder aceptar que era alcohólico. “Tuve que perderlo todo, yo me pude dar cuenta de que era alcohólico perdiéndolo todo, a mi familia, mi hogar, mi negocio, el amor propio, todo eso se perdió”, agregó.

Sostuvo que después de haber tenido negocio, casa y estabilidad económica, estuvo a punto de ser indigente. Sin embargo, detalló que su papá lo aceptó en su vivienda por unos meses, tiempo en el cual comenzó su camino de recuperación. 

Día Mundial Sin Alcohol: personas que aprendieron a vivir sin beber

Un día a la vez

Alejandro sostuvo que en AA tienen una forma de llevar el programa: se les explica a los miembros que solo no deben tomar alcohol por un día. De esa forma, los días se convierten en semanas, en meses y luego en años. 

Explicó que es así que ha logrado la sobriedad por más de una década. “Aunque tengo más de 10 años en AA, eso no importa, siempre decimos que se tiene un día más sin beber, porque si decimos que será para toda la vida, es muy difícil”, agregó.

Sus primeros días sin ingerir alcohol los catalogó como felices. Tenía más de 20 años amaneciendo pensando en la bebida. 

“Siempre tenía el alcohol en la cabeza, siempre. Podía pasar tres días quizás, pero el alcohol estaba en la sangre. El problema de nosotros es ese, que nos dan ganas de beber y buscamos siempre una excusa para tomar un trago”, añadió.

Recordó que el alcoholismo es una enfermedad que se manifiesta por una compulsión (tener deseo de más). Además, aseveró que el alcohólico no puede controlar su consumo de alcohol y tras ingerirlo su comportamiento y forma de ser cambia abruptamente.

Cuando estuvo en Mérida, donde tenía unos amigos, buscó “ayuda espiritual” y fue así como luego llegó a AA. Comentó que los tres primeros años son los más difíciles, no obstante, cambió su vida, empezó a hacer ejercicio y otras actividades de crecimiento personal. 

“Cuando se está en el grupo y se asiste a las reuniones de AA, siempre tienes un apoyo, pero si te ausentas de los encuentros se te empieza a olvidar todo el sufrimiento y las situaciones que pasaste y comienzas a decir: ‘Por que me tome un traguito no va a pasar nada’. Esa es la locura de todo alcohólico, pensar que no va a pasar nada”, aseveró.

Día Mundial Sin Alcohol: personas que aprendieron a vivir sin beber

“Cuando dejas el alcohol, el sufrimiento se acaba”

Alejandro sostuvo que recaer es peor debido a que llega el sufrimiento, se alteran los nervios y empieza el estrés tras pensar sobre lo que se hizo estando bajo los efectos del alcohol.

“Te empiezas a preguntar ¿qué hice anoche?, ¿en qué gasté el dinero?, ¿con quién peleé?, porque no te acuerdas de nada. Esa cantidad de cosas te producen un malestar, pero cuando dejas el alcohol, ese sufrimiento se acaba”, detalló.

Para Alejandro, la vida ha sido mucho más “bonita” y “agradable” desde que no consume bebidas alcohólicas. “Con sus altos y sus bajos, ha sido muy bonito, no cambio esta vida desde que dejé de beber ni por un solo día de cuando estaba con la bebida”, resaltó.

Aunque no logró recuperar a su familia, indicó que en su sobriedad se pudo recuperar a él mismo, su autoestima y amor propio. 

Más de 17 años sobria

Estefany lleva asistiendo al programa de AA por al menos 17 años. En entrevista para El Diario contó que se declaró alcohólica en mayo de 2006 y desde entonces se ha mantenido sin consumir alcohol 

“Un día salí a rumbear, como lo hacía todos los fines de semana, y conseguí a uno de esos tantos amigos que uno conoce en ese mundo. Él me ofreció un cigarro y cuando lo fumé sentí que tenía droga. Pasé esa experiencia con la droga a causa de la bebida”, relató.

Indicó que no era normal que una adolescente de 15 años de edad, refiriéndose a ella misma, a la que le estaban celebrando su cumpleaños, no estuviera pensando en el vals, sino en si la cerveza ya estaba fría.

Yo empecé a beber a esa edad y tuvieron que pasar 15 años para darme cuenta de que tenía un problema con la bebida”, señaló. 

Su camino comenzó luego de que a sus 30 años de edad leyó un anuncio de AA en el periédico en el que se mencionaba la ayuda que brinda esa comunidad para los alcohólicos. Desde entonces, asiste a las reuniones y se ha mantenido sobria. 

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El impacto en la familia

Estefany comentó que el primer paso que se da cuando comienzan en la comunidad es la aceptación, aceptar que se es alcohólico. Sin embargo, destacó que la palabra “alcohólica” suele ser estigmatizante y pocos quieren catalogarse de esa forma.

“Los primeros día de asistencia a la reuniones tenía en la mente a mi familia, qué iba a pasar con ellos y qué iba a pensar si les decía que era alcohólica, pero doy  gracias a unas personas que estaban en el grupo que me decían que siguiera asistiendo, que no pensara en ellos, sino en mí”, relató. 

Estefany precisó que la asesoría le sirvió para manejar ese miedo a lo que dirá el entorno y aunque para su familia fue un proceso “fuerte”, sostuvo que era más lo que padecían por la vida que ella llevaba por el consumo del alcohol. 

Para los familiares existen otros grupos de ayuda, esto debido a que también se ven afectados al convivir con una persona alcohólica. En el país existen varias sedes de Al-Anon Familia, una hermandad de parientes y amigos de alcohólicos que comparten sus experiencias con el fin de encontrarle solución a su problema común.

“Aprendes a convivir sin beber”

Para Estefany, el beneficio más grande que brinda el programa AA es que le permite a la persona aceptar que es alcohólica, una enfermedad incurable pero que es progresiva y mortal cuando está activa. 

“En las reuniones aprendes a convivir sin beber. En AA se realizan eventos y compartires para aprender a relacionarse como una persona que no consume alcohol, viniendo de una cultura donde es normal que los viernes y fines de semana se beba”, destacó. 

De acuerdo con Estefany, al aceptar que es un día a la vez, la mentalidad empieza a cambiar con el tiempo y a pesar de que se sabe que el alcoholismo no se cura, se aprende a tener una nueva vida.

Salir del caos

Ramón describe su vida antes de la sobriedad como un “caos total”, como un “infierno” y sin ningún objetivo. Sin embargo, esto cambió hace casi 30 años, cuando decidió asistir a AA.

En la actualidad, tiene 26 años sin tomar bebidas alcohólicas. Su primer paso hacia la aceptación de la enfermedad fue asistir a una consulta con una psiquiatra, quien lo refirió a AA, donde comenzó a asistir a las reuniones. 

“Antes de eso, yo ya tenía una idea de que tenía algo malo con mi forma de beber alcohol”, puntualizó. 

Sus primeros meses sin consumir alcohol fueron difíciles, debido a que no quería aceptar que tenía una enfermedad que describe como “incurable, progresiva, insidiosa y mortal”. A pesar de las dificultades, el mantenerse sobrio le ha permitido tener una familia.

Ya no estoy en caos. Tengo una vida útil, íntegra y feliz. Solo por hoy”, aseveró. 

Por su parte, Andrés tiene 12 años asistiendo a AA, tiempo en el cual se ha mantenido sobrio. En las reuniones en la organización continúa compartiendo sus experiencias y ayuda a los que están ingresando brindándoles consejos para hacer el camino más llevadero. 

“Yo era una persona totalmente distinta hace 12 años. Como trabajaba en el ámbito de restaurantes, tomaba mucho. Salía del restaurante y me iba a rumbear, llegaba a las 4:00 am a mi casa o no llegaba y me volvía a ir al trabajo con la misma ropa. Un caos”, detalló en entrevista para El Diario.

“El alcohol te cambia la personalidad”

Andrés precisó que la señal primordial del alcoholismo es la capacidad de control, la cual suele ser invisible. “Hay personas que toman tragos sociales, dos o tres cervezas y listo, pero el alcohólico bebe sin parar, nunca es suficiente”, agregó.

Además, mencionó que en muchas ocasiones el estigma social es una de las razones por las cuales algunas personas se niegan a buscar ayuda. En este sentido, señaló que hay que tomar en cuenta el daño que se le hace a los familiares y el entorno en general producto del consumo de alcohol. 

“Hay veces que las personas dicen ‘tal persona tan buena que es sana (sobria), pero tomado es otra cosa’. Ese es uno de los efectos del alcohol, que te cambia la personalidad”, indicó. 

Rodríguez sostuvo que no sabía que el alcoholismo era una enfermedad hasta que entró en AA y, al entenderlo, supo que lo padecía. La sobriedad le ha permitido tener una buena relación con su expareja, a quien considera su mejor amiga, y con sus hijos.

La estabilidad familiar, más que el dinero, es lo que importa. Estar allí, ser útil y sentirse feliz es lo importante”, resaltó. 

Venezuela lidera el consumo de alcohol en Latinoamérica

Alcohólicos Anónimos estima que aproximadamente 3 millones de personas en Venezuela enfrentan problemas con el consumo de alcohol. Según la información difundida recientemente por la organización, esta situación se vuelve cada vez más común entre los jóvenes en el país.

La OMS señala que el alcoholismo provoca 3,3 millones de muertes al año, 200 enfermedades y trastornos, discapacidades y pérdidas económicas.

Con el propósito de abordar este problema, AA se mantiene durante todo el año brindando un programa de recuperación para contrarrestar el avance del alcoholismo. Además, por la celebración del Día Mundial sin Alcohol, la organización difundirá información sobre esta enfermedad y mensajes de recuperación a través de sus redes sociales. 

Las personas que buscan apoyo o están interesadas en compartir sus experiencias pueden llamar al número de Alcohólicos Anónimos Venezuela (0501-7627467) o escribir un mensaje en su cuenta de Instagram para pedir información sobre la sede más cercana.

*Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de los entrevistados.

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